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viernes, 18 de septiembre de 2009

LABERINTOS II

LABERINTOS II


Y vuelvo a despertar entre ellos,
sumergido en la voraz imputación
de sus sueños, albergando disociadas estrofas
de esta sinfónica mudez, porque son ellos,
los laberintos, esos que ahogan ecos, que oxidan
tarjas y murallas.


Laberintos, ya no de lagos de sangre,
sino de mares de huesos, perplejidad
miradas resbalando en la porosidad del olvido,
rayos de polvo surcando quebradas, hiriendo
momias, atizando odios, masticando
las heces del tiempo.

Y quisiera salir de este embrión
de gárgola disecada, emerger en la liquidez
de estos espejos que derrotaron fantasmas, y romper
con esos laberintos, que desterraron el sueño,
que hicieron de mi el hombre imperfecto.

Fausto Aybar

martes, 25 de agosto de 2009

Imperfecciones

IMPERFECCIONES

Un día irrumpió el llanto en tus ojos
se acercó a la palabra
brotaban deformaciones de nuestros labios,
cuan cauto es el silencio cuando se mece
en la melodía del inconcluso.

Un día coqueteaba con la muerte,
de cruces se llenaron mis letras y mi futuro,
que insensible son los fantasmas
cuando se trata del olvido
inmisericorde de las mariposas.

Un día me paseaba por la ternura de los desterrados,
coincidí con la tristeza,
se desnudaron los ademanes,
cuan feroz es el hambre
cuando nos acarician las lentejuelas

domingo, 19 de julio de 2009

BOCETO


Boceto

Dejad que el carbón
habite mi piel, que navegue
entre las Hordas sigilosas de estos
espejos lacerados por el tiempo.

Dejad que las arrugas
profanen bellas metáforas,
que las lágrimas se vistan al compás
de los recuerdos.

Dejad que hieran mis sueños,
el bramar de los arco iris al tocar mi voz,
que una luz se filtre en la oscura claridad,
y yo despierte como un boceto, arrugado y muerto.

Por favor dejad,
dejadme en posición prenatal
injuriando los fantasmas
de estas paginas blancas.

Fausto Aybar

LABERINTOS I

LABERINTOS I


Luces enredadas entres barrotes de lluvias,
miradas que se suicidan al contactar con las sombras,
jaurías de voces aclamando al viento.

Y aquí entre nosotros, estos laberintos, huellas de sangres,
sueños que se arrastran sobre este mundo de piel fláccida,
canción que nos lleva a la voz del alma.


Y estos laberintos parecen arroparnos de olvido,
parecen adornarnos el corazón de espinas, pululan
en nuestros ojos lágrimas que por milenios habitaron
en este desierto de odio.


Y hoy al callar la carne, hemos podido descubrir
un ángel estacionado en la quinta vena del corazón,
un ángel moribundo, aplaudido por los fantasmas
que rondan el desamor.


Ay de estos laberintos, cuando de los altos se extiende
una mano, y nos dice que hay que partir, porque tan sólo hay
un lugar en la gruta donde duermen los dioses del silicio,
y es para nosotros, los sempiternos, desnudos de amor


Fausto Aybar

jueves, 4 de junio de 2009

DESDE EL ESCUSADO (RELATO DE LA ANTOLOGÍA ABORTO)

Este relato es parte de la antología (aborto) realizada en Chile por el poeta Alfred Asis. Esta antología es un canto a la vida, y al mismo tiempo es un referendo de reflexión para la humanidad. 

http://alfredasis.cl/ASIS_ABORTO.pdf











                                                               

DESDE EL ESCUSADO (RELATO)


Afuera del café, todos reunidos, hablan de los pormenores transcurrido el día anterior, se ríen despavoridamente por las curiosidades de un cliente que al parecer los tragos le hicieron una mala jugada, mas sin saber como indagamos en la directrices del destino, ellos esperan la hora para comenzar a trabajar. Lucy tiene dos meses sin recibir su periodo menstrual pero como no le he extraño, ella sigue las fiestas, a su diecinueve años pretende tragarse el mundo y vomitarlo de un tirón, pasearse por cada parte de su cuerpo ese futuro reprimido que doncellas en las noches de orgías no pudieron detener en las camas infectadas de olvido. Pero alguien estaba creciendo en su vientre, en silencio, para no despertar los pensamientos suicidas de aquellos que acechan detrás de los muros de la vergüenza. Los amigos como siempre se reúnen después de la jornada para beberse unas cervezas en los bohémicos rincones de la ciudad, allí por el momento olvidaban sus temores, sus crisis tanto emocionales como económicas, y Lucy en su arrebato floretea su cuerpo al mejor postor, para ella la belleza se conjugaba de una forma inusual, dos tragos y unos pesos para el final. Algunos de ellos volvían a sus andadas, el sol les multiplicaba sus resacas, al parecer no tenían otro fin mas que el sueño.



Lucy está sorprendida que la limpieza de Dios no ha llegado a su vientre, que entre sus piernas el mar de la fecundidad no ha ido a parar como siempre al vertedero improvisado del barrio, y esto la está atormentando, porque aun siendo toda una mujer, con sus grandes murallas que desinflan al más hostil de los payasos mundanos, que entre sus piernas afloran jardines invadidos de arco iris monosílabos y ecos furibundos, en verdad, están sólo un diminuto fragmento que por equivocación de los anarquistas ella aun existe, y el ser que se erige en su vientre ha encontrado voces que quieren justificar que la vida en la miseria no es vida, que los papeles tintados de sangre deben legalizar una memoria históricamente infectada por agravio de los que pretenden construir su patria



Al parecer este libro esta lleno de páginas blancas, los ortodoxos como los liberales pretenden descuartizar estas hojas obsoletas y mugrientas, parece como si un batallón de palabras invadiera por momentos togas y birrete, y como juez que pretende mirar desde la oscuridad algunas sotanas aun expenden ese olor a podredumbre, pero Lucy al huir deja una larga secuela de odios y falsedad, no pretende mas que descargar su error, un error que nació de las noches de bulevar, de los ritos de amor, un amor enajenado, aniquilado entre sábanas de colores muertos, tan sólo un amor que plagio el amor. Y él buscando en el diccionario la definición de la palabra Mamá, buscando una excusa para quien nunca se excusó, oprimiendo este sueño que al parecer irrumpirá como mosca en el telar, tan solamente pidiendo una oportunidad, tal vez que lo dejen llorar.



Esta noche al parecer los perros de la ciudad predicen un crimen, sus aullidos hacen correr los duendes que se ocultaban entre los maleficio del insomnio, hacen que los muertos se increpen en las tumbas que fueron desalojadas en noches de lluvias turbias, y como inquilino que pretende huir de sus deudas, quien habita en su vientre se oculta en el rincón más oscuro de su alma. Ella, Lucy da rienda suelta a su acto, mira hacia el escusado, al parecer este camino se ha vuelto largo, y que diría en su última peregrinación el apóstol Pablo cuando el camino aun siendo espinoso parecía estar revestido de flores, pero los actos reflexivos no existen, y Lucy irrumpe en el escusado, y el inquilino se aferra como héroe a su verdad, un paredón para fusilar en post de la patria nueva, y ella abre su jardín de rosas putrefactas, y él en una caída abismal pretende abrazarse a unos sueños corroídos por aquellos hombres que hirieron el tiempo, abrigarse a esta osamenta agujereada por los siglos.



Y en un nuevo intento de obviar el escusado, él revistió de diademas su llanto, imploró a las animas de sacos y corbatas infinidades de plegarias, y al desgarrarse el cordón que nos da la vida, él se adhiere a las paredes del gnosis, ella puja brutalmente, lo desaloja hasta este cementerio liquido, él ultrajado, ella disociada, el escusado atónitamente pasmado, rebuscando entre sus olores nauseabundo repuestas ya olvidadas, él, repatriado, desterrado, hasta posiblemente extraditado, ella, sumergida entre alas de ángeles inmundos, inquisidoras sonrisas dormitando en una excusa de agravio. 

 Y él, tal vez en su impavidez pregunte:
¿ Mami, por qué?

MICRORELATOS (VOCES AJENAS)

    Microrelatos  Autor. Fausto Antonio Aybar Ureña.   La intrusa. De repente, salió huyendo la come libro, la devoradora de palabras, é...