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miércoles, 11 de abril de 2012

Los hombres que alquilan sus idea, son los hombres que no reconocen sus sueños.

( Fausto Antonio Aybar U )

martes, 6 de marzo de 2012

DESDE EL OTRO HOMBRE, A LA MEMORIA DE NELSON MANDELA





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DESDE EL OTRO HOMBRE
A la memoria de Nelson Mandela 

Amo a los humanos
que odian a los humanos,
siempre luz, nunca sombra.
Vengo de un vientre noble,
vuelvo hacia él.
¿Por qué llorar?
Si yo soy ustedes,
los tambores me acompañan,
mi despedida no es un hastío de olvido,
es una fiesta de rosas y plegarias nuevas.

Amo a los humanos
que olvidaron su desnudez,
que blasfemaron la conjura.
que aniquilaron sus almas
No soy historia de un libro olvidado,
soy alas, soy pueblo,
surco del sueño infinito, 
semilla, que resiste los tiempos.

Amo los humanos,
a los barrotes que encarcelaron la lengua,
a la pólvora, cruel invento de hombres de odio,
porque de ellos nacieron,
nuevas alas para perdonar. 

Amo a los humanos
que no lloran,
que habitan en el acero,
que hicieron de la noche la madriguera del miedo,
soy lágrima de su eterno silencio,
elocuente sonrisa anclada en los cielos.

Fausto Antonio Aybar Ureña

domingo, 4 de marzo de 2012

MÁS ALLA DEL LÍMITE





MÁS ALLA DEL LÍMITE


En su pecho el 273.
Gira la rueda, rueda la silla,
su mano izquierda, única sobreviviente
del colapso, no hay propósitos distantes,
una sonrisa, una mirada, carcajadas
de sueños en sus labios.
Gira la vida, el 273 se estremece en su pecho,
gotas saladas irrigan su alma, la meta no es el limite;
es la excusa, prefiere volar, mas no arrastrarse
hacia el olvido, una muchedumbre de sombras
en aplausos continuos.
Los limites no son del cuerpo; son de la mente.
Gira y gira la rueda, rueda y rueda la vida,
un aliento, un suspiro,
sendero y luz; para quien no claudico.

La poesía no nos pertenece, le pertenece a ellos,
Los que nos inspiran.

Fausto Antonio Aybar Ureña.

lunes, 27 de febrero de 2012

DECLARO QUE.....

DECLARO QUE……

No quiero,
ni necesito tu canto,
ese canto, es el canto
de lo que cantan,
lo que no quieren cantar .
Tal vez prefiera el trinar
de los fósiles herméticos de la noche,
el sonido del agua sobre la tierra herida,
las miradas perdidas de la casuchas vacías.


No necesito,
ni quiero tu canto,
ese fétido canto que recorre
el sueño moribundo, que va tocando
madera en la primogénita soledad.
Perdón, nunca he habitado en
las frías palabras de mármol,
sólo en mis venas navegan
sonrisas de bengalas, pirotécnicos
unicornios de un libro olvidado.


No quiero
ni necesito tu canto,
porque tu canto es el epígrafe
de los difuntos del tiempo,
es la hoja tectónica del llanto,
pues déjame ahogarme en mi murmullo,
ese murmullo de relámpagos,
luz indeleble del sueño,
profecía de un árbol,
susurro del viento.


Fausto Antonio Aybar Ureña.

domingo, 12 de febrero de 2012

OTRO CANTO; HOMBRE, SUEÑO

OTRO CANTO; HOMBRE, SUEÑO

(Miguel Hernández)

Hombre,
polvo de estrella,
sangre,
volcán.
Las fronteras sólo son
para los débiles, el carbón
es el arma mortal de los poetas.

Hombre,
universo feroz,
hidrogeno sobre hidrogeno,
explosión de luz, de las cavernas
emergen gritos de una tierra oprimida,
liquidas metáforas navegan
hacia un horizonte de papel.

Hombre,
raíz,
carne,
tierra,
babel de estiércol,
los dioses no fluyen,
las rosas revientan de tanta soledad,
escuálida la noche, prefiere llorar.

Hombre,
niño,
sueños,
senderos de héroes dormidos,
latidos policromados,
huellas, ampollas del tiempo,
eternamente humano,
los náufragos no sólo son del mar.


Hombre,
cebolla,
pan
y pastor.
Trigo, piel indeleble
de un viento que no envejece,
rayos; transitar de embriones furtivos,
hombre, legado, canto; alma de la patria alambrada.



Fausto Antonio Aybar Ureña

miércoles, 8 de febrero de 2012

RESTO DE UN CANTO




RESTO DE UN CANTO
A
(Miguel Hernández)

Las sombras no habitan en los espejos,
murmuran los colores cuando dos soles se abren.
Vienes del polvo, vas al silencio,
la cárcel no calla a las salamanquesas,
claudicar, no es ni para los muertos,
es para el verbo iracundo y perverso.

Lluvia, sueños de
luciérnagas en un siglo
oscuramente eterno, emergen de tus labios
un horizonte de palabras subyacentes,
una premura, una afección

En el corredizo del tiempo, no hay mutaciones
que puedan deshilar la grandeza de tu canto,
los tránsfugas no habitan en esta historia,
sólo son ademanes en la longevidad del sueño,

 y por cierto, ángeles y  fantasmas 
convergen en una misma rosa.

Y despierta el hombre; 

y con él la palabra.
El sur tiene un olor a olvido, 

un olor a niño yuntero,
a tierra mojada,

No hay mas estrellas en el universo 
que en tu cielo, 
borbotean del oxido lentejuelas de amor, 
del llanto, retoños de una escueta oración.

Fausto Antonio Aybar Ureña

SERIE DE CUENTO "VOCES AJENAS"

            LA EXCLUSIVA   Hay puertas que supuestamente van al paraíso, y lo cierto es que son la entrada al mismo infierno. Asombrad...