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miércoles, 14 de octubre de 2009

DEFECTO INTERIOR

DEFECTO INTERIOR

Miró Juan hacia el acantilado, el mar aun estaba en calma, parecía
una sabana plateada, buscando entre las frías corrientes de este mar de carne, creyó oír las sirenas que habitaban en la oscuridad
de aquellos galeones invisibles, extendió las manos, y ya no estaban, él se sentó abrumado por la distancia, miró como el mar paria el sol, como la luna volvía de retorno a la liquidez de los sueños; envuelto en la magia de colores nómadas, perplejo por voces agrietadas que aun lo llaman.

Ya Juan no era Juan, era el viento, rebuscaba entre las amorfas olas del tiempo, pretendía ser luz de estas palabras ungidas en sueños, y el mar subió a su boca, tocó su cielo, y Juan ya no era viento, sólo agua muriendo entre los dedos, hiriendo este vasto desierto, que no era mar, que no era viento, sólo un resonar de los muertos.

viernes, 18 de septiembre de 2009

LABERINTOS II

LABERINTOS II


Y vuelvo a despertar entre ellos,
sumergido en la voraz imputación
de sus sueños, albergando disociadas estrofas
de esta sinfónica mudez, porque son ellos,
los laberintos, esos que ahogan ecos, que oxidan
tarjas y murallas.


Laberintos, ya no de lagos de sangre,
sino de mares de huesos, perplejidad
miradas resbalando en la porosidad del olvido,
rayos de polvo surcando quebradas, hiriendo
momias, atizando odios, masticando
las heces del tiempo.

Y quisiera salir de este embrión
de gárgola disecada, emerger en la liquidez
de estos espejos que derrotaron fantasmas, y romper
con esos laberintos, que desterraron el sueño,
que hicieron de mi el hombre imperfecto.

Fausto Aybar

martes, 25 de agosto de 2009

Imperfecciones

IMPERFECCIONES

Un día irrumpió el llanto en tus ojos
se acercó a la palabra
brotaban deformaciones de nuestros labios,
cuan cauto es el silencio cuando se mece
en la melodía del inconcluso.

Un día coqueteaba con la muerte,
de cruces se llenaron mis letras y mi futuro,
que insensible son los fantasmas
cuando se trata del olvido
inmisericorde de las mariposas.

Un día me paseaba por la ternura de los desterrados,
coincidí con la tristeza,
se desnudaron los ademanes,
cuan feroz es el hambre
cuando nos acarician las lentejuelas

domingo, 19 de julio de 2009

BOCETO


Boceto

Dejad que el carbón
habite mi piel, que navegue
entre las Hordas sigilosas de estos
espejos lacerados por el tiempo.

Dejad que las arrugas
profanen bellas metáforas,
que las lágrimas se vistan al compás
de los recuerdos.

Dejad que hieran mis sueños,
el bramar de los arco iris al tocar mi voz,
que una luz se filtre en la oscura claridad,
y yo despierte como un boceto, arrugado y muerto.

Por favor dejad,
dejadme en posición prenatal
injuriando los fantasmas
de estas paginas blancas.

Fausto Aybar

LABERINTOS I

LABERINTOS I


Luces enredadas entres barrotes de lluvias,
miradas que se suicidan al contactar con las sombras,
jaurías de voces aclamando al viento.

Y aquí entre nosotros, estos laberintos, huellas de sangres,
sueños que se arrastran sobre este mundo de piel fláccida,
canción que nos lleva a la voz del alma.


Y estos laberintos parecen arroparnos de olvido,
parecen adornarnos el corazón de espinas, pululan
en nuestros ojos lágrimas que por milenios habitaron
en este desierto de odio.


Y hoy al callar la carne, hemos podido descubrir
un ángel estacionado en la quinta vena del corazón,
un ángel moribundo, aplaudido por los fantasmas
que rondan el desamor.


Ay de estos laberintos, cuando de los altos se extiende
una mano, y nos dice que hay que partir, porque tan sólo hay
un lugar en la gruta donde duermen los dioses del silicio,
y es para nosotros, los sempiternos, desnudos de amor


Fausto Aybar

SERIE DE CUENTO "VOCES AJENAS"

            LA EXCLUSIVA   Hay puertas que supuestamente van al paraíso, y lo cierto es que son la entrada al mismo infierno. Asombrad...