Tiempo de preparación espiritual
Fin de Adviento.
En esta noche fría
todos en silencio.
Solsticio de invierno
La ciudad ha despertado
bajo la lluvia.
Viento frío.
Los villancicos de los niños
rumbo a la escuela.
Un mundo sin poesía, es tan solo, un mundo sin sueños
Tiempo de preparación espiritual
Fin de Adviento.
En esta noche fría
todos en silencio.
Solsticio de invierno
La ciudad ha despertado
bajo la lluvia.
Viento frío.
Los villancicos de los niños
rumbo a la escuela.
Alfonso Caraballo, por el camino del silencio.
Por. Fausto Aybar "Liz"
El blog Espejos y Sombras, en su búsqueda del caminar del poeta dominicano por las sendas del haiku, se detiene en el acto de contemplación del periodista, escritor y poeta Alfonso Caraballo. Parte de sus trabajos literarios se han publicado en la antología “Mirada de haijin” 2015, y “133 haikus con y sin Zen” 2017. Pero lo que nos trae por aquí, es su libro de haikus “Pétalos de asfalto”. Podríamos decir: que su título es una construcción metafórica, pero lo cierto es, que hay que profundizar en los haikus, allí anidados para encontrar los hilos contemplativos del poeta. Porque solo un ser humano sensible puede ser conmovido por los pétalos que caen sobre el asfalto, ver como los pétalos se convierten en una alfombra natural para después de marchitos ser arrastrados por el viento. O es posible, que el poeta se haya conmovido por el crecimiento descontrolado de la ciudad. Una ciudad donde los árboles agonizan ante las miradas esquivas de aquellos que dependen de ellos. “Pétalos de asfalto”, es una propuesta de un haiku de humanidad, de silencio. Por ejemplo el haiku de la página 41, “El limpiabotas/ tiene el hambre en los ojos/ ¡Y llueve tanto!” Aquí el poeta nos muestra su lado compasivo, se pone en la piel del niño limpiabotas, siente un asombro de sensibilidad. Este haiku nos demuestra una vez más, que la poesía elige algunos seres humanos, y escribe en ellos. Pues amigos del blog “Espejos y Sombras”, es momento de dejarse tocar por los haikus del haijin Alfonso Caraballo, dejarnos llevar por su haimi o ritmo interior, para encontrarnos con el silencio que habita en las voces de la ciudad.
I
Sobre el asfalto
ruedan algunos pétalos
de la amapola.
II
Una bachata
deshilacha el silencio
desde muy lejos.
III
Un gallo canta
viene el sol por el Este
muy lentamente.
IV
El limpiabotas
tiene el hambre en los ojos
¡Y llueve tanto!
V
Rayito de sol
ilumina a esta hormiga
que nadie más ve.
VI
Voces lejanas
cruzan el río Ozama
hasta mi cuarto.
VII
Noche estrellada
un perro blanco orina
ante un semáforo.
VIII
Gotas de lluvia
en los pies polvorientos
del caminante.
IX
Al atardecer
en la copa de un árbol
un grillo canta.
X
Sobre una antena
un pájaro mira el sol
cuando desciende.
Miriam Mejía.
En el oasis de la
brevedad.
El Blog Espejos y sombras en su
continuo caminar por la senda del haiku dominicano, se detiene en el libro “Haikus
y Flores” de la escritora dominicana Miriam Mejía, una dama del haiku caribeño.
En este libro podemos observar como la escritora abreva del manantial de la
brevedad del quehacer literario japonés, siempre teniendo como primer orden sus
raíces territoriales, floras y faunas. Dando a conocer al mundo nuestras aves y
flores endémicas de la isla. Lo cierto es, que viviendo muchos años en Estados
Unidos, no olvida sus raíces. Porque vive en ella el impacto del asombro de
nuestra identidad dominicana. Entonces, sin más perorata, que hable el haiku, aquí
dejo una selección de lo que el haiku escribió en ella. Solo esperamos que
degusten de los haikus de esta haijina que vive en comunión permanente con la
naturaleza.
I
Zigzagueante
vuela, se posa,
sube
la mariposa
II
El firmamento
mirándose en las
aguas
del quieto lago
III
En la calzada
un caracol deja
huellas
frescas y húmedas
IV
En la lontananza
relámpagos y
truenos
un niño llora
V
Son las hortensias
un festival de pétalos
Inacabable
VI
Es cactus raro
la flor de
Bayahibe
Cerca del mar
VII
En el jarrón
alboroto de
pétalos
¡la peonías!
VIII
Dentro del río
piedras abracadabra
empujan peces
IX
Un tren ligero
penetra en el
silencio
del amanecer
X
Árbol temido
por sus finas
espinas
cambrón liniero.
Tomás Castro Burdiez.
“En la fuente de la
brevedad”
El Blog Espejos y Sombra se honra
en presentar una selección de haikus del libro “PUENTE DE HAIKUS” del prolífero
y destacado, escritor y poeta dominicano, Tomás Castro Burdiez, quien ha
publicado más de 20 obras literarias que, sobre todo, abarcan la poesía y la
literatura infantil. Es Premio de Poesía Biblioteca Nacional, Premio de Poesía
Universidad Central del Este, Premio Nacional de Poesía y Premio Nacional de
Literatura Infantil, y finalista en el Premio Letras de Oro (Estados Unidos).
Ha sido traducido al japonés, inglés, francés e italiano. Su primer libro Amor
a quemarropa ha sobrepasado las 15 ediciones. Fue presidente de la Cámara
Dominicana del Libro y director de la Biblioteca República Dominicana. Este libro
de haiku fue traducido al japonés por prominentes escritores y poetas japoneses
entre ellos: Hikozo Matsuyama, Yumio Awa, Yukiko Sugishita, Wakana Goto y
prologado por Masatero Ito. En “PUENTE DE HAIKUS” el poeta dominicano, abreva de
la poesía japonesa para dar luz a esta isla, que está en el mismo trayecto del
sol. Pues aquí les dejamos esta pequeña selección, de sus 349 haikus. Con este
trabajo solo esperamos que usted también se deje tocar por la magia del haiku.
I
Las hojas secas
arrastran la memoria
de la tempestad.
II
El árbol canta
en la garganta del
viento
y en la del pájaro.
III
En un momento
estalla el amarillo
de girasoles.
IV
Haiku dedicado a la
memoria del poeta dominicano Rafael Abreu Mejía
Con las manos de
Rafael
la luz abre un
paréntesis
que se convierte en
arcoíris.
V
Haiku dedicado al
defensor del Amazonas Brasileño, Chico
Mendes
Don Chico Mendes
creció como un árbol
y se hizo bosque.
VI
El caer de la hoja
apenas desde el sueño
podemos escuchar.
VII
La rana deja
de saltar en el
charco
perdura su croar.
VIII
La brisa toca
las ramas y el canto
de los pájaros.
IX
El haiku brota
de la manos de un
haijin
y alza su vuelo.
Bajo la ciudad
un murmullo de ratas
suena sin miedo.
Voces de la Cafetera.
Ramón Estrella
Hubo testigos
Llora la tarde, la voz de un jilguero enmudece, se ha
espumado el aroma del café, ya no se enreda su esencia entre el pelo de Gleam
Parls.
Como gotas saladas llovía la nostalgia en los ojos de un
diácono poeta, que observaba desplegarse aquella puerta de metal cuando la mano
decidida del adiós, cerró la cafetera.
En su interior una obra de arte languidece en la pared,
en ese espacio vacío, en el vientre mismo de la cafetera, una legión de
fantasmas se atrincheran.
Enarbolando los libros, la poesía, los versos, que son la
espada, que ha logrado atravesar el tiempo, poniendo en alto la cultura y el
arte Dominicano.
Si, los fantasmas, de los poetas han empuñado la espada,
para que el ejército implacable del olvido no borre su legado.
El cual, la cafetera hizo florecer con tertulias
fascinantes, entre bohemios, artistas , música, poetas, escritores, vinos
buenos y café.
Ernesto Vantroy
La cafetera se ha muerto
y con ella la poesía
todos nos quedamos solos
se nos fue la fantasía.
Cuántos ayeres se van
por esta calle vacía
donde ya no habrá poetas
ni buen café ni alegría.
Se van las conversaciones
de grandes intelectuales
y de poetas aprendices
que allí elevaron altares.
Qué fue de Víctor Villegas,
que está cumpliendo cien años,
sus largas conversaciones
con amigos, con extraños.
Recuerden el taburete
de Don Manuel del Cabral
o en aquel que Pedro Mir
se disponía a charlar
con decenas de exiliados
e izquierdistas perseguidos,
todos allí eran hermanos
hallaban todos un nido
Todos vamos a buscar
que reabra La Cafetera
no debemos permitir
que toda su historia muera.
La Cafetera cierra
Daivy De Jesús López
Cerraron la palabra
En vísperas de un viernes,
A la vista de Glaem,
De Deivy y de Jacinto.
Como pestañas de ojos
Apagaron la voz
Y la puerta es un muro
Que silencia al poeta.
Dos últimos café.
Su reloj biológico
Marca la cuatro y siete
Y suena la máquina;
Pero su aroma, aroma
Cargada de tristeza,
De impotencia salada
En el agua de mi ojo
Que corre cómo verso,
En la última página
De nuestra antología,
Es distinto el sabor,
Ya no vuelan coplas
Ni trazan ilusiones
Los cuadros de maestros
Que ven desvanecer
El color de la voz,
Que libertad declaman.
La tristeza es espesa.
Sobre los pies del bardo
Que contempla la tarja.
Ya son las cinco y siete.
Desde la calle El Conde,
Mirando su interior
Expresa una elegía:
“Los versos, su espesura,
Se hizo oscuro el silencio…
La Cafetera cierra”.
Aristóteles Ponserrate
Sentimiento de derrota a la
cultura, dolor de incendio trashumante, herida supurante en el estrago del
tiempo, qué lamento tan profundo, alarido que horada la conciencia de quienes
hicieron de La Cafetera su altar, para entregar a las musas sus ofrendas más
primorosas.
El cierre cruje, roe,
desgarra, taladra como daga incendiaria en el corazón de quienes de hinojos
vemos partir un espacio entrañable, un acogedor y creativo rincón en donde los
sueños fueron certezas tejidas entre cafés, copas y elegías.
CERRARON LA CAFETERA
Por Roberto Núñez
Cerraron La Cafetera,
la casa de los poetas,
Su reunión será en la acera
sin café y sin bicicletas.
Fue un cierre sin aviso,
tampoco hubo preaviso.
Ya no habrá cesantía
y se perderá la empatía.
Fue un cierre repentino
dejando afuera la poesía,
pero seguiremos el camino
sabiendo lo que se quería.
Cantaremos sin café,
siempre a los cuatro vientos
sin perder nunca la fe,
y hasta leeremos cuentos.
Los poetas se irán
con su música por dentro;
pero también seguirán
de la ciudad en el centro.
LA CAFETERA
Jacinto Sencion Mateo
No ha muerto, su agonía es la
nuestra, su derrota es cadarzo que acaricia la diestra, es pendón de olvido que
mece las ramas del olivo, no ha muerto el verso en la esperanza calcinada como
susurra a la memoria el hada encantada, se desliza la prosa en los viernes de
Poetas en La Cafetera y la tetera de café reverbera, es la historia, es la
memoria, es la fragua que no de tregua, se eleva cantarina la voz en canto de
tristeza cuando el cierre se viste de certeza: La Cafetera de sueños, de
artilugios, de verbenas, diálogos, aromas, entorna su mirada postrera y se
extingue en una tarde cualquiera de septiembre. ¿Se ha fugado la locura en el
aroma del café?
Gonzalo Alvarino
Cartagena de Indias, Colombia
Elegía en forma de taza de
café
Luego de ocho décadas
los amigos se marchan para
siempre
de la Calle del Conde.
Desaparecen los cuadros,
los colores, las risas
y el café de las cuatro de la
tarde.
En la primera isla algo
sagrado muere,
los viernes serán ahora
un lugar oscuro para las
voces,
y el corazón de Santo Domingo
grita,
y mi hermano Jacinto paga el
último café.
LA CAFETERA
Yi-yoh Robles
!Es mi relax! "La
Cafetera" /Calle El Conde en mí Ciudad Colonial amada en la que vivo y
tengo mi taller artístico.
Aquí me he tomado mi café a
horas tempranas durante muchos años. Me topo con el admirable maestro de las
artes plásticas RD José Cestero.
Desde aquí armo mis proyectos
y he vendido mi libro con éxito.
Desde aquí junto a mí
inseparable amigo hermano del alma Pipen Glaem Parls , de forma entusiasta
convertimos muchos sueños en realidad.
Todo este culto a la cultura y
el arte lo traigo desde el vientre de mi madre.
Primero utilizábamos el
restaurante café El Conde = "Palacio de las esquizofrenia", lugar que
luego se convirtió en entidad turística perse y perdió su alma de escenario del
arte y la cultura, entonces nos refugiados en "La Cafetera".
Muchas historias, anécdotas,
vivencias etc. se pueden contar desde estos lugares de nuestra amada Ciudad Colonial.
Willfrido Velázquez Gómez
Esta puerta cerrada,
Está abierta al escrutinio;
rompiendo el silencio.
Rebosante de una gramática y agramatical rebelión;
de encuentros poéticos;
inundando páginas en su equilibrio,
permea el círculo;
yaciendo en este plano,
a pesar de las controversias;
no son elogios son los hechos;
que perturban, en el sonido contundente de las letras;
patrimonio en todo sus estilos,
flexible a los sentimientos;
cultura es arte al ritmo de las voces;
candil encendido a lo cimientos de la luz.
Es de todos, no de uno; esta sinergias;
se enfrenta al espejismo;
razón ineludible que frecuenta las preguntas,
en el espacio y el tiempo.
Orbitan las palabras fervientes,
que inmensurablemente serán el verbo.
Simiente incorruptible que no caduca,
que persiste en su vivencia,
cual Fórmula intangible y precisa...
¡Abrid la puerta!
porque esta puerta estará abierta a la razón,
vertical e incorruptible.
Son de tolerancia y amistad,
son irrefutables.
Punto neurálgico de encuentros;
neutral en su benevolencia...
¡La Cafetera, no ha muerto!
Por. Fausto Aybar.
Hasta las entrañas
del oráculo llego la noticia
¡Cerraron la cafetera!
Y enfurecido, el dios Café,
evocó a las ánimas
de los poetas muertos.
Y la calle el Conde fue
ungida de versos,
ungida de sueños.
¡Porque la cafetera,
no ha muerto!
Solo esta postrada
en la sonoridad del sigilo.
Esperando que del vientre
de la noche germinen otros
verbos.
Esperando que nuevas voces
preñadas de alegorías:
mantengan vivo, el vivaz
fuego.
De las heredadas voces,
que detuvieron el tiempo.
Tiempo de preparación espiritual Fin de Adviento. En esta noche fría todos en silencio. Mañana fría. Desgranando gandules el co...