Desnudez
He
planificado tu muerte
como planifican las golfas
una migaja de amor en
noche de oprobio.
He
planificado tu vuelo
sin saber si aún queda
espacio para tu libertad .
He
planificado tantas cosas,
que he visto crucifijos rotos
ahogándose en lágrimas, y mariposas vigías
camuflaje hadas de lodos
He
planificado tu olvido
entres mares de espejos, y a escondida,
entres los edificios poblados de reptiles desnudos.
He
planificado tu llanto
sin saber si aún el corazón
palpita brevemente en la oscuridad de mis ojos.
He
planificado tanto,
que los habitantes humedos que habitan en mi lengua
solo lloran tu aliento,
solo duermen y mueren en el viento.
Liz
Seguidores
jueves, 17 de julio de 2008
viernes, 4 de julio de 2008
Destierro
Yo
quise soñarte ave
pero me sorprendio
la aurora queriendo emigrar
hacia aquellos sueños abatidos
por los recuedos
Quise soñarte luna
pero el universo se llenó
de planetas en coalición
y en el infortunio del cosmo
se destartalaban los besos.
Quise soñarte cielo
o quizas espacio, pero las nubes
se dislocaron formando paises extraños
con habitantes atonitos.
Quise soñarte feliz y estaba triste
tal vez quise soñarte palabra
y moría entre sílabas extrañas.
Quise soñarte sercana
y me arropó la distancia
por eso quise soñarte toda
y a la vez nada
o quizas quise soñarte
tiempo y te quedaste divagando
entre jardines muertos.
Liz
quise soñarte ave
pero me sorprendio
la aurora queriendo emigrar
hacia aquellos sueños abatidos
por los recuedos
Quise soñarte luna
pero el universo se llenó
de planetas en coalición
y en el infortunio del cosmo
se destartalaban los besos.
Quise soñarte cielo
o quizas espacio, pero las nubes
se dislocaron formando paises extraños
con habitantes atonitos.
Quise soñarte feliz y estaba triste
tal vez quise soñarte palabra
y moría entre sílabas extrañas.
Quise soñarte sercana
y me arropó la distancia
por eso quise soñarte toda
y a la vez nada
o quizas quise soñarte
tiempo y te quedaste divagando
entre jardines muertos.
Liz
Veneno del holocausto
He
tocado unos labios
que nunca debi de tocar,
veneno del holocausto
para una risa inmortal.
He
dormitado entre brazos
de liendras y de sal,
vientos de un sueño
para un dolor sepulcrar.
Liz
tocado unos labios
que nunca debi de tocar,
veneno del holocausto
para una risa inmortal.
He
dormitado entre brazos
de liendras y de sal,
vientos de un sueño
para un dolor sepulcrar.
Liz
Memoria
Un día despertaré
y encontraré la noticia
esparciendoce como musgo
sobre la tierra,
y la sombra no sera tu sombra,
sera el cielo.
Grandes columnas de unicornios
florecerán bajo tus ojos
pasarán los siglos y
estarán ahí, intangibles, llorando
tus sueños.
Un día despertaré
y entre mis venas
correrá tu nombre,
de mis labios brotarán duendes
y sirenas, mas de tu cielo
la luz del universo.
y encontraré la noticia
esparciendoce como musgo
sobre la tierra,
y la sombra no sera tu sombra,
sera el cielo.
Grandes columnas de unicornios
florecerán bajo tus ojos
pasarán los siglos y
estarán ahí, intangibles, llorando
tus sueños.
Un día despertaré
y entre mis venas
correrá tu nombre,
de mis labios brotarán duendes
y sirenas, mas de tu cielo
la luz del universo.
Angel
Ángel
Ángel
labios que se abrazan,
se disecan, que emergen
entre las lluvias de los sueños,
arco iris de ceniza liberando colores,
musgos de los siglos desterrando la piel,
luciérnagas que habitan en la
oscuridad de tu aliento.
Ángel
sombras durmiendo sobre mi espalda,
fantasma escapando en mil batallas,
semblanzas de tiempos y mariposas,
infinita mudez que nos acorrala
Liz
Ángel
labios que se abrazan,
se disecan, que emergen
entre las lluvias de los sueños,
arco iris de ceniza liberando colores,
musgos de los siglos desterrando la piel,
luciérnagas que habitan en la
oscuridad de tu aliento.
Ángel
sombras durmiendo sobre mi espalda,
fantasma escapando en mil batallas,
semblanzas de tiempos y mariposas,
infinita mudez que nos acorrala
Liz
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Alfonso Caraballo, por el camino del silencio.
Alfonso Caraballo, por el camino del silencio. Por. Fausto Aybar "Liz" El blog Espejos y Sombras, en su búsqueda del...
-
José Ramón López Lora. Hurgando en un escritor que habita...