EPITAFIO PARA UN HOMBRE DE LUZ
A la memoria de Manuel Minaya
Emigrante eterno
trasladarlos de las estresantes calles de Manhattan,
recobrarlos de las ruidosas horas de Wall Street,
despojarlos de la iniquidad Apple and Body blake.
Quiero descontaminarte, desempolvarte, mitigar el dolor
de los hombres de
espejos que habitan en Broadway,
ahuyentar esas luciérnagas invisibles
que pueblan el Central Park,
y sentarme a tu lado, hablar de tiempos lejanos,
bañarnos de risas y cenizas,
romper con el sueño profundo
del invierno que habita en tus huesos.
Quiero trasladar,
a ti, y a tu alma,
desvalijar a New York de tu sombra,
mas no de sus fantasmas,
beber cada
silencio de las mariposas
que mueren en las fauces del Hudson,
recorrer en la distante noche la longevidad Empire State.
Quiero desenterrarte, arrullarte entre flamboyanes y
cigarras,
hacer un puente tan largo, que los duendes ebrios
de long Sland, en epígrafes continuos desoven estrellas,
y sobre cada constelación del universo perpetuar tu
aliento,
mas del llanto eterno, restos de tierra, para quien fue,
mas que polvo, sueño.
Fausto Antonio Aybar.