Poema (Despedida de la noche
que se queda)
Una noche vieja se va,
pero se queda, se
queda el dolor
por los que partieron,
la angustia de que también nos iremos.
Una noche vieja se va,
se va, hacia el
sendero más oscuro de la historia,
pero se queda, se
queda en la memoria
de unos mortales que
pretendieron ser inmortales.
Una noche vieja se va,
para que también
vuelva un viejo día,
para que vuelvan los
fantasmas de la luz
habitar los campos del
silencio.
Una noche vieja se va,
se va una vieja noche,
pero se queda el
abrazo reprimido,
la urgente necesidad,
del grito libertad.
Una larga y vieja
noche se va,
se va, hacia un largo
y viejo día,
porque se va, y se
queda como una minúscula oración
en estos cuerpos que
no asienten una miga de soledad.
Una noche vieja,
quizás, se vaya o se quede,
porque un largo y
viejo día volverá al vientre de una vieja y larga noche,
aunque el olvido intente ahogar la eternidad .
Fausto Antonio Aybar Ureña