MIGUEL ÁNGEL CONTRERAS PEREZ
(UNA VOZ QUE SE AGITA EN EL VIENTRE)
Al hurgar en este mundo digital, donde los seres humanos no acabamos de entender la gran utilidad de la ciencia, me he encontrado con un joven que llena de poesía a la humanidad, es de precisar, lo importante que es, que la nueva generación de escritores del mundo estén utilizando la tecnología para dar a conocer su creación. Pues amigos del blog literario Espejos Y Sombras: hoy traigo para su análisis y reflexión los escritos del joven poeta dominicano Miguel Ángel Contrera Pérez (Leu Gim), oriundo de la provincia de Dajabón.
Hablar del poeta Miguel Ángel Contrera, es hablar del tiempo, es hablar en un lenguaje universalmente infinito, es hurgar en el legado de las voces de los poetas que duermen bajo el abrigo de las palabras, hablar de un poeta, es hablar de todos los poetas, porque no importando sus tendencias, sus ecos revotan en todo nuestro universo.
Amigos todos, es aquí, como diría, Nicolas Guillen, el sinsonte, poeta de canto grave. Sólo queda que como Leu Gim, otros jóvenes de nuestro país y el mundo sigan abonando los senderos de aquellos que entregaron todo por las letras, pues poeta, éxito en este largo trayecto.
TORMENTAS (Terquintesio)
¿Mi corazón no llueve, poetisa?
Y estos mares que salen de mis ojos,
¿De dónde vienen, dime, de la brisa?
Y estos mares que salen de mis ojos,
¿De dónde vienen, dime, de la brisa?
¿Mi corazón no truena? Puede ser...
Es un río de brumas y despojos
que viaja de la nada hacia la nada
escandalosamente. Por doquier
oigo su voz gritar, descuartizada.
Es un río de brumas y despojos
que viaja de la nada hacia la nada
escandalosamente. Por doquier
oigo su voz gritar, descuartizada.
Tengo tantas tormentas en mi pecho
y tantos terremotos y pasiones
en este corazón que está deshecho,
y ayer fue manantial de sensaciones
y tantos terremotos y pasiones
en este corazón que está deshecho,
y ayer fue manantial de sensaciones
IMPOSIBLE
Cómo arrancar tus ojos de los míos
que alimentan océanos y lagos
como las aguas turbias de los ríos.
que alimentan océanos y lagos
como las aguas turbias de los ríos.
Cómo arrancarte, amor, del alma mía
cuando sin vos mi espíritu fenece
y fenece la luz y la alegría
y amenazan de muerte los estragos
y se apaga la aurora, y oscurece.
cuando sin vos mi espíritu fenece
y fenece la luz y la alegría
y amenazan de muerte los estragos
y se apaga la aurora, y oscurece.
Para de mí sacar el amor tuyo
tendría que arrancarme el corazón
como si fuera un lánguido capullo
herido por el bárbaro Aquilón.
tendría que arrancarme el corazón
como si fuera un lánguido capullo
herido por el bárbaro Aquilón.
LLUVIA (Terquintesio)
Llueve mi corazón, amada, llueve;
truena, relampaguea, se diluvia,
y es un planeta frío cual la nieve.
truena, relampaguea, se diluvia,
y es un planeta frío cual la nieve.
Truena mi corazón, amada, truena,
y cae de mis ojos tanta lluvia
como jamás cayó ni caerá...
Estoy de tanta pena que doy pena,
mi espíritu, flor nueva, morirá.
y cae de mis ojos tanta lluvia
como jamás cayó ni caerá...
Estoy de tanta pena que doy pena,
mi espíritu, flor nueva, morirá.
Caben tantas tormentas en un alma
y en un solo dolor dolores tantos;
y tantas tempestades en la calma,
y en solo un corazón mares de llantos.
y en un solo dolor dolores tantos;
y tantas tempestades en la calma,
y en solo un corazón mares de llantos.
CANCIÓN DE NOSTALGIA
Como cantor sin musa contemplo triste el cielo
y entre una manta negra dormitan las estrellas.
Triste digo tu nombre entre las flores bellas...,
triste digo tu nombre y se estremece el suelo.
Oigo un cantar de grillos nostálgico y divino
y es tanto la añoranza que siento que la flor
prendida entre mi pecho olvida su destino:
fundirse eternamente con su sincero amor.
Hay noches en que el canto sabe a llanto de niño
cual la rosa que nace con belleza sin par
y marcha hacia la nada cual los ríos al mar...,
pero lleva en el alma un mundo de cariño.
¿Quien conoció jamás la esencia de la noche,
la noche de la rosa, la rosa de la vida?
¡Quien sumiso responde al divino reproche...!
¡Pero yo solo escucho la sangre de mi herida!
Mi herida es esta muerte que me deja sin vida
y al mismo tiempo es vida que me deja sin muerte...,
en esta triste noche mi añoranza es tan fuerte
que el alma se me escapa hacia su consentida.
La noche sigue triste y los grillos cantando
y el poeta escribiendo todo lo que le ocurre
y el canto de la noche nostalgia va llorando
sobre el tiempo fugaz que cual la luz transcurre.
He vivido mil noches en solamente un día;
cuando no pude oír los labios de tu voz
que son (y no exagero) divina melodía
tu ausencia es un tormento, no hay nada más atroz.
Amada de mi vida, mi ser te extraña tanto
que siento que el sentido es puro sinsentido.
¡Oh, vida de mi vida, ven a calmar el llanto
de nostalgia y amor que mata mi latido!
En una sola noche caben tantos infiernos,
infiernos fríos, fríos, como el granizo mismo...
En un verano triste caben tantos inviernos
y en solo un pensamiento cabe todo un abismo.
MI VENUS
Como cantos de dulces ruiseñores
cuando lloran las nubes de alegría,
veo "dioses" rendirte pleitesía,
y suplicar de hinojos tus amores.
Luz personificada, tenue diosa,
mujer que no es mujer por ser tan bella,
la luz que emana Apolo, y cada estrella
reflejo es de tu gracia primorosa.
Me da en el corazón tu nitidez,
me da para matarme mas no puede,
no puede por la vida que concede,
más vida que la vida, sí, tal vez.
Me muero y me revivo, dulce diosa,
por comer de las mieles de tu fuente
y apagar este cuerpo refulgente,
y anegarme en tu boca voluptuosa.
Oh, Venus, dueña mía, te venero,
mujer que no es mujer por ser tan bella,
te venero por ser mi fiel doncella,
y ser Vulcano es lo único que quiero.
TRANSGRESIÓN
"Sucede que me canso de ser hombre"
Neruda
Neruda
Sucede que me canso de morir
de morir de pasión por una flor,
me muero de llorar y de sufrir
limosneando una gota de calor.
de morir de pasión por una flor,
me muero de llorar y de sufrir
limosneando una gota de calor.
Sucede que me canso de vivir
de vivir feneciendo por amor,
mi corazón no siente su latir,
se muere de silencio, ¡qué dolor!
de vivir feneciendo por amor,
mi corazón no siente su latir,
se muere de silencio, ¡qué dolor!
Y, sucede que nada me sucede
ni estoy muerto ni vivo, ¡qué tormento!
¡Si viniera mi amada a consolarme!
ni estoy muerto ni vivo, ¡qué tormento!
¡Si viniera mi amada a consolarme!
¡Muera la soledad que vil transgrede
feroz, mi triste amor, de amor sediento,
para vivir muriendo sin quejarme!
feroz, mi triste amor, de amor sediento,
para vivir muriendo sin quejarme!
Cuando este corazón deje de ser,
cuando la madre tierra me posea
y me esconda de ti, dulce mujer,
sin la luz de tus ojos: ¡Viva tea!
Cuando mi barro triste, ya no sea,
ni riegue mi silencio por doquier,
meloso como el ave que gorjea,
dichosa de tu luz poder beber:
Me moriré de amor, estando muerto,
y me levantaré para tenerte
al borde del destino descubierto,
y volveré de nuevo a conocerte.
Cuando mires mi tumba con tus ojos,
yo me levantaré de mis despojos.
DIAMANTE MAL AMADO
Siento en mi corazón arder un fuego,
un fuego que me quema, de amor puro
derramado, cual lluvia, desde el cielo
doblegando el vigor del pecho duro
y rompiendo los cántaros del llanto,
el llanto doloroso, dulce, amado.
Henchido el corazón de fuego amado
pasó de ser de carne, a ser de fuego
y no mengua del alma el triste llanto
que me deja sin ser, pero más puro;
se eterniza, muriendo, el pecho duro
por la llama venida desde el cielo.
¡Misericordia pido, justo cielo
líbrame de la muerte, Dios amado
que me mata el amor, con golpe duro!
¡Derrama otro diluvio, para el fuego
que devora mi ser, límpido y puro!
¡Ven, y tapa la boca de mi llanto!
A pesar de que muero en mar de llanto
y le pido socorro al grato cielo
sigue siendo mi entrega, lo más puro,
de tal forma, que siendo poco amado,
sigo amando con vivo y puro fuego
fuerte como diamante, puro y duro.
Arráncame la muerte, ¡fuerte!, ¡duro!,
¡qué despierte la vida con su llanto!,
que se torne de acero el bravo fuego,
que se rompan las cúpulas del cielo
pero nunca me deje, amor amado
más que rico tesoro, más que puro.
Me dicen que el amor es lo más puro
por cierto, no lo dudo, pero es duro
más duro que diamante mal amado...
más duro que la muerte de mi llanto,
mi llanto que se riega bajo el cielo,
el cielo que me dio tan dulce fuego.
¡Oh, qué pasión de fuego, de amor puro,
que derrite lo duro cual mi llanto,
que del cielo provoca amor amado!