DESPEDIDA II
Dormir aquí,
hasta que el tiempo
se vaya diluyendo,
la gravedad no exista,
mi alma orbite en la disparidad
del agua
Dormir allá,
desenfrenadas lombrices
devorando las texturas de las cruces,
capullo en calor,
estancia de luces, el adiós.
Dormir,
tan sólo dormir,
rejas de aplausos,
no importa en cuantas partes
este dividido el sueño,
espiga, madriguera vendita del viento.
Dormido aquí,
dormido allá,
no hay un sueño mas largo que la muerte,
aroma en el aires,
despliegue de pétalos en mi boca.
Fausto Antonio Aybar Ureña.
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viernes, 22 de junio de 2012
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