DEL LIBRO CANTO RODADO
LA NOVIA DEL PESCADOR
Con la mirada
Tendida al horizonte
Blanco y azul o ya dorado
Tendida al horizonte
Blanco y azul o ya dorado
Su ardiente pecho
Acoge el bicho
Dulce frescor y hedor
Pez de sus amaneceres
Acoge el bicho
Dulce frescor y hedor
Pez de sus amaneceres
Hurga sin tregua
La prodiga y salitrosa
Vastedad
Espera la llegada del
Pescador
La prodiga y salitrosa
Vastedad
Espera la llegada del
Pescador
No vacía, su alma
La novia no está sola
Se abraza a elementos
Se llena de elementos
La novia no está sola
Se abraza a elementos
Se llena de elementos
También abraza a la novia
Arenisca de maqueyes y
Se arropa
Con vaivenes de olas
Que danzan para ella.
Arenisca de maqueyes y
Se arropa
Con vaivenes de olas
Que danzan para ella.
Otros bichos le hacen compañía
Sí, porque si el pescador
Se aleja
Cada día
La novia no está sola
ERMITAÑA
Sí, porque si el pescador
Se aleja
Cada día
La novia no está sola
Ermitaña me
digo
mujer contenida en la palabra clamo
el viento
de primavera truena mi voz
en los
oídos del alma
Ermitaña
con la
forma y el sentir del caracol
unas veces
no me ven
unas veces no
me oyen
quien habla
quien viene
Ermitaña
abandone mi caracol
en alas del
viento
de la
primavera a una playa lejana
fui a parar
y como no
Ermitaña
soy mujer
que grita
quienes
pasan no saben quién gritó
pasan pasaran
pero yo
estaré aquí
toma mi
caracol abandonado y ponlo en tus oídos.
MUJER
El cavilo de sentido se rompió
puso letargo, puso espera
de amor y cavilo
la mujer apuntala
sueños al florero
a la estatuilla la pregunta
y al charamico.
Ata a una flor seca
el hilo, amor
que la araña
en su tela modeló.
Inoportuna
¡zas!, la visita
el hilo desató.
Sutil
la trama de la tela de la araña
tesonera
toca aquí
toca allí
viene y va, amor
la mujer
por su tela
por su trama
la que hila sin cesar
al conjuro
que la araña le ofreció.
LA MUJER
Ella ensaya una danza luminosa con su manto naranja. Ligera al viento
se ha despojado de trabazones que impedían andar, andar. Ella misma
lechuza, aguzó la mirada en las tinieblas y poderosa vio la luz. Se recoge
y va muy dentro de si; ya el tiempo no cuenta. Ella tiene marcada en
la piel señales de la vida entre los otros y con los otros. La reconocen.
¡Es ella!, dicen. La mujer revivida no se extingue en su dar.
Entrega la vida que no acaba
deposita el don en la otra, ella- misma, confiada,
Todos están, caminan sonrientes, son, han estado siempre
Unos esperan para re-enrumbar el caminar
otros, se dan vuelta y se encuentran
se detienen y se descubren
No ha sido fortuito
Caminar sin desmayar con el mandato de relevar antes
que se agote el ciclo.
La luna-mujer, en mudas, fases se asoma nueva y sutil
entorno de lo amado y lo vivido; se adueña del espacio que despeja
Allí, ella, la mujer- flor-simiente es habitáculo de la vida.
Se resuelve en madre-ahora;
madre – ayer;
madre al principio,
y madre que se va
permanece en la que transita con el secreto de saber atesorado.
AL ALBA
Sólo la mañana es mía
mío es el aliento de la yerba
la que me acaricia al pasar
ahora no tengo más.
No quiero más.
Soñoliento
el lucero se apura
para llegar al techo y descansar
testigo exhausto
a su expensa están quienes esperan
el alba para tanto deseo.
La noche no alcanzó.
Impenitente
yo transito
despertada por mandatos
de brujas
de curanderas
y extraviadas.
Son parteras
Salí a la calle
un halo me envolvió
era la brisa que se iba.
llevaba
partículas de todo
cuanto vive
de todo lo que
habita
de todo lo que muere.
Me seguían
se desataban, me tocaban
y cuando no,
me franquearon
el sendero, retozan.
Me quieren desposar
Cruzas,
tambaleas mi monólogo
soy caminante te aviso
llevo tu mirada.
LUNA Y OLA
Riela la luna de plata
trueca la mar en un espejo
luz, en serpentina se diluye
va y viene
encaje de espuma
en alfombra
la arena trueca
que mi pie deleita.
LA FLOR DE MI VEREDA
Al ras del suelo humilde
en el tronco de enhiesta y grácil palmera
la flor de mi vereda
regalo del sendero
cual brizna se cimbrea
resiste azares
única, el esplendor de su amarillo
al mismo sol opaca
en su orgullo de ser
en este día.
LIBADORA
Libadora voy contigo a la colmena
yo sé de tus apuros.
Espera que rebusque
no veo mis zapatos de siete leguas
no tengo alas.
Espera libadora
mira el esplendor de la rosa.
ves el aura?
Libadora
voy contigo a pensarte en la colmena.
DONES
Depositaria soy.
Atesoro dones
hacen de mí, la que cambia el curso a tu mirada
y adivina y goza tu sonrisa.
abunda mi aliento y alcanza para dar.
Bendigo la infancia, su pregunta y su sonrisa.
Bendigo la mesura de esta anciana.
Bendigo la ilusión de mamá que me dijo, sigue cula, sigue.
Bendigo su amor,
su amor de lavandera.
Le debo el don de presentir la lluvia y conversar con las nubes
el don de sentir y clasificar la brisa y unas veces quedar gozosa envuelta por el viento
el don de acompañar y querer estar
el de inventar hasta que aclare el día
el don de liberar la palabra y juntas clarear
cual el día…
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