EN LA LUZ DE LA CARNE
Bajo esta sombrilla, dos cuerpos,
una lluvia invisible y voraz, las huellas
que ya no están, aletean luciérnagas
y mariposas por no claudicar.
Bajo este cielo, hileras de santos,
enlodando el sendero donde se refugian
los ángeles, dos centuriones dormidos
en la orfandad de la luz
Bajo este carne, una sombra
pintada de asombro, una madre se
arrodilla ante el hijo, una flor
dormida en el libro.
Bajo esta luz, tú, el unicornio
que habita en mis sueños, la muchedumbre
ingerente, imperfecta, quizás yo, diluyendo
el olvido.
Fausto Aybar
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miércoles, 17 de febrero de 2010
IMPERFECTAMENTE HUMANO
IMPERFECTAMENTE HUMANO
Oxilón, recorrió cincuenta mil años luz, traspasó un centenar de galaxias, estaba exhausto, a la distancia distinguió una esfera líquida, se asomó cautelosamente, él provenía de la undécima nebulosa de Akala. Recorrió minuciosamente cada rincón de aquella esfera líquida, y para su sorpresa, oyó que se llamaba tierra.
Oxilón tenía una encomienda, pero antes debía hacer unas indagaciones sobre sus habitantes, pudo notar que el lugar era de una gran riqueza, tal vez su diseñador tan sólo cometió un error, sus habitantes, ellos se destruían entre hermanos, pudo notar que hombres de guerra recibían papeles de paz, que todos sus conocimientos eran para resguardar sus miedos, más él, en la fluidez del misterio se oculto entre las nubes para huir de la contaminación.
Y para sorpresa de Oxilón, vio que lloraban, y se preguntó, si lloran, ¿por qué matan?, porque para él, la muerte era una imperfección del universo, entonces, se retiró a otra galaxia en busca de un nuevo planeta, porque ya no existía una excusa para la invasión.
martes, 2 de febrero de 2010
DEPUES DE LA MUDEZ
DESPUES DE LA MUDEZ
Oh…… Por favor, por favor detente, vasta ya, no caben más muertos en este lugar agrestes, no cabe más llanto en este cielo de polvo, Sólo ruinas se dibujan en el horizonte, se mezclan con esta miseria, con esta hambruna que recorre vientres, huesos y almas, que se atrinchera en la mudez del desatino.
No, no he ultrajado el verbo, no he recorrido el universo en los brazos de Hércules. Sólo esta imperfección del talón de Aquiles la llevo en mí memoria. Por favor sólo detente; he asimilado la estocada. Excúsame si alguna vez todo este rencor se volvió carne. Ven calma este dolor, bendito sea señor.
(En memoria a los hermanos haitianos)
Fausto Aybar
Oh…… Por favor, por favor detente, vasta ya, no caben más muertos en este lugar agrestes, no cabe más llanto en este cielo de polvo, Sólo ruinas se dibujan en el horizonte, se mezclan con esta miseria, con esta hambruna que recorre vientres, huesos y almas, que se atrinchera en la mudez del desatino.
No, no he ultrajado el verbo, no he recorrido el universo en los brazos de Hércules. Sólo esta imperfección del talón de Aquiles la llevo en mí memoria. Por favor sólo detente; he asimilado la estocada. Excúsame si alguna vez todo este rencor se volvió carne. Ven calma este dolor, bendito sea señor.
(En memoria a los hermanos haitianos)
Fausto Aybar
jueves, 21 de enero de 2010
HAITI VIVE
HAITI VIVE
Hoy hay llanto en la ciudad,
los escombros revisten de dolor
la patria hermana, los niños no volverán
a las escuelas, los enfermos quedaran
enterrado en los hospitales, mas todo
este sonambulismo nos llena de empatía
y fraternidad.
Hoy las lágrimas no tienen idiomas,
no tienen creencias, sólo tienen imágenes
que llenan de tristeza la humanidad.
Hoy la patria llama a sus hijos, sus hijos
aclaman a la bondad del mundo.
Hoy Dios nos ha tocado, ha hecho
una herida en nuestras almas, ha hecho
del dolor una reflexión, del grito un canto.
Hoy serán ruinas, mañana millares de manos
monolíticamente unidas en post de
nuestros hermanos caídos.
Hay una luz que se avista en la oscuridad
un relámpago que recorre nuestros ungidos
rostros, y hoy Haití esta en nuestros labios,
en nuestras sangres, en nuestros sueños.
Vamos levántate hermano que hay mucho
por compartir.
Fausto Aybar
Hoy hay llanto en la ciudad,
los escombros revisten de dolor
la patria hermana, los niños no volverán
a las escuelas, los enfermos quedaran
enterrado en los hospitales, mas todo
este sonambulismo nos llena de empatía
y fraternidad.
Hoy las lágrimas no tienen idiomas,
no tienen creencias, sólo tienen imágenes
que llenan de tristeza la humanidad.
Hoy la patria llama a sus hijos, sus hijos
aclaman a la bondad del mundo.
Hoy Dios nos ha tocado, ha hecho
una herida en nuestras almas, ha hecho
del dolor una reflexión, del grito un canto.
Hoy serán ruinas, mañana millares de manos
monolíticamente unidas en post de
nuestros hermanos caídos.
Hay una luz que se avista en la oscuridad
un relámpago que recorre nuestros ungidos
rostros, y hoy Haití esta en nuestros labios,
en nuestras sangres, en nuestros sueños.
Vamos levántate hermano que hay mucho
por compartir.
Fausto Aybar
NAVIDAD
Navidad
Sólo el viento del otoño
acarician nuestros huesos,
mas cuando me visto de navidad,
santa esta varado entre la eternidad y el tiempo.
Y no se por qué cuando recorro
toda la soledad de estos labios,
hambre y muerte se ciñen en el horizonte
de algunas ciudades pobladas de duendes y fantasmas.
Sólo en nuestros sueños hay senderos sin transitar,
luciérnagas batallando en este mundo de luz artificial,
surcando latitudes para abortar
amores en estado de intoxicación,
más cuando de la tierra aflora una estrella,
canciones y villancicos para quien pretendió
mutilar la navidad.
Fausto Aybar
Sólo el viento del otoño
acarician nuestros huesos,
mas cuando me visto de navidad,
santa esta varado entre la eternidad y el tiempo.
Y no se por qué cuando recorro
toda la soledad de estos labios,
hambre y muerte se ciñen en el horizonte
de algunas ciudades pobladas de duendes y fantasmas.
Sólo en nuestros sueños hay senderos sin transitar,
luciérnagas batallando en este mundo de luz artificial,
surcando latitudes para abortar
amores en estado de intoxicación,
más cuando de la tierra aflora una estrella,
canciones y villancicos para quien pretendió
mutilar la navidad.
Fausto Aybar
sábado, 24 de octubre de 2009
DIALOGO DEL AIRE
Dialogo Del Aire.
Siento que me mira,
que nos conocemos desde
hace un hilar del tiempo,
que corro entre los colores nauseabundos de tu piel,
y tu habitad en las incisiones proliferas de mi olvido.
Siento que me habla,
con esa mudez de siglos,
que me vigila entre las hojas
secas de este otoño furibundo, que voy muriendo
en la filosa oquedad de tu mirada.
Siento como este silencio
nos amarra a la eternidad de un suspiro,
como los restrojos de una historia ensangrentada
nos llama a dilapidar las caricias de estas
calaveras mugrientas.
Siento tanto, que no te siento,
que aunque este aquí, pretendiendo
vigilarme, tan solo ere una imagen
adherida a la pared, regurgitando fantasmas
en mi piel flagelada.
Fausto Aybar
Siento que me mira,
que nos conocemos desde
hace un hilar del tiempo,
que corro entre los colores nauseabundos de tu piel,
y tu habitad en las incisiones proliferas de mi olvido.
Siento que me habla,
con esa mudez de siglos,
que me vigila entre las hojas
secas de este otoño furibundo, que voy muriendo
en la filosa oquedad de tu mirada.
Siento como este silencio
nos amarra a la eternidad de un suspiro,
como los restrojos de una historia ensangrentada
nos llama a dilapidar las caricias de estas
calaveras mugrientas.
Siento tanto, que no te siento,
que aunque este aquí, pretendiendo
vigilarme, tan solo ere una imagen
adherida a la pared, regurgitando fantasmas
en mi piel flagelada.
Fausto Aybar
miércoles, 14 de octubre de 2009
¿Quién esta de visita?
Quién esta de visita?
Alguien abrió la puerta,
aun llueve; en la distancia,
la neblina devora la oscura vastedad,
el viento hurga entre las camas frívolamente desalojadas,
se postra ante este cuerpo vestido de incienso.
A fuera el ladrar de los perros ahuyenta a los duendes espías,
todavía se oye el chirriar de la puerta,
en sus escondrijos se abrigan las salamanquesas,
será que el miedo engrandece a los fantasmas
Alguien abrió la puerta,
aun llueve; en la distancia,
la neblina devora la oscura vastedad,
el viento hurga entre las camas frívolamente desalojadas,
se postra ante este cuerpo vestido de incienso.
A fuera el ladrar de los perros ahuyenta a los duendes espías,
todavía se oye el chirriar de la puerta,
en sus escondrijos se abrigan las salamanquesas,
será que el miedo engrandece a los fantasmas
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