APOLOGIA DE LA SANGRE
Fausto
Aybar. 
Nuestro
maestro de canto era joven, no era una de esas señoras cansada de leer el
rosario todas las tardes, de perder la cuenta, de cuantos padres nuestros iban
cuando el sueño se asomaba sigilosamente a la mecedora, y ella caía iracunda
ante la pesadez. El tocaba la guitarra como poco lo hacían, de nombre, Luís,
era delgado, jovial, su puntualidad atrofiaba por momento los parámetros de
unos niños juguetones, pero era un ser que vivía llenándonos de vibraciones
musicales, que en su alfa y omega existía, pero como la perfección es un
complejo del ser humano, nosotros, todos volvíamos a nuestros ancestros
ramapitecus, flotábamos sobre las ramas de los árboles, reíamos hasta la
saciedad por las oraciones olvidadas. Sargento nunca falta, quien falta es
coronel, coronel nunca falta, quien falta es teniente.
Al parecer la máquina Remignton ha dicho tantas verdades, que alguien está
molesto, ha escupido tantas veces, que cada silaba es una injuria plasmada en
el vespertino local.
En el atardecer algunos de nosotros van rumbo al mar, no todos, precisamente
yo, le tengo temor al mar, porque dicen algunos, que el mar en su momento de
cólera, no repara en adueñarse de las almas rebeldes. Mariscal pasando lista
dice que falta mayor, mayor nunca falta, quien falta es coronel, coronel nunca
falta, quien falta es capitán. 
Las mariposas jugueteaban con las flores, los días vienen y van, la ciudad se
sumerge en el silencio, las palabras se mudaron a otras latitudes, y la noticia
llega abruptamente, es 17 marzo del 1975, mi gran amigo, compañero de aula,
Kelvin, el mar se lo ha llevado en sus fauces, su cuerpo no volvió, se fue a
otro mundo. Pero este día tan sólo no fue trágico para nosotros, también para
la patria, los gentiles dedos que hacían reventar la Remigton de palabras
liberadoras, yacían en un charco de sangre, volvió hacer testigo del horror, la
madre del conocimiento. Entonces ellos, como jauría desbocada perforaron mil
veces el cuerpo, más no la palabra. Capitán nunca falta, quien falta es cabo,
cabo nunca falta, quien falta es teniente. Desde aquella silla no se admite el
debate, el libre andar de las ideas esta en las mazmorras, nosotros
jugueteábamos, reíamos, tal vez pretendíamos estancar el tiempo, más otros
caían por dejarnos una patria nueva, un futuro de libros y sueños. Mariscal
pasando lista, dice que falta…… No; ellos nunca faltan, se oyen truenos, la
ciudad envejece en un picar de ojos, Mamá Prieta puede presentir que será larga
la temporada de lluvia, el dolor en sus huesos es atroz. Churrita soñaba con
ser mariscal. Cabo nunca falta, quien falta es mayor, mayor nunca falta, quien
falta es sargento. Hay tiempos donde los recuerdos encuentran desnudos a seres
melancólicos, regurgitan las palabras que supuestamente los demonios habían
desterrados, palabras que no fueron a la tumba, que diseminaron en una patria
ávida de libertad. Mariscal pasando lista y dice que falta pela papa, pela papa
nunca falta, quien falta es coronel, coronel nunca falta quien es cabo, Cheo nieto
de Mamá Prieta está llorando, todos llorábamos con él, sin saber por qué. Un
altar lleno de rosas, los gritos se esparcían en la comarca, mientras Mamá Prieta
dormía la siesta más larga de los tiempos. Mariscal pasando lista y dice que
faltan …… ¡No! ellos nunca faltan, porque nunca sean idos.  
Análisis y critica.
Por. Inteligencia Artificial (IA).    
 "Apología de la Sangre" de Fausto
Aybar 
Es un relato
denso y polifónico que se mueve entre la inocencia de la niñez y la cruda
realidad política y social de la República Dominicana en las décadas de 1970 y
1980. La obra es una meditación sobre la memoria, la violencia, la resistencia
y la persistencia del ideal de libertad, todo ello enmarcado en un contexto
histórico de represión y lucha.
Elementos Clave y Temas
- La Dualidad de la Infancia y la
     Violencia Histórica: El relato contrasta la vida despreocupada de un grupo
     de niños que juegan y sueñan ("Oso Yogui, el Pato Luca y
     Trinbilin", "sacos de sal bañados por una pertinente jarizna de
     alegrías y ecos", "mázole" en el recreo) con la violencia
     política y la represión que se ciernen sobre el país. La "gran casa
     blanca (la embajada)" es el epicentro de esta dualidad: un lugar de
     juego y fantasía para los niños, pero también el espacio donde "se
     prepararon algunas de las estrategias para abortar la revolución y su
     coronel", y donde habitan "los fantasmas de la guerra".
     Esta contraposición subraya la forma en que la historia de un país afecta,
     a menudo de forma invisible, la vida de sus ciudadanos, incluso la de los
     más jóvenes.
- La Cadencia Militar y el
     Recuento de las Ausencias: El estribillo recurrente "Mariscal pasando
     lista, dice que falta mayor, mayor nunca falta, quien falta es
     teniente..." es una de las características más llamativas y
     simbólicas del texto. Esta estructura militar de pase de lista no solo
     marca el ritmo del relato, sino que también funciona como un lamento por
     los caídos y desaparecidos. La lista de rangos que nunca están completos
     es una apología a la sangre vertida, un recordatorio constante de las
     ausencias, de aquellos "héroes" y "combatientes" que
     "nunca faltan" porque su ausencia es una presencia eterna en la
     memoria colectiva y en la lucha por la libertad. Al final, la lista se
     cierra con "¡No! ellos nunca faltan, porque siempre han estado entre
     nosotros", consolidando la idea de que su sacrificio los inmortaliza.
- La Memoria y el Olvido: El
     relato es un ejercicio de memoria colectiva e individual. Los recuerdos de
     la infancia se entrelazan con los eventos históricos dolorosos. La
     "historia que se escribía con sangre, de una historia
     constitucionalmente abortada por el llanto" es el telón de fondo
     constante. Sin embargo, no hay un olvido. Las calles, los edificios, los
     libros, incluso los sueños, están impregnados de la sangre derramada y de
     las ideas que no pudieron ser silenciadas. La muerte de figuras como el
     "coronel" o el "maestro de canto Luís" no borra su
     legado, sino que lo inscribe en la conciencia del narrador y de su
     generación.
- La Figura de Mamá Prieta: Mamá
     Prieta emerge como un arquetipo de la sabiduría ancestral y el sufrimiento
     colectivo. Su llanto por "un muerto que no conocía" y su
     capacidad de "presentir que será larga la temporada de lluvia"
     por el dolor en sus huesos, la conectan con la pena profunda de la nación.
     Ella representa la memoria viva, el consuelo y la fuerza que, a pesar de
     la brutalidad, permite seguir adelante. Su "acento tan mágico"
     que "era capaz de amenguar todo este fulgor que por nuestra sangre
     corría" simboliza la capacidad del amor y la tradición para mitigar
     el dolor.
- Símbolos y
     Metáforas: 
- La Sangre: El título mismo,
      "Apología de la Sangre", es una declaración. La sangre no es
      solo símbolo de violencia, sino también de sacrificio, lucha, y la vida
      misma de las ideas y la resistencia. Es la tinta con la que se escribe la
      historia del pueblo.
- Los Árboles y la Naturaleza:
      Los "árboles que se están desnudando", "las hojas
      desteñidas", "los algarrobos" que traen nostalgia y
      presagian la muerte, y las "cayenas rojas, blancas, amarillas"
      que adornan el camino de la embajada, son elementos recurrentes que
      reflejan el paso del tiempo, la belleza que persiste a pesar de la
      tragedia, y la conexión cíclica entre vida y muerte.
- La Ciudad y sus Fantasmas: La
      ciudad es un espacio de contrastes. Los "edificios que la guerra
      dejó como reseña del pudor de un pueblo" son habitados por
      "fantasmas llenos de llagas", "que violando el neón
      acariciarían las luciérnagas invisibles del oprobio y el dolor". La
      ciudad es un cuerpo que lleva las cicatrices del conflicto y la memoria
      de sus caídos.
- El Mar: El mar es un elemento
      ambivalente. Si bien el narrador le tiene "temor" porque
      "no repara en adueñarse de las almas rebeldes", es también el
      destino final de Kelvin, un "compañero de aula" cuyo cuerpo
      "no volvió". El mar se convierte en un símbolo de lo
      inabarcable, del misterio de la desaparición y de la absorción de los
      espíritus indomables.
- La Máquina Remington: Se
      personifica como un instrumento de verdad y libertad, que "ha dicho
      tantas verdades" y "escupido tantas veces" "palabras
      liberadoras". Su silencio o su mutilación representan la supresión
      de la libertad de expresión.
- La Crítica Política y Social:
     Aybar no se abstiene de señalar a los responsables de la represión. Se
     mencionan los "invasores" de la embajada, las estrategias para
     "abortar la revolución y su coronel", el "gobernante
     edificado entre los fantasmas del odio", los "perros que lamen
     la carne putrefacta de la democracia", y la "mano [que] tiene un
     nauseabundo olor a dinero" debajo de la mesa. La "Apología de la
     Sangre" es también una denuncia de la corrupción, la intolerancia y
     la mutilación de las ideas libertarias.
Estilo y
Lenguaje
El estilo de
Aybar es fragmentado, lírico y evocador. La narración no sigue una línea
temporal estricta, sino que salta entre recuerdos de la infancia y eventos
históricos puntuales (septiembre de 1970, febrero de 1973, marzo de 1975). Esta
estructura no lineal refleja la forma en que la memoria opera, tejiendo eventos
pasados con el presente.
El lenguaje
es rico en metáforas y símiles, lo que le otorga una cualidad poética. Las
personificaciones ("la historia se atrinchera entre nuestras manos",
"la Remigton ha dicho tantas verdades", "la intolerancia pudo
más que el diafragma de unas ideas que lloraban") otorgan vitalidad a
conceptos abstractos.
La
alternancia entre la primera persona del plural ("nosotros") y del
singular ("yo") crea una sensación de experiencia compartida y
personal al mismo tiempo, reforzando la idea de que la historia es vivida
individual y colectivamente.
Conclusión
"Apología
de la Sangre" es un relato conmovedor y poderoso que utiliza la nostalgia
de la infancia como un lente para explorar el trauma y la resiliencia de una
nación marcada por la violencia política. Fausto Aybar construye un homenaje a
aquellos que lucharon y cayeron, y a la indomable persistencia de la libertad y
la memoria. La obra es un recordatorio de que la historia, aunque escrita con
sangre y lágrimas, también es una apología de la vida que persiste, de los
sueños que se niegan a morir y de la esperanza que se hereda de generación en
generación.
El constante
pase de lista que nunca se completa es un eco melancólico y desafiante de que,
a pesar de las ausencias físicas, los ideales y los héroes de la resistencia
permanecen eternamente presentes, tejiendo el pasado con el presente y el
futuro.
El uso del juego
infantil "Mariscal pasando lista" en el relato "Apología
de la Sangre" le otorga una connotación profundamente irónica y
conmovedora, sirviendo como un recurso multifacético que amplifica
el impacto emocional y temático de la obra.
 Aquí te detallo
su significado:
Contraste
Iónico entre Inocencia y Brutalidad
La connotación
principal es la yuxtaposición de la inocencia infantil con la brutalidad de
la realidad histórica y política. Un juego de niños, que en su contexto
original implica orden, jerarquía y la ilusión de un control lúdico, se
transforma en el relato en un pase de lista macabro y repetitivo de los
caídos, los desaparecidos y los sacrificados en la lucha política. Esta
ironía resalta la forma en que la violencia adulta y las tragedias nacionales
se infiltran y marcan la conciencia de los más jóvenes, quienes, a través de su
juego, terminan por internalizar y repetir un lamento por las ausencias.
Ritualización
del Duelo y la Memoria
La repetición
constante de la frase, casi como un mantra o un conjuro, convierte el juego en
un ritual de duelo y memoria colectiva. No es solo un conteo de
ausencias, sino una negación enfática de la ausencia misma:
"Mariscal pasando lista, dice que falta mayor, mayor nunca falta, quien
falta es teniente..." La estructura repetitiva refuerza la idea de que, a
pesar de la desaparición física, los "héroes" y
"combatientes" "nunca faltan" porque su espíritu, sus ideas
y su sacrificio permanecen vivos en la memoria del pueblo. El juego se
convierte así en un acto de resistencia, una forma de mantener viva la llama
de la lucha a través de la remembranza.
Voz Narrativa
y Perspectiva Infantil
El juego
establece una perspectiva narrativa que oscila entre la visión ingenua del
niño y la comprensión más profunda del adulto que recuerda esos eventos. El
narrador, al evocar este juego de su infancia, nos permite ver la tragedia no
solo desde el horror explícito, sino también a través de la lente de cómo esos
eventos impactaron y moldearon una generación. Es un recordatorio de que la
historia no es solo un conjunto de fechas y hechos, sino un conjunto de
experiencias vividas que se transmiten y se internalizan de formas a menudo
inesperadas.
Reflejo de
una Sociedad Militarizada y Jerárquica
Finalmente, el
juego "Mariscal pasando lista" también connota la presencia
constante de una estructura militarizada y jerárquica en la sociedad
dominicana de ese período. Los rangos militares son familiares para los niños,
no solo por el juego, sino porque son parte del lenguaje y la realidad de un
país donde la presencia militar y la represión eran palpables. Esto subraya
cómo la violencia política penetra todos los aspectos de la vida,
incluso la lúdica, moldeando la percepción y el lenguaje de quienes la
experimentan.
En resumen, el
juego infantil en "Apología de la Sangre" es un recurso brillante
que, con su aparente sencillez, carga el relato de profundas capas de
significado emocional, histórico y político, creando una resonancia
duradera en el lector.
En
"Apología de la Sangre", la figura principal no recae en un
único personaje individual de forma tradicional, sino que se distribuye entre varias
figuras clave y elementos colectivos que encarnan la memoria y la
resistencia. Sin embargo, si tuviéramos que identificar un
"protagonista", sería la memoria colectiva de una generación y de
un pueblo que ha vivido la violencia y la lucha por la libertad.
Figuras Clave
y Elementos Protagonistas:
- El Narrador (y su Generación): La perspectiva principal del relato es la de un narrador en
     primera persona del plural ("nosotros") que evoca sus
     recuerdos de infancia, entremezclados con los eventos históricos. Él (y su
     grupo de amigos: Pato, Neo, Gamuza, Manolo, Nito, Cheo, Churrita, Wilton)
     representan la generación que creció bajo la sombra de la represión.
     Son los testigos, los herederos de la lucha, y a través de sus juegos y
     vivencias, el autor nos sumerge en la dualidad de la inocencia infantil
     frente a la violencia adulta.
- Mamá Prieta: Esta figura encarna la sabiduría ancestral, el dolor
     colectivo y la capacidad de resiliencia del pueblo. Su llanto por
     "un muerto que no conocía" y su presagio de la muerte y la
     lluvia simbolizan la profunda conexión con el sufrimiento de la nación.
     Ella es el consuelo, la raíz, y su "acento tan mágico" es un
     bálsamo contra el "fulgor que por nuestra sangre corría." Mamá
     Prieta es una especie de matriarca espiritual que encapsula la
     memoria y la esperanza.
- Los "Ausentes" / Los
     Héroes Caídos: A través del constante pase de
     lista militar ("Mariscal pasando lista, dice que falta... ¡No! ellos
     nunca faltan"), las figuras de los coroneles, sargentos, mayores,
     tenientes y otros combatientes caídos se convierten en una presencia
     central. Aunque no son personajes con acciones directas en la trama, su
     ausencia es su presencia más poderosa. Son los mártires anónimos y
     conocidos que alimentaron la "Apología de la Sangre", y su
     sacrificio es el motor que impulsa el lamento y la memoria del relato.
     Simbolizan la idea de la libertad que persiste a pesar de la
     represión.
- La Patria y la Idea de
     Libertad: Más allá de los personajes humanos,
     la propia nación dominicana y el ideal de libertad y revolución
     son protagonistas fundamentales. El relato es una crónica de la lucha por
     una patria "nueva", "constitucionalmente abortada por el
     llanto". Es la idea que se niega a morir, la "voz que
     aclama" y que es "una cantera de ideas", aunque sea
     "mutilada" y "ahogada en un lago de sangre."
En conclusión,
mientras el narrador y su generación ofrecen la perspectiva a través de
la cual se vive y se recuerda la historia, Mamá Prieta representa la
sabiduría y el dolor ancestral, y los héroes caídos son la encarnación
del sacrificio y la resistencia. En conjunto, estas figuras y elementos
construyen una narrativa coral donde la memoria histórica y la lucha
por la libertad son las verdaderas protagonistas.
En
"Apología de la Sangre", las fechas son cruciales porque anclan el
relato en momentos históricos específicos de la República Dominicana,
marcando eventos puntuales de violencia política, represión y resistencia.
Estas fechas no solo sitúan la narrativa en un contexto real, sino que también
subrayan la persistencia del dolor y la lucha a lo largo del tiempo.
Fechas y
Eventos Puntuales en "Apología de la Sangre":
- Jueves 24
     de septiembre de 1970:
- Evento: Se describe la muerte por un disparo en la cabeza de
      una figura idealista. Se asocia con la represión de ideas liberadoras
      (Carlos Marx, Martin Luther King) y guerrilleros. La bala de una "pistola calibre
      45" sugiere implicación militar.
- Contexto: Este evento alude a la violencia política durante los
      "Doce Años de Balaguer" (1966-1978), un período
      caracterizado por la represión, persecución y asesinatos de opositores
      políticos y estudiantes, particularmente de izquierda. El disparo que
      "reventó en su cabeza" y el cuerpo "yacía inerte" son
      imágenes vívidas de estos crímenes.
- Abril (sin año específico, pero
     con referencia a "1972"):
- Evento: Aunque no se da un día específico para el primer
      "Abril" mencionado, el relato lo asocia con "las
      flores", "los héroes" y un "nombre de mujer" que
      es "volcánicamente amorosa, combativamente liberadora". Luego, se especifica el 4 de abril de
      1972.
- Contexto: El mes de abril es un símbolo fundamental en la historia
      dominicana debido a la Revolución de abril de 1965 y la posterior
      intervención estadounidense. Es un mes de profundo significado
      patriótico, asociado con la resistencia, la soberanía y el ideal de
      libertad. El "4 de abril de 1972" con la "voz que
      aclama" que es silenciada por un "disparo volvió a la
      cabeza" refuerza la continuación de la represión contra las voces
      disidentes y los líderes intelectuales durante el régimen balaguerista,
      años después de la revolución.
- Febrero del 1973 (y 16 de febrero):
- Evento: Se menciona un "viaje tormentoso" de combatientes
      que sueñan con una "patria nueva" y la necesidad de
      "terminar una historia inconclusa". Se recuerda la intervención
      de "52 mil marines" nueve años antes (lo que remite a 1965). El
      16 de febrero de 1973, "la patria vio caer a un nuevo
      héroe".
- Contexto: Esta fecha alude directamente al desembarco guerrillero de
      Playa Caracoles en febrero de 1973, liderado por el coronel Francisco
      Alberto Caamaño Deñó (el "coronel vestido de luz" que
      "estremecía, cual Marco Aurelio en su última conquista"). Este
      intento de retomar la lucha armada fue brutalmente sofocado por el
      gobierno de Balaguer, resultando en la muerte de Caamaño y otros
      guerrilleros, lo que marcó un hito trágico en la resistencia.
- 17 de
     Marzo de 1975:
- Evento: Se narra la trágica muerte de Kelvin, un "gran amigo,
      compañero de aula", quien es "llevado en sus fauces" por
      el mar. Simultáneamente, se describe que "los gentiles dedos que
      hacían reventar la Remigton de palabras liberadoras, yacían en un charco
      de sangre".
- Contexto: Esta fecha es una clara referencia al asesinato del
      periodista y profesor Orlando Martínez Howley, el 17 de marzo de
      1975. Martínez era un columnista crítico del régimen de Balaguer y su
      asesinato fue un golpe devastador para la libertad de expresión y la
      lucha por la democracia en la República Dominicana. La mención de la
      "Remington" subraya su labor como escritor.
Estas fechas,
incrustadas en el flujo de recuerdos infantiles y reflexiones adultas, no solo
cronologizan eventos, sino que simbolizan la constante amenaza y el
sacrificio en una época de profunda inestabilidad política. Actúan como
puntos de anclaje para la "Apología de la Sangre", la defensa de una
historia escrita con la vida de aquellos que no dudaron en luchar por un futuro
de libertad. 
El manejo
estético de Fausto Aybar en "Apología de la Sangre" es una de las
características más destacadas y efectivas del relato. Es a través de una
cuidada selección de recursos literarios que logra construir una narrativa
poética, emotiva y profundamente simbólica.
Manejo
Estético en "Apología de la Sangre"
- 1. Fusión de lo Lírico y lo
     Crudo: Aybar logra un equilibrio notable entre
     la prosa poética y la descripción descarnada de la violencia. Las
     imágenes líricas ("días de octubre son plácidos y anaranjados",
     "corren las hojas desteñidas hacia aquel horizonte de luces y
     espejos", "la luna es cruz de esta luna") conviven con la
     brutalidad explícita ("el disparo reventó en su cabeza",
     "ahogarla en un lago de sangre", "perforaron mil veces el
     cuerpo"). Esta dualidad intensifica el impacto emocional, mostrando
     la belleza que persiste a pesar del horror.
- 2. Ritmo y Cadencia (el
     "Pase de Lista"): El recurso del
     "Mariscal pasando lista" es un elemento estético central que
     dota al relato de un ritmo particular y una cadencia casi musical.
     Esta repetición no solo estructura la narrativa, sino que también funciona
     como un estribillo o coro que infunde una sensación de lamento,
     perseverancia y ritualidad. Crea una atmósfera constante de ausencia y
     presencia, de memoria y duelo.
- 3. Imágenes Sensoriales y
     Simbólicas: El autor es un maestro en la
     creación de imágenes vívidas que apelan a los sentidos y cargan un
     fuerte simbolismo.
- Visuales: "luces y espejos", "faroles con sus luces
      amarillentas", "edificios que la guerra dejó como reseña",
      "sombras al acecho", "ojos fosforescentes".
- Olfativas: "algarrobos nos dejan un aliento fecal", "mano
      tiene un nauseabundo olor a dinero".
- Auditivas: "voces que borbotaban", "disparo
      reventó", "gritos se esparcían".
- Simbólicas: Los árboles que se "desnudan" o dan
      "aliento fecal", la Remington que "escupía
      verdades", las mariposas que juguetean en un edén, la sangre
      como tinta de la historia.
- 4. Temporalidad Fragmentada y
     Cíclica: En lugar de una narración lineal,
     Aybar utiliza una estructura temporal fragmentada y no cronológica.
     Los recuerdos de la infancia se intercalan con fechas y eventos históricos
     específicos, y la naturaleza cíclica de la violencia y la resistencia se
     ve reflejada en la repetición de los patrones de muerte y lucha. Esto crea
     una sensación de atemporalidad, donde el pasado no es solo historia, sino
     una presencia constante que moldea el presente.
- 5. Lenguaje Evocador y
     Metáforas Audaces: La prosa de Aybar es rica
     en metáforas, símiles y personificaciones, elevando el lenguaje más
     allá de lo meramente descriptivo. Ejemplos como "la historia se
     escribía con sangre", "el alma no doblegada, vuela sobre el
     universo conflictivo", "las luces de la ciudad pretenden
     hipnotizar unos fantasmas llenos de llagas", o "la intolerancia
     pudo más que el diafragma de unas ideas que lloraban a la cruz de esta
     luna" demuestran su habilidad para transformar conceptos complejos en
     imágenes poéticas impactantes.
- 6. Voz Coral y Personal: El uso predominante de la primera persona del plural
     ("nosotros") crea una voz colectiva que representa a una
     generación o a un pueblo, haciendo que el lector se sienta inmerso en la
     experiencia compartida. Sin embargo, también hay momentos de reflexión más
     íntima del narrador ("yo le tengo temor al mar"), lo que
     humaniza la tragedia colectiva y permite una conexión personal con el
     dolor y la memoria.
En definitiva,
el manejo estético de Fausto Aybar en "Apología de la Sangre" es
sofisticado y efectivo. A través de la yuxtaposición de la belleza y la
brutalidad, el uso de un ritmo hipnótico, imágenes sensoriales poderosas y un
lenguaje ricamente figurado, logra construir un relato que es a la vez un
memorial histórico, un grito de denuncia y una profunda obra poética sobre la
resiliencia del espíritu humano frente a la adversidad.

 
 
 
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