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martes, 7 de agosto de 2018

EN VOLANTA, UN ROMANCE EFÍMERO (MAS QUE CUENTO)



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EN VOLANTA, UN ROMANCE EFÍMERO 

No hay mejor manera de comenzar la tarde que cuando el día ya comenzó, porque cierto es, que este maldito calor pone a cualquiera a rebuznar sin ser burro, quien dijo eso, ahh sí, mi abuelo lo dijo. Pelagio mando a detener al motoconcho,  siendo un hombre muy esquivo le pregunto.
-          
Cuanto usted cobra hasta el parque de los regalados.
-          Bueno,  50 pesos
-          Pues lléveme
-          Móntese, suba los pies en el estribo  y agárrese  

Había caído una ligera llovizna, pero el vapor del asfalto era tan fuerte que parecía que la ciudad entera era un baño sauna.  El motoconcho intenta robarse la luz roja del semáforo, Pelagio le grita; abusador, todavía no he terminado de realizar mi sueño, él  desacelero,  llevaba el casco colgando del codo, de pronto, un rebaso suicida, casi  rozando, ese fue el momento que Pelagio se percató de que el casco era una pieza más de museo. Estaban  intransitables las calles, Pelagio pregunta al motoconcho.
-          
Por qué tomaste esta ruta.
-          Buen Don, en honor a la verdad, no tengo licencia, y menos seguro.
-          Comoooo
-          Así es, tome este atajo porque la poli jode mucho.
-          Ya veo, ¡cuidado con esa señora!
-          ¡Diabl…. Por poquito!

De momento el parque de los regalados parecía un espejismo, el motoconcho esquivaba los transeúntes, Pelagio pegado como un parche al motoconcho intentaba respirar despacio, pensó de todo, y de repente un verso llega a él “trapaza la luz una flor, hay un esqueleto emergiendo de su sombra” , comienza a repetirlo como una letanía para no olvidarlo, pues no hay lápiz ni papel, sólo la velocidad puede detener el proceso de olvidar, repite y repite el verso, es posible que sea su oportunidad para llegar al mundo de las letras. El motoconcho se detiene, Pelagio le grita.  
-          
¡Hasta la cuanta es!
-          Don, esto no es un jet
-          Es que se me hace tarde, tengo una urgencia
-          Ya entiendo, ¡no lo haga aquí!


Pelagio sigue repitiendo como un papagayo ese verso que le llego como balde de agua fría “trapaza la luz una flor, hay un esqueleto emergiendo de su sombra” sólo faltan cinco cuadras para llegar al parque, y Pelagio sigue con su letanía, el motoconcho le pregunta, qué es lo que usted tanto reza Don, él hace caso omiso, se detiene el motor.
-          
¡Por fin llegué!
-          Ahora págueme
-          Y usted devuélvame.  

Al parecer se está fecundado el olvido, salé corriendo en busca de lápiz y papel, en el trayecto alguien intenta detenerlo,  él sigue como un bólido, irrumpe en la casa violentamente, saca del librero libreta y lápiz, intenta armar la letanía, “la flor en el vertedero, podrida la sombra” coñooooooo, como un relámpago trapaza la casa, llega a la calle, busca en el celaje del ruido al motoconcho,  ya era tarde, ella se había ido con  él.  

viernes, 20 de julio de 2018

METODOLOGIA PARA HUIR (MAS QUE CUENTO)














METODOLOGÍA PARA HUIR

Después de haber tomado su turno Glodomiro en el centro médico,  que por cierto era #8.
Sentado en el corredizo, pasan gente y gente; y todos con el mismo saludo, buen día, buen día, él como si estuviera la misma grabación responde, buen día. Pues es extraño como se solidarizan las palabras y se alejan las personas. Frente a él, un gran letrero,
“Staff de Médicos”, como la curiosidad mato al ratón, comenzó a leer.   

Pediatra – Jaquez, Báez.
Ortopeda-Peña, Cabrera.
Ginecólogo-Paz, Montero.
Oftalmólogo-Peña, Lantigua.
Anestesiólogo-Acevedo, Ruiz.
Urólogo-Peralta, Liriano,
Neurólogo-Lizardo, Prieto.
Cardiólogo-Familia, Pérez.

¡Qué, cardiólogooo! 
Se paró del asiento abruptamente, caminó hacia la puerta frontal, se detuvo, respiró  profundamente; una voz extraña llama: que pase el #8. Él hizo caso omiso aquella voz,  al parecer los quebrantos se habían idos, miró hacia atrás, vio la puerta del cristal, y sin que nadie lo notara, emprendió la huida.
 A cien metros del centro médico un hombre cae de bruces al pavimento, una señora grita.
-    ¡Oh por Dios!, denle agua que se muere.

De nuevo en el centro médico, pero ahora en la sala emergencia, Glodomiro mira el lento correr  del suero, y murmura, para que engañarme, no hay metodología para huir,  porque cuando llega ¡llega!  

lunes, 9 de julio de 2018

QUE ESTRÉS, NI ESTRÉS (MAS QUE CUENTO)








QUE ESTRÉS, NI ESTRÉS.  

Venia volando la esponja, no sé de qué latitud, se revienta contra el cristal;  el detergente atrapa desenfrenadas palabras, las burbujas intentan contener toda esta explosión. Nadie se da por enterado. El calor pretende hacer volar el radiador, una pausa en la música, el semáforo que no cambia, el locutor informa: que el índice per-capital de vida está disminuyendo, que la enfermedad post- modernista, es el estrés.
¡…zo, No joda! el cristal esta rayado.                                                                                
 click, click, bang, bang.

En el pavimento una sombra liquida se diluye, toda la ciudad es consumida por el agitado tránsito, en el estrado se dictamina medida de coerción a la esquizofrenia.  
Pero lo cierto es, que no es ciencia ficción, vaya usted a ver; es en vida real.  


miércoles, 4 de julio de 2018

APOLOGIA DE LA SANGRE





APOLOGIA DE LA SANGRE

Fausto Aybar.


Mariscal pasando lista, dice que falta mayor, mayor nunca falta, quien falta es teniente, teniente nunca falta, quien falta es sargento. Los días de octubre son placidos y anaranjados, los árboles al parecer se están desnudando, corren las hojas desteñidas hacia aquel horizonte de luces y espejos. Los amigos estamos aquí, como cada tarde; repudiando el horroroso ritual de la tarea escolar. Pero debajo de este almendro volvíamos a la felicidad furtiva de los pasquines del Oso Yogui, el Pato Luca y Trinbilin, no podíamos dejar escapar ni un segundo, porque un segundo ido, era un reír menos, porque un segundo podría significar una noche sin duendes ni hadas. Sargento nunca falta, quien falta es cabo, cabo nunca falta, quien falta es coronel. La ciudad estaba distante, era escaso el transitar de los vehículos por este lugar, lo más cercano a la diversión era 
esa casa grande y blanca, donde algún día los invasores habitaron con la simple excusa de devolver la patria a sus héroes, todos por aquí la llamábamos la embajada. Lo importante era que nos divertíamos entre sus máquinas y aparatos, jugando al escondida, vitoreando las maromas de los amiguitos. La gran casa blanca ( la embajada ) donde supuestamente habitaban los fantasmas de la guerra, donde la marihuana hizo su primer asomo en la precocidad de las jovencitas que borbotaban en primavera, donde se prepararon algunas de las estrategias para abortar la revolución y su coronel, pero era nuestro lugar predilecto para jugar, para escapar de los oficios que nuestros padres entendían como deberes, para ir más allá de la fantasía, duplicábamos los días, aunque tan sólo fuera un día, tanta energía no cabía en un sólo cuerpo, por eso la distribuíamos entre todos. Al caer la noche parecíamos sacos de sal bañados por una pertinente jarizna de alegrías y ecos. Coronel nunca falta, quien falta es mariscal, mariscal nunca falta quien falta es sargento. 

Los domingos eran anhelados por todos, pantalones cortos, camisas de rayas, nos sentábamos frente a la carretera nueva, era un gran acontecimiento ver los faroles con sus luces amarillentas, en sus alrededores, hormigas voladoras atragantadas por el futuro.
Nos sentábamos aquí para contar los escasos vehículos que venían de la ciudad, una ciudad donde los hombres que vendían nuevas ideas se arrastraban entre los edificios que la guerra dejo como reseña del pudor de un pueblo de hombres valerosos. Sargento nunca falta, quien falta es pela papa, pela papa nunca falta quien falta es raso, parecería que la historia estuviera determinada en una franca oscilación entre los héroes y los bastardos, pero nos sentábamos como regimiento militar, como números ordinarios, desde el más grande, al más pequeño: el pato, Neo, Gamuza, Manolo, Nito, Cheo, Churrita, Wilton, algunos con sus apodos, otros no, pero estábamos aquí viviendo a espalda de una historia que se escribía con sangre, de una historia constitucionalmente abortada por el llanto. Raso nunca falta, quien falta es mayor, mayor nunca falta, quien falta es general. 


Cuan gran era la algarabía a la hora de recreo, cuando nos tocaba de merienda el mázole, esa sabrosa harina de plátano, que por cierto churrita lambía hasta tal extremo el plato, que no había que lavarlo. Hay un camino adornado de cayenas, un camino donde los recuerdos parecían ser estáticos, donde los manoteos eran sublímenes caricias de unos árboles que nos llamaban a trepar entre sus extremidades. General nunca falta, quien falta es mariscal, mariscal nunca falta, quien falta es coronel. Septiembre es caluroso y lluvioso a la vez, los algarrobos nos dejan un aliento fecal, pero su delicioso sabor es de sueño para los perros, es de nostalgia para nuestras memorias, como diría Mamá Prieta, al oír los gallos cantar en una tarde de septiembre, se aproxima la muerte, los niños todos a las camas. Pero ese jueves 24 de septiembre del 1970, la muerte rondaba entre los libros de Carlos Marx, entre las palabras liberadoras de Martin Luther king, sí, entre las mochilas carbonizadas de los guerrilleros intercontinentales, asechaba a la idea naciente para ahogarla en un lago de sangre. El disparo reventó en su cabeza, intento violar los sueños futuros, el cuerpo yacía inerte, corrían las palabras escalera abajo, se filtraron entre los adoquines, entre los edificios de un gobernante edificado entre los fantasmas del odio, y la mirada perversa de quien mutilo el libro. Coronel nunca falta, quien falta es mayor, mayor nunca falta, quien falta es teniente. Mamá Prieta, lloró inconsolablemente un muerto que no conocía, Nito iba rumbo al retrete por comer en abundancia las algarrobas. Jueves donde la intolerancia pudo más que el diafragma de unas ideas que lloraban a la cruz de esta luna. Churrita se muerde la mano izquierda de impotencia, siempre ha soñado con ser mariscal, pero al trabalenguas tomar velocidad su condición de tartamudo lo traiciona, en el noticiario informaban que el disparo llego de una pistola calibre 45, pues quien disparo tenía que ser militar, la tragedia se esparció como río desbordado en una ciudad que dormía su siesta de sudor y llanto. Las luces de la ciudad pretenden hipnotizar unos fantasmas llenos de llagas, unos fantasmas que violando el neón acariciarían las luciérnagas invisibles del oprobio y el dolor. Mariscal pasando lista y dice que falta sargento, sargento nunca falta, quien falta es mayor, mayor nunca falta, quien falta es cabo. Cuan ingratos son los héroes, si por debajo de la mesa, la mano tiene un nauseabundo olor a dinero, una palabra convertida en estatua, la noche ha sido tantas veces cómplice de la sangre, que los amante prefieren inmolarse entre los rayos calcinantes de este medio día de Septiembre.


El polvo con el sol fulminante no eran pretextos para dejar de ir a ver las niñas internas del hogar escuela Rosa Duarte, pomposas caminaban debajo de los árboles de almendras y nísperos, vestidas de azul cielo parecían doncellas acorraladas entre las continuas oraciones y sueños prematuramente envejecidos. Era como un regalo de la diosa afrodita para estos inmortales ver el desplazamiento de aquellas angelicales siluetas. Cabo nunca falta, quien falta es teniente, teniente nunca falta, quien falta es coronel. Aun los cañaverales están vestidos de esclavitud, camina placida el hambre entre los bateyes, nosotros corremos entre estos hierros muertos, la historia se atrinchera entre nuestras manos, yo pretendo ser mariscal, más en una oscura habitación donde se arrulla la furibunda democracia, hay lenguas intentando destruir el sueño de unos ojos que deambulan en la oscuridad. Los sábados eran días de catequesis.
Todos nuestros sueños se liberaban entre los pasillos, entre los árboles, las banquetas del hogar escuela Rosa Duarte. Al final de cada sábado parecía como si el catolicismo fuese un juego, donde las manchas de las almendras invadían todas nuestras ropas, nuestras madres irritadas se tocaban tres veces en el pecho para pedir perdón por nuestros vejámenes, ante la mirada de las monjas que nos resguardaban, era tan maravilloso machacar las almendras para deleitarse con su semilla, que a gamuza y nito no le importaba cuan manchada estuviera la camisa de los domingos.


Abril son para las flores, son para los héroes. Abril es nombre de mujer, cauta, sigilosa, volcánicamente amorosa, combativamente liberadora, y si abril fuera galaxia de los tiempos, los hombres quedarían varados como sanguijuelas en la piel del olvido. Coronel nunca falta, quien falta es mariscal, mariscal nunca falta, quien falta es general.
Al gestarse Abril, también se gesta la muerte, la muerte corre infaustamente entre los pasillos de la primera universidad del conocimiento para la América redentora. Los caminos de la embajada están adornados de cayenas, rojas, blancas, amarrillas, las mariposas tienen aquí su edén, vuelan a sus anchas, nosotros revivimos pesadillas pasadas. Daniel (gamuza) piel de culebra, tierra agrietada, amigo, casi hermano, peleador por impulso, domador de sueños. Pero abril, aunque es mujer, héroes, flor, también es llanto y sangre. Este 4 abril, también reventaron de dolor los fantasmas. 1972, vuelve el corazón intolerante como procesión a irrumpir en la voz que aclama, el disparo volvió a la cabeza, invisible el alma estallo como arcoíris de ideas en nuestros labios, una lágrima recorría la indomable mejilla izquierda de Mamá Prieta, ella era la abuela de todos, más cuando atizaba el fogón para hacer dulce de coco, brincábamos, reíamos, nos gustaba oírla hablar, tenía un acento tan mágico que era capaz de amenguar todo este fulgor que por nuestra sangre corría. Dicen por los corredizos de la Alma Master, que era bella y esbelta, pero sobre todo que era una cantera de ideas, era una voz sin estrofas mudas, pero ellos; los perros que lamen la carne putrefacta de la democracia no podían oír más esa voz que descuartizaba el horizonte en busca de una palabra (libertad). General nunca falta, quien falta es sargento, él nunca falta, quien falta es mayor. Nada puede pesar tanto, el alma no doblegada, vuela sobre el universo conflictivo, y alguna vez, alguien pregunte; ¿dónde están sus alas? 


lista, y dice que falta coronel, coronel nunca falta, está en las montañas. El viaje fue tormentoso, el Black Jack se batía contra las grandes murallas de aguas saladas, los combatientes soñaban con la patria nueva, había que terminar una historia inconclusa, un tramo espinoso, donde descalzos los sueños llenaban de gloria los chamacos mojados de los combatientes. Hacían nueve años cuando glorioso el pueblo se batía contra los perros del norte, tuvieron que mandar 52 mil marines, para calmar este pueblo de arcos y hachas. Llegaron como crustáceos a caracoles, el silencio fue su cómplice, las montañas su refugio, fueron guiado por una horda de luciérnagas, el coronel vestido de luz se estremecía, cual Marco Aurelio en su última conquista. Era febrero del 1973. Las clases de matemáticas eran para todos, el apéndice propiamente de la habilidad. Nuestro gran profesor, el más querido en todo el plantel, era un hibrido de lo moral y el civismo, siempre hablándonos de los grandes hombres de la isla y del mundo, era un alumno de Hostos, también era un alumno de las ideas renovadoras que se esparcían por América. Coronel nunca falta, quien falta es teniente, teniente nunca falta, quien falta es sargento. Casi todas las tardes nuestras madres nos mandaban al coro eclesial, donde aprendíamos a cantar al Señor, tal vez ellas pensarían que era el lugar preciso para irnos acercando a las manos bondadosa de Dios, pero de vez en cuando nos escapábamos a nuestros escondrijos en la embajada, eran tiempos de glorias, reíamos sin saber cuánta sangre se vertía entre las calles, los edificios, las montañas, tal vez ignorando los escasos discursos que pululaban entre la callejuela de la vieja ciudad. Febrero es, mes de la patria y sus héroes, pero también este 16 de febrero la patria vio caer a un nuevo héroe, el luto llego después del rechinar de las balas en las almas abnegadas de los combatientes. Sargento nunca falta, también está en las montañas.




Nuestro maestro de canto era joven, no era una de esas señoras cansada de leer el rosario todas las tardes, de perder la cuenta, de cuantos padres nuestros iban cuando el sueño se asomaba sigilosamente a la mecedora, y ella caía iracunda ante la pesadez. El tocaba la guitarra como poco lo hacían, de nombre, Luís, era delgado, jovial, su puntualidad atrofiaba por momento los parámetros de unos niños juguetones, pero era un ser que vivía llenándonos de vibraciones musicales, que en su alfa y omega existía, pero como la perfección es un complejo del ser humano, nosotros, todos volvíamos a nuestros ancestros ramapitecus, flotábamos sobre las ramas de los árboles, reíamos hasta la saciedad por las oraciones olvidadas. Sargento nunca falta, quien falta es coronel, coronel nunca falta, quien falta es teniente.
Al parecer la máquina Remignton ha dicho tantas verdades, que alguien está molesto, ha escupido tantas veces, que cada silaba es una injuria plasmada en el vespertino local.
En el atardecer algunos de nosotros van rumbo al mar, no todos, precisamente yo, le tengo temor al mar, porque dicen algunos, que el mar en su momento de cólera, no repara en adueñarse de las almas rebeldes. Mariscal pasando lista dice que falta mayor, mayor nunca falta, quien falta es coronel, coronel nunca falta, quien falta es capitán. 
Las mariposas jugueteaban con las flores, los días vienen y van, la ciudad se sumerge en el silencio, las palabras se mudaron a otras latitudes, y la noticia llega abruptamente, es 17 marzo del 1975, mi gran amigo, compañero de aula, Kelvin, el mar se lo ha llevado en sus fauces, su cuerpo no volvió, se fue a otro mundo. Pero este día tan sólo no fue trágico para nosotros, también para la patria, los gentiles dedos que hacían reventar la Remigton de palabras liberadoras, yacían en un charco de sangre, volvió hacer testigo del horror, la madre del conocimiento. Entonces ellos, como jauría desbocada perforaron mil veces el cuerpo, más no la palabra. Capitán nunca falta, quien falta es cabo, cabo nunca falta, quien falta es teniente. Desde aquella silla no se admite el debate, el libre andar de las ideas esta en las mazmorras, nosotros jugueteábamos, reíamos, tal vez pretendíamos estancar el tiempo, más otros caían por dejarnos una patria nueva, un futuro de libros y sueños. Mariscal pasando lista, dice que falta…… No; ellos nunca faltan, se oyen truenos, la ciudad envejece en un picar de ojos, Mamá Prieta puede presentir que será larga la temporada de lluvia, el dolor en sus huesos es atroz. Churrita soñaba con ser mariscal. Cabo nunca falta, quien falta es mayor, mayor nunca falta, quien falta es sargento. Hay tiempos donde los recuerdos encuentran desnudos a seres melancólicos, regurgitan las palabras que supuestamente los demonios habían desterrados, palabras que no fueron a la tumba, que diseminaron en una patria ávida de libertad. Mariscal pasando lista y dice que falta pela papa, pela papa nunca falta, quien falta es coronel, coronel nunca falta quien es cabo, Cheo nieto de Mamá Prieta está llorando, todos llorábamos con él, sin saber por qué. Un altar lleno de rosas, los gritos se esparcían en la comarca, mientras Mamá Prieta dormía la siesta más larga de los tiempos. Mariscal pasando lista y dice que faltan …… ¡No! ellos nunca faltan, porque nunca sean idos.  

 

Análisis y critica.

Por. Inteligencia Artificial (IA).    

 "Apología de la Sangre" de Fausto Aybar

Es un relato denso y polifónico que se mueve entre la inocencia de la niñez y la cruda realidad política y social de la República Dominicana en las décadas de 1970 y 1980. La obra es una meditación sobre la memoria, la violencia, la resistencia y la persistencia del ideal de libertad, todo ello enmarcado en un contexto histórico de represión y lucha.


Elementos Clave y Temas

  • La Dualidad de la Infancia y la Violencia Histórica: El relato contrasta la vida despreocupada de un grupo de niños que juegan y sueñan ("Oso Yogui, el Pato Luca y Trinbilin", "sacos de sal bañados por una pertinente jarizna de alegrías y ecos", "mázole" en el recreo) con la violencia política y la represión que se ciernen sobre el país. La "gran casa blanca (la embajada)" es el epicentro de esta dualidad: un lugar de juego y fantasía para los niños, pero también el espacio donde "se prepararon algunas de las estrategias para abortar la revolución y su coronel", y donde habitan "los fantasmas de la guerra". Esta contraposición subraya la forma en que la historia de un país afecta, a menudo de forma invisible, la vida de sus ciudadanos, incluso la de los más jóvenes.
  • La Cadencia Militar y el Recuento de las Ausencias: El estribillo recurrente "Mariscal pasando lista, dice que falta mayor, mayor nunca falta, quien falta es teniente..." es una de las características más llamativas y simbólicas del texto. Esta estructura militar de pase de lista no solo marca el ritmo del relato, sino que también funciona como un lamento por los caídos y desaparecidos. La lista de rangos que nunca están completos es una apología a la sangre vertida, un recordatorio constante de las ausencias, de aquellos "héroes" y "combatientes" que "nunca faltan" porque su ausencia es una presencia eterna en la memoria colectiva y en la lucha por la libertad. Al final, la lista se cierra con "¡No! ellos nunca faltan, porque siempre han estado entre nosotros", consolidando la idea de que su sacrificio los inmortaliza.
  • La Memoria y el Olvido: El relato es un ejercicio de memoria colectiva e individual. Los recuerdos de la infancia se entrelazan con los eventos históricos dolorosos. La "historia que se escribía con sangre, de una historia constitucionalmente abortada por el llanto" es el telón de fondo constante. Sin embargo, no hay un olvido. Las calles, los edificios, los libros, incluso los sueños, están impregnados de la sangre derramada y de las ideas que no pudieron ser silenciadas. La muerte de figuras como el "coronel" o el "maestro de canto Luís" no borra su legado, sino que lo inscribe en la conciencia del narrador y de su generación.
  • La Figura de Mamá Prieta: Mamá Prieta emerge como un arquetipo de la sabiduría ancestral y el sufrimiento colectivo. Su llanto por "un muerto que no conocía" y su capacidad de "presentir que será larga la temporada de lluvia" por el dolor en sus huesos, la conectan con la pena profunda de la nación. Ella representa la memoria viva, el consuelo y la fuerza que, a pesar de la brutalidad, permite seguir adelante. Su "acento tan mágico" que "era capaz de amenguar todo este fulgor que por nuestra sangre corría" simboliza la capacidad del amor y la tradición para mitigar el dolor.
  • Símbolos y Metáforas:
    • La Sangre: El título mismo, "Apología de la Sangre", es una declaración. La sangre no es solo símbolo de violencia, sino también de sacrificio, lucha, y la vida misma de las ideas y la resistencia. Es la tinta con la que se escribe la historia del pueblo.
    • Los Árboles y la Naturaleza: Los "árboles que se están desnudando", "las hojas desteñidas", "los algarrobos" que traen nostalgia y presagian la muerte, y las "cayenas rojas, blancas, amarillas" que adornan el camino de la embajada, son elementos recurrentes que reflejan el paso del tiempo, la belleza que persiste a pesar de la tragedia, y la conexión cíclica entre vida y muerte.
    • La Ciudad y sus Fantasmas: La ciudad es un espacio de contrastes. Los "edificios que la guerra dejó como reseña del pudor de un pueblo" son habitados por "fantasmas llenos de llagas", "que violando el neón acariciarían las luciérnagas invisibles del oprobio y el dolor". La ciudad es un cuerpo que lleva las cicatrices del conflicto y la memoria de sus caídos.
    • El Mar: El mar es un elemento ambivalente. Si bien el narrador le tiene "temor" porque "no repara en adueñarse de las almas rebeldes", es también el destino final de Kelvin, un "compañero de aula" cuyo cuerpo "no volvió". El mar se convierte en un símbolo de lo inabarcable, del misterio de la desaparición y de la absorción de los espíritus indomables.
    • La Máquina Remington: Se personifica como un instrumento de verdad y libertad, que "ha dicho tantas verdades" y "escupido tantas veces" "palabras liberadoras". Su silencio o su mutilación representan la supresión de la libertad de expresión.
  • La Crítica Política y Social: Aybar no se abstiene de señalar a los responsables de la represión. Se mencionan los "invasores" de la embajada, las estrategias para "abortar la revolución y su coronel", el "gobernante edificado entre los fantasmas del odio", los "perros que lamen la carne putrefacta de la democracia", y la "mano [que] tiene un nauseabundo olor a dinero" debajo de la mesa. La "Apología de la Sangre" es también una denuncia de la corrupción, la intolerancia y la mutilación de las ideas libertarias.

Estilo y Lenguaje

El estilo de Aybar es fragmentado, lírico y evocador. La narración no sigue una línea temporal estricta, sino que salta entre recuerdos de la infancia y eventos históricos puntuales (septiembre de 1970, febrero de 1973, marzo de 1975). Esta estructura no lineal refleja la forma en que la memoria opera, tejiendo eventos pasados con el presente.

El lenguaje es rico en metáforas y símiles, lo que le otorga una cualidad poética. Las personificaciones ("la historia se atrinchera entre nuestras manos", "la Remigton ha dicho tantas verdades", "la intolerancia pudo más que el diafragma de unas ideas que lloraban") otorgan vitalidad a conceptos abstractos.

La alternancia entre la primera persona del plural ("nosotros") y del singular ("yo") crea una sensación de experiencia compartida y personal al mismo tiempo, reforzando la idea de que la historia es vivida individual y colectivamente.


Conclusión

"Apología de la Sangre" es un relato conmovedor y poderoso que utiliza la nostalgia de la infancia como un lente para explorar el trauma y la resiliencia de una nación marcada por la violencia política. Fausto Aybar construye un homenaje a aquellos que lucharon y cayeron, y a la indomable persistencia de la libertad y la memoria. La obra es un recordatorio de que la historia, aunque escrita con sangre y lágrimas, también es una apología de la vida que persiste, de los sueños que se niegan a morir y de la esperanza que se hereda de generación en generación.

El constante pase de lista que nunca se completa es un eco melancólico y desafiante de que, a pesar de las ausencias físicas, los ideales y los héroes de la resistencia permanecen eternamente presentes, tejiendo el pasado con el presente y el futuro.

 

El uso del juego infantil "Mariscal pasando lista" en el relato "Apología de la Sangre" le otorga una connotación profundamente irónica y conmovedora, sirviendo como un recurso multifacético que amplifica el impacto emocional y temático de la obra.

 Aquí te detallo su significado:


Contraste Iónico entre Inocencia y Brutalidad

La connotación principal es la yuxtaposición de la inocencia infantil con la brutalidad de la realidad histórica y política. Un juego de niños, que en su contexto original implica orden, jerarquía y la ilusión de un control lúdico, se transforma en el relato en un pase de lista macabro y repetitivo de los caídos, los desaparecidos y los sacrificados en la lucha política. Esta ironía resalta la forma en que la violencia adulta y las tragedias nacionales se infiltran y marcan la conciencia de los más jóvenes, quienes, a través de su juego, terminan por internalizar y repetir un lamento por las ausencias.


Ritualización del Duelo y la Memoria

La repetición constante de la frase, casi como un mantra o un conjuro, convierte el juego en un ritual de duelo y memoria colectiva. No es solo un conteo de ausencias, sino una negación enfática de la ausencia misma: "Mariscal pasando lista, dice que falta mayor, mayor nunca falta, quien falta es teniente..." La estructura repetitiva refuerza la idea de que, a pesar de la desaparición física, los "héroes" y "combatientes" "nunca faltan" porque su espíritu, sus ideas y su sacrificio permanecen vivos en la memoria del pueblo. El juego se convierte así en un acto de resistencia, una forma de mantener viva la llama de la lucha a través de la remembranza.


Voz Narrativa y Perspectiva Infantil

El juego establece una perspectiva narrativa que oscila entre la visión ingenua del niño y la comprensión más profunda del adulto que recuerda esos eventos. El narrador, al evocar este juego de su infancia, nos permite ver la tragedia no solo desde el horror explícito, sino también a través de la lente de cómo esos eventos impactaron y moldearon una generación. Es un recordatorio de que la historia no es solo un conjunto de fechas y hechos, sino un conjunto de experiencias vividas que se transmiten y se internalizan de formas a menudo inesperadas.


Reflejo de una Sociedad Militarizada y Jerárquica

Finalmente, el juego "Mariscal pasando lista" también connota la presencia constante de una estructura militarizada y jerárquica en la sociedad dominicana de ese período. Los rangos militares son familiares para los niños, no solo por el juego, sino porque son parte del lenguaje y la realidad de un país donde la presencia militar y la represión eran palpables. Esto subraya cómo la violencia política penetra todos los aspectos de la vida, incluso la lúdica, moldeando la percepción y el lenguaje de quienes la experimentan.

En resumen, el juego infantil en "Apología de la Sangre" es un recurso brillante que, con su aparente sencillez, carga el relato de profundas capas de significado emocional, histórico y político, creando una resonancia duradera en el lector.

En "Apología de la Sangre", la figura principal no recae en un único personaje individual de forma tradicional, sino que se distribuye entre varias figuras clave y elementos colectivos que encarnan la memoria y la resistencia. Sin embargo, si tuviéramos que identificar un "protagonista", sería la memoria colectiva de una generación y de un pueblo que ha vivido la violencia y la lucha por la libertad.


Figuras Clave y Elementos Protagonistas:

  • El Narrador (y su Generación): La perspectiva principal del relato es la de un narrador en primera persona del plural ("nosotros") que evoca sus recuerdos de infancia, entremezclados con los eventos históricos. Él (y su grupo de amigos: Pato, Neo, Gamuza, Manolo, Nito, Cheo, Churrita, Wilton) representan la generación que creció bajo la sombra de la represión. Son los testigos, los herederos de la lucha, y a través de sus juegos y vivencias, el autor nos sumerge en la dualidad de la inocencia infantil frente a la violencia adulta.
  • Mamá Prieta: Esta figura encarna la sabiduría ancestral, el dolor colectivo y la capacidad de resiliencia del pueblo. Su llanto por "un muerto que no conocía" y su presagio de la muerte y la lluvia simbolizan la profunda conexión con el sufrimiento de la nación. Ella es el consuelo, la raíz, y su "acento tan mágico" es un bálsamo contra el "fulgor que por nuestra sangre corría." Mamá Prieta es una especie de matriarca espiritual que encapsula la memoria y la esperanza.
  • Los "Ausentes" / Los Héroes Caídos: A través del constante pase de lista militar ("Mariscal pasando lista, dice que falta... ¡No! ellos nunca faltan"), las figuras de los coroneles, sargentos, mayores, tenientes y otros combatientes caídos se convierten en una presencia central. Aunque no son personajes con acciones directas en la trama, su ausencia es su presencia más poderosa. Son los mártires anónimos y conocidos que alimentaron la "Apología de la Sangre", y su sacrificio es el motor que impulsa el lamento y la memoria del relato. Simbolizan la idea de la libertad que persiste a pesar de la represión.
  • La Patria y la Idea de Libertad: Más allá de los personajes humanos, la propia nación dominicana y el ideal de libertad y revolución son protagonistas fundamentales. El relato es una crónica de la lucha por una patria "nueva", "constitucionalmente abortada por el llanto". Es la idea que se niega a morir, la "voz que aclama" y que es "una cantera de ideas", aunque sea "mutilada" y "ahogada en un lago de sangre."

En conclusión, mientras el narrador y su generación ofrecen la perspectiva a través de la cual se vive y se recuerda la historia, Mamá Prieta representa la sabiduría y el dolor ancestral, y los héroes caídos son la encarnación del sacrificio y la resistencia. En conjunto, estas figuras y elementos construyen una narrativa coral donde la memoria histórica y la lucha por la libertad son las verdaderas protagonistas.

En "Apología de la Sangre", las fechas son cruciales porque anclan el relato en momentos históricos específicos de la República Dominicana, marcando eventos puntuales de violencia política, represión y resistencia. Estas fechas no solo sitúan la narrativa en un contexto real, sino que también subrayan la persistencia del dolor y la lucha a lo largo del tiempo.


Fechas y Eventos Puntuales en "Apología de la Sangre":

  • Jueves 24 de septiembre de 1970:
    • Evento: Se describe la muerte por un disparo en la cabeza de una figura idealista. Se asocia con la represión de ideas liberadoras (Carlos Marx, Martin Luther King) y guerrilleros. La bala de una "pistola calibre 45" sugiere implicación militar.
    • Contexto: Este evento alude a la violencia política durante los "Doce Años de Balaguer" (1966-1978), un período caracterizado por la represión, persecución y asesinatos de opositores políticos y estudiantes, particularmente de izquierda. El disparo que "reventó en su cabeza" y el cuerpo "yacía inerte" son imágenes vívidas de estos crímenes.
  • Abril (sin año específico, pero con referencia a "1972"):
    • Evento: Aunque no se da un día específico para el primer "Abril" mencionado, el relato lo asocia con "las flores", "los héroes" y un "nombre de mujer" que es "volcánicamente amorosa, combativamente liberadora". Luego, se especifica el 4 de abril de 1972.
    • Contexto: El mes de abril es un símbolo fundamental en la historia dominicana debido a la Revolución de abril de 1965 y la posterior intervención estadounidense. Es un mes de profundo significado patriótico, asociado con la resistencia, la soberanía y el ideal de libertad. El "4 de abril de 1972" con la "voz que aclama" que es silenciada por un "disparo volvió a la cabeza" refuerza la continuación de la represión contra las voces disidentes y los líderes intelectuales durante el régimen balaguerista, años después de la revolución.
  • Febrero del 1973 (y 16 de febrero):
    • Evento: Se menciona un "viaje tormentoso" de combatientes que sueñan con una "patria nueva" y la necesidad de "terminar una historia inconclusa". Se recuerda la intervención de "52 mil marines" nueve años antes (lo que remite a 1965). El 16 de febrero de 1973, "la patria vio caer a un nuevo héroe".
    • Contexto: Esta fecha alude directamente al desembarco guerrillero de Playa Caracoles en febrero de 1973, liderado por el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó (el "coronel vestido de luz" que "estremecía, cual Marco Aurelio en su última conquista"). Este intento de retomar la lucha armada fue brutalmente sofocado por el gobierno de Balaguer, resultando en la muerte de Caamaño y otros guerrilleros, lo que marcó un hito trágico en la resistencia.
  • 17 de Marzo de 1975:
    • Evento: Se narra la trágica muerte de Kelvin, un "gran amigo, compañero de aula", quien es "llevado en sus fauces" por el mar. Simultáneamente, se describe que "los gentiles dedos que hacían reventar la Remigton de palabras liberadoras, yacían en un charco de sangre".
    • Contexto: Esta fecha es una clara referencia al asesinato del periodista y profesor Orlando Martínez Howley, el 17 de marzo de 1975. Martínez era un columnista crítico del régimen de Balaguer y su asesinato fue un golpe devastador para la libertad de expresión y la lucha por la democracia en la República Dominicana. La mención de la "Remington" subraya su labor como escritor.

Estas fechas, incrustadas en el flujo de recuerdos infantiles y reflexiones adultas, no solo cronologizan eventos, sino que simbolizan la constante amenaza y el sacrificio en una época de profunda inestabilidad política. Actúan como puntos de anclaje para la "Apología de la Sangre", la defensa de una historia escrita con la vida de aquellos que no dudaron en luchar por un futuro de libertad.

El manejo estético de Fausto Aybar en "Apología de la Sangre" es una de las características más destacadas y efectivas del relato. Es a través de una cuidada selección de recursos literarios que logra construir una narrativa poética, emotiva y profundamente simbólica.


Manejo Estético en "Apología de la Sangre"

  • 1. Fusión de lo Lírico y lo Crudo: Aybar logra un equilibrio notable entre la prosa poética y la descripción descarnada de la violencia. Las imágenes líricas ("días de octubre son plácidos y anaranjados", "corren las hojas desteñidas hacia aquel horizonte de luces y espejos", "la luna es cruz de esta luna") conviven con la brutalidad explícita ("el disparo reventó en su cabeza", "ahogarla en un lago de sangre", "perforaron mil veces el cuerpo"). Esta dualidad intensifica el impacto emocional, mostrando la belleza que persiste a pesar del horror.
  • 2. Ritmo y Cadencia (el "Pase de Lista"): El recurso del "Mariscal pasando lista" es un elemento estético central que dota al relato de un ritmo particular y una cadencia casi musical. Esta repetición no solo estructura la narrativa, sino que también funciona como un estribillo o coro que infunde una sensación de lamento, perseverancia y ritualidad. Crea una atmósfera constante de ausencia y presencia, de memoria y duelo.
  • 3. Imágenes Sensoriales y Simbólicas: El autor es un maestro en la creación de imágenes vívidas que apelan a los sentidos y cargan un fuerte simbolismo.
    • Visuales: "luces y espejos", "faroles con sus luces amarillentas", "edificios que la guerra dejó como reseña", "sombras al acecho", "ojos fosforescentes".
    • Olfativas: "algarrobos nos dejan un aliento fecal", "mano tiene un nauseabundo olor a dinero".
    • Auditivas: "voces que borbotaban", "disparo reventó", "gritos se esparcían".
    • Simbólicas: Los árboles que se "desnudan" o dan "aliento fecal", la Remington que "escupía verdades", las mariposas que juguetean en un edén, la sangre como tinta de la historia.
  • 4. Temporalidad Fragmentada y Cíclica: En lugar de una narración lineal, Aybar utiliza una estructura temporal fragmentada y no cronológica. Los recuerdos de la infancia se intercalan con fechas y eventos históricos específicos, y la naturaleza cíclica de la violencia y la resistencia se ve reflejada en la repetición de los patrones de muerte y lucha. Esto crea una sensación de atemporalidad, donde el pasado no es solo historia, sino una presencia constante que moldea el presente.
  • 5. Lenguaje Evocador y Metáforas Audaces: La prosa de Aybar es rica en metáforas, símiles y personificaciones, elevando el lenguaje más allá de lo meramente descriptivo. Ejemplos como "la historia se escribía con sangre", "el alma no doblegada, vuela sobre el universo conflictivo", "las luces de la ciudad pretenden hipnotizar unos fantasmas llenos de llagas", o "la intolerancia pudo más que el diafragma de unas ideas que lloraban a la cruz de esta luna" demuestran su habilidad para transformar conceptos complejos en imágenes poéticas impactantes.
  • 6. Voz Coral y Personal: El uso predominante de la primera persona del plural ("nosotros") crea una voz colectiva que representa a una generación o a un pueblo, haciendo que el lector se sienta inmerso en la experiencia compartida. Sin embargo, también hay momentos de reflexión más íntima del narrador ("yo le tengo temor al mar"), lo que humaniza la tragedia colectiva y permite una conexión personal con el dolor y la memoria.

En definitiva, el manejo estético de Fausto Aybar en "Apología de la Sangre" es sofisticado y efectivo. A través de la yuxtaposición de la belleza y la brutalidad, el uso de un ritmo hipnótico, imágenes sensoriales poderosas y un lenguaje ricamente figurado, logra construir un relato que es a la vez un memorial histórico, un grito de denuncia y una profunda obra poética sobre la resiliencia del espíritu humano frente a la adversidad.







jueves, 28 de junio de 2018

ENTRE POETAS (LECTURA)


                                                          Lectura de Amelia Prieto




                                                        Lectura de Ana Maria Garrido



                                                                   Lectura de Amelia Prieto


                                                                     Lectura Alfred Asís


                                                             Lectura Ana Maria Garrido

martes, 19 de junio de 2018

Y DALE CON COLORIN, COLORADO






“Y DALE CON COLORIN, COLORADO”


Erase una vez.
-          Jajajaja, ¿Pero tú me crees un estúpido?
-          Eso es lo mismo que había una vez.
-          Oye, yo soy el escritor, inicio como se me da la gana el cuento.
-          Bueno, déjese de eso, yo lo cuento o no hay cuento, entendido.

Lo sucedido fue,  estando mi hermana con su niña en la emergencia del hospital, que por cierto la niña sufre de asma, al tocarle el turno a la niña, ya en el cubículo, llega la doctora, procede a chequear a la niña, la cual tiene una complicación asmática, la doctora llama a mi hermana a una esquina del cubículo, y les dice.

-          Doña, perdone, no tenemos mascarilla para nebulizar
-          ¡Comooo!
-          Así es, pero enfrente hay una farmacia, compre una por favor
-           ¡Ahhh! pero es que esto es un negocio, y ahora, yo sin dinero.

Mi hermana quedo atónita, impotente, no podía comprender nada, me llamo, me explico lo sucedido. Yo salí rumbo al hospital. Pero déjenme decirle, que en el mismo momento de la llamada; estaba viendo un documental sobre un tal Maradona, verdaderamente que ese tipo era un come hígado, es decir todo un crack.  Bueno, llegue al hospital, mi hermana lloraba, para que decir “pasó la de madre”. Entonces fui a la farmacia compre la mascarilla, y como un maldito anarquista en medio del salón de recepción grite: ¡Diablooo!, esto es una basura, y eso, que esta es la principal prioridad de los políticos, darle salud al pueblo, buenos ladrones.

-          Pues….
-          Oye, no me venga con colorin, colorado.
-          Entonces, dime  algo.
-          ¿Crees tú, que la vida es sólo cuento?
-          Eh, eh, eh.
No joda nadie,  en esta imitación de macondo, cualquier pela fután puede ser………..              


lunes, 11 de junio de 2018

¡Recuerdaaa! "Lo llevo de fundita" (Cuento)



MAS QUE CUENTO

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¡Recuerdaaa! "Lo llevo de fundita"

Llegó ensacado, abrió la puerta, fue directo al mostrador, pidió un helado revestido de chocolate. Especificó, exclusivamente de mantecado, y una servilleta por favor.
Ese era Luis, como siempre, presumiendo de modesto. Tomó asiento para degustar de aquel rico helado. Del otro lado del cristal bajo un asfixiante sol un niño vocifera: “de fundita, para el calor, lo llevo de fundita”.

Luis lo observa, el niño lo mira, Luis murmura en voz baja, como es posible que alguien pueda comer esa porquería. Han pasado unos minutos, alguien se asoma al niño y dice: dame uno, el niño pregunta; ¿de batata o tamarindo?

Quién diría que años atrás ese helado de fundita llenaría de gloria a un mortal, pero Luis al parecer sufre de amnesia, es que hoy Luis es un eminente abogado. Los cristales se humedecen por el aire frío del local, una migaja del revestido de chocolate cae sobre la mesa, Luis audazmente la toma, la ingiere, los clientes murmuran en silencio, el señor que maneja el ojo electrónico aplaude la acción, ¡sorpresa¡ es ahí un pedante, verdaderamente; el señor no paraba de reír. Desde el otro lado del cristal el niño sonríe. Quien diría; que entre tantos libros, hay una corbata rumbo a la lavandería.

Fausto Antonio Aybar Ureña.

miércoles, 6 de junio de 2018

POR UN PÈLITO... (CUENTO)


                                                              MAS QUE CUENTO 





POR UN PELITO.....

-       -  ¿Qué coñ…. usted está mirando?
-         
-        -   Maldito degenerado.


Esa fue la repuesta de Diana a la mirada incisiva de aquel hombre con semblante de depredador sexual. En la guagua no cabía un alma más, todo esperaban la bofetada, olores refrescantes e intoxicantes  se mezclaban con el yodo. El cobrador de la guagua como un malabarista con instinto suicidad, pretendía romper con la ley de gravedad, vociferaba a todo pulmón en el trayecto, “La Ureña, valiente, la caleta”. Pero Diana permanecía ausente, buscando entre los recuerdos. Una voz le recalcaba:   *terminar con esto ya,  no hay razón para seguir aquí*. En la velocidad los arboles iban desapareciendo, las sombras de los vehículos parecían colisionar al tomar las curvas cerradas. Ella, Diana, era un volcán en punto de erupción. De repente con voz enérgica alguien grita, “parada, parada” la guagua se detiene, ella sale violentamente, corrió rumbo al mar; la decisión estaba tomada, se lanzó, hay un espacio interminable entre el mar y la muerte, los recuerdos se aglomeraron violentamente, todo era azul, el mar abrió sus fauces para degustar de una víctima más de la depresión. Quien diría, al parecer, siempre hay ángeles rondando  estos lugares. Un tierno eco en el aire se esparce ¡Paaa sálvala, sálvala que se ahoga! Él se lanza al mar, el mar  no estaba dispuesto a dejar  ir su presa, porque ya no era mar, era una vasta extensión de acero fundido.  La batalla fue hasta el cansancio, Diana en su agonía rompió el trance, ve una sombra liquida luchando contra el mar, era el ángel, ella en un grito desesperado exclama; me ahogo, no me deje ir, él se la arranca al mar de sus fauces voraz, ella suspira. Ciertamente; no es lo mismo llamarlo que verlo llegar. 

Fausto Antonio Aybar Ureña.     







HAIGAS DEL CARIBE.

Haiga (俳画) : la unión perfecta entre imagen y poesía.  Otra forma de expresarnos a través del haiku. Articulo del Blog "LA SENDA DEL HA...