Seguidores

martes, 7 de agosto de 2018

EN VOLANTA, UN ROMANCE EFÍMERO (MAS QUE CUENTO)



La imagen puede contener: una o varias personas y exterior


EN VOLANTA, UN ROMANCE EFÍMERO 

No hay mejor manera de comenzar la tarde que cuando el día ya comenzó, porque cierto es, que este maldito calor pone a cualquiera a rebuznar sin ser burro, quien dijo eso, ahh sí, mi abuelo lo dijo. Pelagio mando a detener al motoconcho,  siendo un hombre muy esquivo le pregunto.
-          
Cuanto usted cobra hasta el parque de los regalados.
-          Bueno,  50 pesos
-          Pues lléveme
-          Móntese, suba los pies en el estribo  y agárrese  

Había caído una ligera llovizna, pero el vapor del asfalto era tan fuerte que parecía que la ciudad entera era un baño sauna.  El motoconcho intenta robarse la luz roja del semáforo, Pelagio le grita; abusador, todavía no he terminado de realizar mi sueño, él  desacelero,  llevaba el casco colgando del codo, de pronto, un rebaso suicida, casi  rozando, ese fue el momento que Pelagio se percató de que el casco era una pieza más de museo. Estaban  intransitables las calles, Pelagio pregunta al motoconcho.
-          
Por qué tomaste esta ruta.
-          Buen Don, en honor a la verdad, no tengo licencia, y menos seguro.
-          Comoooo
-          Así es, tome este atajo porque la poli jode mucho.
-          Ya veo, ¡cuidado con esa señora!
-          ¡Diabl…. Por poquito!

De momento el parque de los regalados parecía un espejismo, el motoconcho esquivaba los transeúntes, Pelagio pegado como un parche al motoconcho intentaba respirar despacio, pensó de todo, y de repente un verso llega a él “trapaza la luz una flor, hay un esqueleto emergiendo de su sombra” , comienza a repetirlo como una letanía para no olvidarlo, pues no hay lápiz ni papel, sólo la velocidad puede detener el proceso de olvidar, repite y repite el verso, es posible que sea su oportunidad para llegar al mundo de las letras. El motoconcho se detiene, Pelagio le grita.  
-          
¡Hasta la cuanta es!
-          Don, esto no es un jet
-          Es que se me hace tarde, tengo una urgencia
-          Ya entiendo, ¡no lo haga aquí!


Pelagio sigue repitiendo como un papagayo ese verso que le llego como balde de agua fría “trapaza la luz una flor, hay un esqueleto emergiendo de su sombra” sólo faltan cinco cuadras para llegar al parque, y Pelagio sigue con su letanía, el motoconcho le pregunta, qué es lo que usted tanto reza Don, él hace caso omiso, se detiene el motor.
-          
¡Por fin llegué!
-          Ahora págueme
-          Y usted devuélvame.  

Al parecer se está fecundado el olvido, salé corriendo en busca de lápiz y papel, en el trayecto alguien intenta detenerlo,  él sigue como un bólido, irrumpe en la casa violentamente, saca del librero libreta y lápiz, intenta armar la letanía, “la flor en el vertedero, podrida la sombra” coñooooooo, como un relámpago trapaza la casa, llega a la calle, busca en el celaje del ruido al motoconcho,  ya era tarde, ella se había ido con  él.  

viernes, 20 de julio de 2018

METODOLOGIA PARA HUIR (MAS QUE CUENTO)














METODOLOGÍA PARA HUIR

Después de haber tomado su turno Glodomiro en el centro médico,  que por cierto era #8.
Sentado en el corredizo, pasan gente y gente; y todos con el mismo saludo, buen día, buen día, él como si estuviera la misma grabación responde, buen día. Pues es extraño como se solidarizan las palabras y se alejan las personas. Frente a él, un gran letrero,
“Staff de Médicos”, como la curiosidad mato al ratón, comenzó a leer.   

Pediatra – Jaquez, Báez.
Ortopeda-Peña, Cabrera.
Ginecólogo-Paz, Montero.
Oftalmólogo-Peña, Lantigua.
Anestesiólogo-Acevedo, Ruiz.
Urólogo-Peralta, Liriano,
Neurólogo-Lizardo, Prieto.
Cardiólogo-Familia, Pérez.

¡Qué, cardiólogooo! 
Se paró del asiento abruptamente, caminó hacia la puerta frontal, se detuvo, respiró  profundamente; una voz extraña llama: que pase el #8. Él hizo caso omiso aquella voz,  al parecer los quebrantos se habían idos, miró hacia atrás, vio la puerta del cristal, y sin que nadie lo notara, emprendió la huida.
 A cien metros del centro médico un hombre cae de bruces al pavimento, una señora grita.
-    ¡Oh por Dios!, denle agua que se muere.

De nuevo en el centro médico, pero ahora en la sala emergencia, Glodomiro mira el lento correr  del suero, y murmura, para que engañarme, no hay metodología para huir,  porque cuando llega ¡llega!  

lunes, 9 de julio de 2018

QUE ESTRÉS, NI ESTRÉS (MAS QUE CUENTO)








QUE ESTRÉS, NI ESTRÉS.  

Venia volando la esponja, no sé de qué latitud, se revienta contra el cristal;  el detergente atrapa desenfrenadas palabras, las burbujas intentan contener toda esta explosión. Nadie se da por enterado. El calor pretende hacer volar el radiador, una pausa en la música, el semáforo que no cambia, el locutor informa: que el índice per-capital de vida está disminuyendo, que la enfermedad post- modernista, es el estrés.
¡…zo, No joda! el cristal esta rayado.                                                                                
 click, click, bang, bang.

En el pavimento una sombra liquida se diluye, toda la ciudad es consumida por el agitado tránsito, en el estrado se dictamina medida de coerción a la esquizofrenia.  
Pero lo cierto es, que no es ciencia ficción, vaya usted a ver; es en vida real.  


miércoles, 4 de julio de 2018

CUANDO LA HISTORIA NOS DESNUDOS





La imagen puede contener: 4 personas, personas sonriendo




CUANDO LA HISTORIA NOS  DESNUDOS


Mariscal pasando lista, dice que falta mayor, mayor nunca falta, quien falta
es teniente, teniente nunca falta, quien falta es sargento. Los días de octubre
son placidos y anaranjados, los árboles al parecer se están desnudando, corren
las hojas desteñidas hacia aquel horizonte de luces y espejos. Los amigos estamos
aquí, como cada tarde; repudiando el horroroso ritual de la tarea escolar. Pero
debajo de este almendro volvíamos a la felicidad furtiva de los pasquines del
Oso Yogui, el Pato Luca y Trinbilin, no podíamos dejar escapar ni un segundo,
porque un segundo ido, era un reír menos, porque un segundo podría significar
una noche sin duendes ni hadas. Sargento nunca falta, quien falta es cabo,
cabo nunca falta, quien falta es coronel. La ciudad estaba distante, era escaso
el transitar de los vehículos por este lugar, lo más cercano a la diversión era
esa casa grande y blanca, donde algún día los invasores habitaron con la simple
excusa de devolver la patria a sus héroes, todos por aquí la llamábamos la embajada.
Lo importante era que nos divertíamos entre sus máquinas y aparatos, jugando
al escondida, vitoreando las maromas de los amiguitos. La gran casa blanca
( la embajada ) donde supuestamente habitaban los fantasmas de la guerra, donde
la marihuana hizo su primer asomo en la precocidad de las jovencitas que borbotaban en primavera, donde se prepararon algunas de las estrategias para abortar la revolución y su coronel, pero era nuestro lugar predilecto para jugar, para escapar de los oficios que nuestros padres entendían como deberes, para ir más allá de la fantasía, duplicábamos los días, aunque tan sólo fuera un día, tanta energía no cabía en un sólo cuerpo, por eso la distribuíamos entre todos. Al caer la noche parecíamos sacos de sal bañados por una pertinente jarizna de alegrías y ecos. Coronel nunca falta, quien falta es mariscal, mariscal nunca falta quien falta es sargento.


Los domingos eran anhelados por todos, pantalones cortos, camisas de rayas, nos sentábamos frente a la carretera nueva, era un gran acontecimiento ver los faroles con sus luces amarillentas, en sus alrededores, hormigas voladoras atragantadas por el futuro.
Nos sentábamos aquí para contar los escasos vehículos que venían de la ciudad, una ciudad donde los hombres que vendían nuevas ideas se arrastraban entre los edificios que la guerra dejo como reseña, el pudor de un pueblo de hombres valerosos. Sargento nunca falta, quien falta es pela papa, pela papa nunca falta quien falta es raso, parecería que la historia estuviera determinada en una franca oscilación entre los héroes y los bastardos, pero nos sentábamos como regimiento militar, como números ordinarios, desde el más grande, al más pequeño: el pato, Neo, Gamuza, Manolo, Nito, Cheo, Churrita, Wilton, algunos con sus apodos, otros no, pero estábamos aquí viviendo a espalda de una historia que se escribía con sangre, de una historia constitucionalmente abortada por el llanto, raso nunca falta, quien falta es mayor, mayor nunca falta, quien falta es general.


Cuan gran era la algarabía a la hora de recreo, cuando nos tocaba de merienda el mázole, esa sabrosa harina de plátano, que por cierto churrita lambía hasta tal extremo el plato, que no había que lavarlo. Hay un camino adornado de cayenas, un camino donde los recuerdos parecían ser estáticos, donde los manoteos eran sublímenes caricias de unos árboles que nos llamaban a trepar entre sus extremidades. General nunca falta, quien falta es mariscal, mariscal nunca falta, quien falta es coronel. Septiembre es caluroso y lluvioso a la vez, los algarrobos nos dejan un aliento fecal, pero su delicioso sabor es de sueño para los perros, es de nostalgia para nuestras memorias, como diría mamá prieta, al oír los gallos cantar en una tarde de Septiembre, se aproxima la muerte, los niños todos a las camas. Pero ese jueves 24 de Septiembre del 1970, la muerte rondaba entre los libros de Carlos Marx, entre las palabras liberadoras de Martin Luther king, sí, entre las mochilas carbonizadas de los guerrilleros intercontinentales, asechaba a la idea naciente para ahogarla en un lago de sangre, el disparo reventó en su cabeza, intento violar los sueños futuros, el cuerpo yacía inerte, corrían las palabras escalera abajo, se filtró entre los adoquines, entre los edificio de un gobernante edificado entre los fantasmas del odio, y la mirada perversa de quien mutilo el libro, coronel nunca falta, quien falta es mayor, mayor nunca falta, quien falta es teniente. Mamá prieta lloro inconsolablemente un muerto que no conocía, nito iba rumbo al retrete por comer en abundancia las algarrobas. Jueves donde la intolerancia pudo más que el diafragma de unas ideas que lloraban a la cruz de esta luna. Churrita se muerde la mano izquierda de impotencia, siempre ha soñado con ser mariscal, pero al trabalenguas tomar velocidad su condición de tartamudo lo traiciona, en el noticiario informaban que el disparo llego de una pistola calibre 45, pues quien disparo tenía que ser militar, la tragedia se esparció como río desbordado en una ciudad que dormía su siesta de sudor y llanto. Las luces de la ciudad pretenden hipnotizar unos fantasmas llenos de llagas, unos fantasmas que violando el neón acariciarían las luciérnagas invisibles del oprobio y el dolor. Mariscal pasando lista y dice que falta sargento, sargento nunca falta, quien falta es mayor, mayor nunca falta, quien falta es cabo. Cuan ingratos son los héroes, si por debajo de la mesa, la mano tiene un nauseabundo olor a dinero, una palabra convertida en estatua, la noche ha sido tantas veces cómplice de la sangre, que los amante prefieren inmolarse entre los rayos calcinantes de este medio día de Septiembre.


El polvo con el sol fulminante no eran pretextos para dejar de ir a ver las niñas internas del hogar escuela Rosa Duarte, pomposas caminaban debajo de los árboles de almendras y nísperos, vestida de azul cielo parecían doncellas acorraladas entre las continuas oraciones y sueños prematuramente envejecidos. Era como un regalo de la diosa afrodita para estos inmortales ver el desplazamiento de aquellas angelicales siluetas. Cabo nunca falta, quien falta es teniente, teniente nunca falta, quien falta es coronel. Aun los cañaverales están vestidos de esclavitud, camina placida el hambre entre los bateyes, nosotros corremos entre estos hierros muertos, la historia se atrinchera entre nuestras manos, yo pretendo ser mariscal, más en una oscura habitación donde se arrulla la furibunda democracia, hay lenguas intentando destruir el sueño de unos ojos que deambulan en la oscuridad. Los sábados eran días de catequesis.
Todos nuestros sueños se liberaban entre los pasillos, entre los árboles, las banquetas del hogar escuela Rosa Duarte. Al final de cada sábado parecía como si el catolicismo fuese un juego, donde las manchas de las almendras invadían todas nuestras ropas, nuestras madres irritadas se tocaban tres veces en el pecho para pedir perdón por nuestros vejámenes, ante la mirada de las monjas que nos resguardaban, era tan maravilloso machacar las almendras para deleitarse con su semilla, que gamuza y nito no le importaba cuan manchada estuviera la camisa de los domingos.


Abril son para las flores, son para los héroes, Abril es nombre de mujer, cauta, sigilosa, volcánicamente amorosa, combativamente liberadora, y si Abril fuera galaxia de los tiempos, los hombres quedarían varados como sanguijuelas en la piel del olvido. Coronel nunca falta, quien falta es mariscal, mariscal nunca falta, quien falta es general.
Al gestarse Abril, también se gesta la muerte, la muerte corre infaustamente entre los pasillos de la primera universidad del conocimiento para la América redentora. Los caminos de la embajada están adornados de cayenas rojas, blancas, amarillas, las mariposas tienen aquí su edén, vuelan a sus anchas, nosotros revivimos pesadillas pasadas. Daniel (gamuza) piel de culebra, tierra agrietada, amigo, casi hermano, peleador por impulso, domador de sueños. Pero Abril aunque es mujer, héroes, flor, también es llanto y sangre. Este 4 Abril, también reventaron de dolor los fantasmas. 1972, vuelve el corazón intolerante como procesión a irrumpir en la voz que aclama, el disparo volvió a la cabeza, invisible el alma estallo como arcoíris de ideas en nuestros labios, una lágrima recorría la indomable mejilla izquierda de mamá prieta, ella era la abuela de todos, más cuando atizaba el fogón para hacer dulce de coco, brincábamos, reíamos, nos gustaba oírla hablar, tenía un acento tan mágico que era capaz de amenguar todo este fulgor que por nuestra sangre corría. Dicen por los corredizos de la Alma Máster, que era bella y esbelta, pero sobre todo que era una cantera de ideas, era una voz sin estrofas mudas, pero ellos; los perros que lamen la carne putrefacta de la democracia no podían oír más esa voz que descuartizaba el horizonte en busca de una palabra (libertad). General nunca falta, quien falta es sargento, él nunca falta, quien falta es mayor. Nada puede pesar tanto, el alma no doblegada, vuela sobre el universo conflictivo, y alguna vez, alguien pregunte; ¿dónde están sus alas?


Mariscal pasando lista, y dice que falta coronel, coronel nunca falta, está en las montañas. El viaje fue tormentoso, el black jack se batía contra las grandes muralla de aguas saladas, los combatientes soñaban con la patria nueva, había que terminar una historia inconclusa, un tramo espinoso, donde descalzos los sueños llenaban de gloria los chamacos mojados de los combatientes, hacían nueve años cuando glorioso el pueblo se batía contra los perro del norte, tuvieron que mandar 52 mil marines, para calmar este pueblo de arcos y hachas. Llegaron como crustáceos a caracoles, el silencio fue su cómplice, las montañas su refugio, fueron guiado por una horda de luciérnagas, el coronel vestido de luz se estremecía, cual Marco Aurelio en su última conquista. Era febrero del 1973. Las clases de matemáticas eran para todos un apéndice propiamente de la habilidad. Nuestro gran profesor, el más querido en todo el plantel, era un hibrido de lo moral y el civismo, siempre hablándonos de los grandes hombre de la isla y del mundo, era un alumno de Hosto, también era un alumno de las ideas renovadoras que se esparcían por América. Coronel nunca falta, quien falta es teniente, teniente nunca falta, quien falta es sargento. Casi toda las tardes nuestras madres nos mandaban al coro eclesial, donde aprendíamos a cantar al Señor, tal vez ellas pensarían que era el lugar preciso para irnos acercando a las manos bondadosa de Dios, pero de vece en cuando nos escapábamos a nuestros escondrijos en la embajada, eran tiempos de glorias, reíamos sin saber cuánta sangre se vertía entre las calles, los edificios, las montañas, tal vez ignorando los escasos discursos que pululaban entre la callejuela de la vieja ciudad. Febrero es, mes de la patria y sus héroes, pero también este 16 de Febrero la patria vio caer a un nuevo héroe, el luto llego después del rechinar de las balas en las almas abnegadas de los combatientes. Sargento nunca falta, también está en las montañas.


Nuestro maestro de canto era joven, no era una de esas señoras cansada de leer el rosario todas las tardes, de perder la cuenta, de cuantos padres nuestros iban cuando el sueño se asomaba sigilosamente a la mecedora, y ella caía iracunda ante la pesadez. El tocaba la guitarra como poco lo hacían, se llamaba Luís, era delgado, jovial, su puntualidad atrofiaba por momento los parámetros de unos niños juguetones, pero era un ser que vivía llenándonos de vibraciones musicales, que en su alfa y omega existía, pero como la perfección es un complejo del ser humano, nosotros, todos volvíamos a nuestros ancestros ramapitecus, flotábamos sobre las ramas de los árboles, reíamos hasta la saciedad por las oraciones olvidadas. Sargento nunca falta, quien falta es coronel, coronel nunca falta, quien falta es teniente.
Al parecer la máquina Remignton ha dicho tantas verdades, que alguien está molesto, ha escupido tantas veces, que cada saliva es una injuria plasmada en el vespertino local.
En el atardecer algunos de nosotros van rumbo al mar, no todos, precisamente yo, le tengo temor al mar, porque dicen algunos, que el mar en su momento de cólera, no repara en adueñarse de las almas rebeldes. Mariscal pasando lista dice que falta mayor, mayor nunca falta, quien falta es coronel, coronel nunca falta, quien falta es capitán.
Las mariposas jugueteaban con las flores, los días vienen y van, la ciudad se sumerge en el silencio, las palabras se mudaron a otras latitudes, y la noticia llega abruptamente, es 17 Marzo del 1975, mi gran amigo, compañero de aula, Kelvin, el mar se lo ha llevado en su fauces, su cuerpo no volvió, tal vez habitó en otro mundo, pero este día tan sólo no fue trágico para nosotros, también para la patria, los gentiles dedos que hacían reventar la Remigton de palabras liberadoras yacían en un charco de sangre, volvió hacer testigo del horror, la madre del conocimiento, ellos, como jauría desbocada perforaron mil veces el cuerpo, mas no la palabra. Capitán nunca falta, quien falta es cabo, cabo nunca falta, quien falta es teniente. Desde aquella silla no se admite el debate, el libre andar de las ideas esta en las mazmorras, nosotros jugueteábamos, reíamos, tal vez pretendíamos estancar el tiempo, más otros caían por dejarnos una patria nueva, un futuro de libros y sueños. Mariscal pasando lista, dice que falta…… No; ellos nunca faltan, se oyen truenos, la ciudad envejece en un picar de ojos, mamá prieta puede presentir que será larga la temporada de lluvia, el dolor en sus huesos es atroz, churrita soñaba con ser mariscal, cabo nunca falta, quien falta es mayor, mayor nunca falta, quien falta es sargento. Hay tiempos donde los recuerdos encuentran desnudos a seres melancólicos, regurgitan las palabras que supuestamente los demonios habían desterrados, palabras que no fueron a la tumba, que diseminaron en una patria ávida de libertad. Mariscal pasando lista y dice que falta pela papa, pela papa nunca falta, quien falta es coronel, coronel nunca falta quien es cabo, Cheo nieto de mamá prieta está llorando, todos llorábamos sin saber porque, un altar lleno de rosas, los gritos se esparcían en la comarca, mientras mamá prieta dormía la siesta más larga de los tiempos, Mariscal pasando lista y dice que falta …… no ellos nunca faltan, están entre nosotros.  


Fausto Antonio Aybar Ureña.

jueves, 28 de junio de 2018

ENTRE POETAS (LECTURA)


                                                          Lectura de Amelia Prieto




                                                        Lectura de Ana Maria Garrido



                                                                   Lectura de Amelia Prieto


                                                                     Lectura Alfred Asís


                                                             Lectura Ana Maria Garrido

martes, 19 de junio de 2018

Y DALE CON COLORIN, COLORADO






“Y DALE CON COLORIN, COLORADO”


Erase una vez.
-          Jajajaja, ¿Pero tú me crees un estúpido?
-          Eso es lo mismo que había una vez.
-          Oye, yo soy el escritor, inicio como se me da la gana el cuento.
-          Bueno, déjese de eso, yo lo cuento o no hay cuento, entendido.

Lo sucedido fue,  estando mi hermana con su niña en la emergencia del hospital, que por cierto la niña sufre de asma, al tocarle el turno a la niña, ya en el cubículo, llega la doctora, procede a chequear a la niña, la cual tiene una complicación asmática, la doctora llama a mi hermana a una esquina del cubículo, y les dice.

-          Doña, perdone, no tenemos mascarilla para nebulizar
-          ¡Comooo!
-          Así es, pero enfrente hay una farmacia, compre una por favor
-           ¡Ahhh! pero es que esto es un negocio, y ahora, yo sin dinero.

Mi hermana quedo atónita, impotente, no podía comprender nada, me llamo, me explico lo sucedido. Yo salí rumbo al hospital. Pero déjenme decirle, que en el mismo momento de la llamada; estaba viendo un documental sobre un tal Maradona, verdaderamente que ese tipo era un come hígado, es decir todo un crack.  Bueno, llegue al hospital, mi hermana lloraba, para que decir “pasó la de madre”. Entonces fui a la farmacia compre la mascarilla, y como un maldito anarquista en medio del salón de recepción grite: ¡Diablooo!, esto es una basura, y eso, que esta es la principal prioridad de los políticos, darle salud al pueblo, buenos ladrones.

-          Pues….
-          Oye, no me venga con colorin, colorado.
-          Entonces, dime  algo.
-          ¿Crees tú, que la vida es sólo cuento?
-          Eh, eh, eh.
No joda nadie,  en esta imitación de macondo, cualquier pela fután puede ser………..              


lunes, 11 de junio de 2018

¡Recuerdaaa! "Lo llevo de fundita" (Cuento)



MAS QUE CUENTO

Resultado de imagen para helado de fundita


¡Recuerdaaa! "Lo llevo de fundita"

Llegó ensacado, abrió la puerta, fue directo al mostrador, pidió un helado revestido de chocolate. Especificó, exclusivamente de mantecado, y una servilleta por favor.
Ese era Luis, como siempre, presumiendo de modesto. Tomó asiento para degustar de aquel rico helado. Del otro lado del cristal bajo un asfixiante sol un niño vocifera: “de fundita, para el calor, lo llevo de fundita”.

Luis lo observa, el niño lo mira, Luis murmura en voz baja, como es posible que alguien pueda comer esa porquería. Han pasado unos minutos, alguien se asoma al niño y dice: dame uno, el niño pregunta; ¿de batata o tamarindo?

Quién diría que años atrás ese helado de fundita llenaría de gloria a un mortal, pero Luis al parecer sufre de amnesia, es que hoy Luis es un eminente abogado. Los cristales se humedecen por el aire frío del local, una migaja del revestido de chocolate cae sobre la mesa, Luis audazmente la toma, la ingiere, los clientes murmuran en silencio, el señor que maneja el ojo electrónico aplaude la acción, ¡sorpresa¡ es ahí un pedante, verdaderamente; el señor no paraba de reír. Desde el otro lado del cristal el niño sonríe. Quien diría; que entre tantos libros, hay una corbata rumbo a la lavandería.

Fausto Antonio Aybar Ureña.

miércoles, 6 de junio de 2018

POR UN PÈLITO... (CUENTO)


                                                              MAS QUE CUENTO 





POR UN PELITO.....

-       -  ¿Qué coñ…. usted está mirando?
-         
-        -   Maldito degenerado.


Esa fue la repuesta de Diana a la mirada incisiva de aquel hombre con semblante de depredador sexual. En la guagua no cabía un alma más, todo esperaban la bofetada, olores refrescantes e intoxicantes  se mezclaban con el yodo. El cobrador de la guagua como un malabarista con instinto suicidad, pretendía romper con la ley de gravedad, vociferaba a todo pulmón en el trayecto, “La Ureña, valiente, la caleta”. Pero Diana permanecía ausente, buscando entre los recuerdos. Una voz le recalcaba:   *terminar con esto ya,  no hay razón para seguir aquí*. En la velocidad los arboles iban desapareciendo, las sombras de los vehículos parecían colisionar al tomar las curvas cerradas. Ella, Diana, era un volcán en punto de erupción. De repente con voz enérgica alguien grita, “parada, parada” la guagua se detiene, ella sale violentamente, corrió rumbo al mar; la decisión estaba tomada, se lanzó, hay un espacio interminable entre el mar y la muerte, los recuerdos se aglomeraron violentamente, todo era azul, el mar abrió sus fauces para degustar de una víctima más de la depresión. Quien diría, al parecer, siempre hay ángeles rondando  estos lugares. Un tierno eco en el aire se esparce ¡Paaa sálvala, sálvala que se ahoga! Él se lanza al mar, el mar  no estaba dispuesto a dejar  ir su presa, porque ya no era mar, era una vasta extensión de acero fundido.  La batalla fue hasta el cansancio, Diana en su agonía rompió el trance, ve una sombra liquida luchando contra el mar, era el ángel, ella en un grito desesperado exclama; me ahogo, no me deje ir, él se la arranca al mar de sus fauces voraz, ella suspira. Ciertamente; no es lo mismo llamarlo que verlo llegar. 

Fausto Antonio Aybar Ureña.     







jueves, 31 de mayo de 2018

COLORIN, COLORADO (CUENTO)


MAS QUE CUENTO

Resultado de imagen para parada de  bus en Santo Domingo




COLORIN, COLORADO.

Había una vez,
-¡Ey, ey, ey! , pare eso ahí,
Quien dijo que había una vez, nunca hubo una vez.

-Déjeme contarlo a mí.
Pasa que, estaba sentado en espera del bus, y un señor con gafas negras llega, saluda, pregunta, no ha pasado el bus de la 9:30, y reaccionó yo, bueno, pues no, si hubiese pasado nosotros no estaríamos aquí, el señor pidió excusa por la molestia causada.
Faltaban unos minutos para la 9:30, a la distancia, deslindando las rayas amarillas se visualiza el bus, nos alineamos según el orden de llegada, el bus se detiene, abre sus puertas, procedemos a entrar, el conductor nos detiene,  precisa, por favor, el señor de las gafas negras  primero, un murmullo se apodero de la fila, el conductor se levanta de su asiento y procede a ayudar al señor, en ese preciso momento comprendí que era un no vidente, intente darme en el pecho por mi mal proceder, una señora me miro con desprecio, aunque debajo del brazo derecho, es decir, el sobaco,  llevaba una biblia. Al parecer todos teníamos ese pesar colectivo por lo sucedido, mientras el señor de las gafas negras se daba por aludido. 
 Pues, Colorín colorado este cuento se……….
-¡Como que este cuento se acabó!
-Este no es un cuento, “escritor de la m……”
 -Entonces, dígame usted. ¿Por qué veo? en el semáforo de la 27 de Febrero con Máximo Gómez cada día, a el señor de las gafas negras pidiendo limosnas para sobrevivir.  

Fausto Antonio Aybar Ureña.   

lunes, 28 de mayo de 2018

3D, UN VIAJE FANTÁSTICO (CUENTO)










MÁS QUE CUENTO

EN 3D, UN VIAJE FANTÁSTICO.

- ¡Pocholo, Pocholo mira!
- ¿Qué es eso? 
- Es lo que llaman 3D, Yuyu,
- Bueno, pero manito, parece realidad.
El funicular estaba repleto, la capacidad de asombro iba desapareciendo mientras las escenas se repetían, era un viaje mágico, casi un cuento de Ada, ni el señor de los anillos era tan sorprendente como esto.
- ¡Pocholo, Pocholo, ay, ay ay!
- ¿Qué pasa YuYu?
- Hay un rebú en ese callejón, el flaco le dio una puñalada a ese señor.
- Recuerda Yuyu, que esto es una película.
- Ahhhh, pero manito parece real.
Ya terminada la función, Yuyu en el barrio cuenta lo que vio, mas luego, fue a jugar con los amiguitos al callejón de Lola. El funicular deslinda el espacio aéreo del barrio, hay una lona azul donde se albergan los protagonistas, los gritos no son reales, ¡waoo, de hoy en adelante todo es 3D!.

Fausto Antonio Aybar.

viernes, 23 de marzo de 2018

MONTSERRAT, HUÉSPED DE LA VID (POEMA DEDICADO A MI PRIMOGÉNITA NIETA)





MONTSERRAT, HUÉSPED DE LA VID.

En el vientre 
de mi primogénita luz
un ángel florece,
surca los confines
del universo un cometa en gestación;
tal vez de nombre paz,
de nombre amor.


Entre mis ancestros
pasados la he buscado,
y ahí está, dormida,
escuchándome
desde su liquida cuna,
flor milenaria de un bosque virgen,
tierna sonrisa para un verbo que envejece.

Montserrat,
llevará por nombre,
sendero de versos peregrinos,
romería de arco iris
sobre el lunar de un siglo
de esperanza,
de libertad,
umbilical sueño de la humanidad.

Un pétalo
anida en tus manos,
en tus labios una canción.
En unísona tonada,
los peces,
los pájaros,
y los arboles
gritaran tu nombre.
¡Montserrat, huésped de la Vid,
Oriunda oración del sol!

Fausto Antonio Aybar Ureña.

lunes, 8 de enero de 2018

MUSA, MUJER Y POESÍA (VIENTRE CREATIVO DEL UNIVERSO)



                    ARTE DEL PINTOR DOMINICANO WILLFRIDO VELAZQUEZ GOMEZ




Ana Maria Garrido
Argentina

Ella nocturna

Ella exhibe sus alas
detenida en la bruma,
lujuriosa crisálida
entre puertos
de un mar exasperado
que ignora las señales.

Como un faro
de espejos inconclusos,
ella exhala su luz
en la noche
con ojivas de espuma.

El agua
es una pampa interminable
que engulle los reflejos de la luna
como peces incautos.

Mariposa nocturna,
ella camina sola
por la playa
que desnuda
sus pétalos ocultos.

Envueltos en la brisa,
los fantasmas
de viejos marineros
rozan sus muslos húmedos,
sus hombros,
sus pestañas
con codicia de nube.

La sangre
de la noche
se puebla de preguntas.
Ella cubre
sus senos ambarinos
con dedos de magnolia
y corre hacia su casa
vestida de salitre.
Cierra puerta
y ventanas
con prudencia
de alondra.
La ciudad
se desvela
ahondada de susurros.

El miedo
con mil rostros
le oprime la garganta.

Inmóvil en su lecho,
los relojes
le prestan sus latidos,
la luna,
sus linternas
de plata mortecina
hasta que el viento
exhausto
de rugir en su puerta
se echa a sus pies etéreos
como un perro con sueño.


Mercedes Vivas Benítez
Colombia
Clamo Palabra
¡Oh alborada!
¡Oh alborada!
desvestid la impaciencia
cuantas cosas no pueden designar mis palabras.
¡Oh Celestina!
reviste el amanecer
indómitos encuentros
impiden ponderar
mi garganta.
¡Oh sombras!, voltead los sonidos a mis espaldas
alcanzadme la pluma en mi deliquio,
prestadme los sueños de los desvestidos,
el huracán de los hambrientos,
los motivos de los presidiarios,
las raíces de los desaparecidos.

¡Oh palabras! Ofrenda las camisas roídas por los fusiles
objeta al enemigo del pueblo
tilda la sangre llorada por los disminuidos.
Oh mordaza,
oh mordaza,
libera la palabra………

Carmen Garcia
República Dominicana
 "MULATA"


Tengo fusión de salitre
de merengue, son y caña,
del conquistador la saña,
el azúcar del trapiche.
La cadencia del pambiche,
del nativo la nobleza,
del cimarrón la fiereza,
alma antillana yo tengo!!
Es que llevo en mi abolengo
rebelión, sangre y proeza.
Mestizaje mi color:
negro, blanco y taíno,
así quiso mi destino
de tres razas ser crisol.
Aborigen, español
y el tambor del africano,
ése lamento lejano
hilvana con sus matices;
mi pasado, mis raíces,
atesoro en mis manos.
Soy caribeña guerrera,
mi solar es un pedazo
donde reboza el abrazo
como flor en primavera.
Tengo gracia de palmera
con el vaivén de los mares;
el sol en estos lugares
calienta mi piel morena
cuando roza las arenas
y serena mis pesares.

Zulma Quiñonez 
Puerto Rico 
 NIEBLA
Te pierdes por los rincones y las callejuelas.
Arropada de blanco, llenas el espacio. Amorfa y desnuda,
sin tocar el suelo, vagas entre sombras. Invades el aire,
penetras lugares remotos y extraños. Humareda
mágica, flotas como barco que surca los mares
a la deriva, solo, sin timonel ni velas,
sin puerto ni ancla, en desesperanza.
Apoderándote, desplazas la noche.
Intrusa mariposa noctámbula,
vuelas entre montes,
cubres las ciudades
y de madrugada,
plegando tus
alas, mueres
solitaria.
¡Huyó tu aliento!

Mardyn Mesén Rodríguez 
Costa Rica 
PAISAJES DE UN VALLE II 
( dedicado a mi abuelo, “El poeta descalzo”)
.
Retoña el corazón del buen labriego
al brillo de la luz de la mañana,
¡Cántame una canción!, ¡Quiero una nana
que haga silbar las cañas en sosiego!
.
¿Dónde escondo mi llanto en este juego?,
esa puesta de sol en la ventana,
como fuente de amor que se desgrana,
se me escapa al recuerdo y vuelve luego.
.
¡Abuelo, las mazorcas son tan rubias,
florecen buganvilias en el monte
tras el paso triunfal de nuevas lluvias!
.
Y he visto en la quietud del horizonte
tu sombra interpelar las raudas gubias
del aguerrido canto del sinsonte…

Dominga Almonte 
República Dominicana.
Fantasía.
En la sombra del follaje, 
de mi tierra encantada...
...Repica el tambor del indio aguerrido...
...Sonido grave y persistente,
que despierta al valiente
del letargo del olvido...
...A caso,
No es la misma burguesía
que despoja y saquea,
dejando las manos vacías
de la gente que en ella crea...?
...Junto al fuego enrojecido
Caonabo y Guarionex,
en la cohoba de la sensatez
Siembra el espíritu aguerrido...
... Tambor...
...Areíto...
...En la sombra del follaje,
de mi tierra encantada...
...Quién es ese que se levanta,
Y besa a su amada...?
...Luego corre...
...Sus pies llevan la velocidad de la flecha...!!!
Es Enriquillo,
Quien en su pecho aún estrecha
La imágen de su Anacaona...
En la sombra del follaje,
de mi tierra encantada...
...está el espíritu aguerrido de Hatuey, Guaramá y Yuisa...
...Pero aún repican los tambores,
del indio aguerrido...
...Despertando al valiente,
del letargo, del olvido...

Cinthya Rascovsky
Argentina 
Espejos rotos

Los pies conocían el espejo donde sus pasos fueron

solo escuchaba el ruido de los cristales
para saber que sus dedos fueron allí aniquilados
en esa acústica donde la vida se comió la salida.

Las manos conocían el espejo donde sus caricias durmieron

solo al saber que su no palpable era el trueno de su llanto
en ese eco donde la vida le cortó las venas. 

Ella conocía el espejo donde su imagen era víctima 

solo al saber que sus ojos pestañeaban sangre
en ese instante decidió 
dejar caer los vidrios. 

Amelia Prieto 
España
Quiero pronunciar tu nombre
mas los sonidos surgen en mi seca garganta.
Quiero recordar tu cara
mas los rasgos se desdibujan en mis húmedos ojos
Quiero saborear tus besos
mas estos no llegan por la maldita distancia; quiero...mas.
¿Tú quieres?
serenar mi ánimos,
templar mi espíritu,
aquietar mis impulsos,
mitigar mi dolor,
amainar mi llanto,
complacer mi pasión
¿Quieres?

Pura Losada
España
A Cesar Vallejo

Extendiste la mano
y me miraste,
contándome mil historias
de noches de hambre...
Y miré tus pies desnudos
y me sentí humillada
de tu mano extendida
-que ne decía todo-
sin pronunciar palabra.
Casas blancas, casas negras
vestidas dee techos rojos,
con balcones repujados
y portones repujados.
En cada esquina un Vallejo
un niño descalzo en cada recodo,
un oligarca en cada ventana.
Y al fondo, en la Plaza Mayor,
la catedral con sus campanadas,
llamando a misa de 10
como todas las mañanas
Casi doscientos años pasaron
de la gesta libertaria
y todo sigue lo mismo
¡aquí no ha pasado nada!
Los niños siguen sin pan,
las madres cuidando llamas
mientras le dan a la rueca
sin luz y sin esperanzas.
Y los hombres, ¿Dónde están?
Dónde viven, ¿dónde van?
Aplastados por los Andes,
sin fuerzas para luchar,
resignados, impotentes,
mascan...mascan...
Aletargados los pueblos,
aletargados los hombres,
aletargados los suños
Que nadie se mueva,
que nadie hable
que nadie despierte al frío
que siga durmiendo el hambre.





Veronika Quezada Varas
Chile

Flor, Color... "Florclor"
A Viioleta Parra  

Pre-cordillera,
valles,  campos...
Un río improvisa,
canciones de cuna.
Bosque sonriente,
acoge su llanto.
Pajarillos verdes,
trinan la buena nueva.
Remece auroras
su inquieta figura,
Sacude el puelche,
clavelinas rojas.
Octubre celebra,
sus primeros pasos.
Recita, teje,
moldea, borda,
pinta, escribe,
canta, viaja...
Deja al mundo,
la huella de Chile.
Sangra por dentro,
al irse a los cielos,
ese querido angelito...
Angustia es hiedra,
crece y extiende,
el ramaje en su alma...
Alma solitaria,
al partir sus suspiros
Lejos pa'l norte...
Ensordecedor gatillo,
deja en el suelo,
su desolada vida...
Guitarra llora,
desconsolada y triste,
se queda sin notas,
y de su voz, ausente...
Flor, se deshoja,
marchita de duelo.
Color, destiñe,
de dolor intenso...

Flor y color,
simples palabras.
De cuyas letras,
resulta el concepto:
"folclor"...

Palabras que forman,
su nombre: Violeta...



SERIE DE CUENTO "VOCES AJENAS"

            LA EXCLUSIVA   Hay puertas que supuestamente van al paraíso, y lo cierto es que son la entrada al mismo infierno. Asombrad...