Seguidores

domingo, 10 de mayo de 2015

JOSE RAMON LOPEZ LORA (HIJO DEL ATLÁNTICO, PUERTO PLATA-MONTECRISTI) CUENTISTAS, ENSAYISTA, UN ESCRITOR POR CONOCER.

                                                  José Ramón López Lora.
                                Hurgando en un escritor que habita en el olvido.


El Blog Espejos y Sombras en un aporte a la difusión cultural, literaria dominicana y universal, les trae a la comunidad literaria, al escritor José Ramón López Lora, hijo del atlántico, de dos grandes pueblos Puerto Plata y Montecristi. Es de gran importancia para los pueblos dar a conocer los personajes como el que les dejo hoy  a mis amigos lectores.
José Ramón López, cuentista, ensayista, escritor en toda la palabra. Un dominicano en el arte de escribir, por conocer, por analizar, y por cierto, un legado que nuestros estudiantes deben conocer desde sus raíces.
Nota este trabajo esta sustentado por investigaciones realizadas por algunos periódicos, comunicadores, fundación Corripio, el archivo general de la nación. Espejos y sombras es sólo un espacio de divulgación, que recopila informaciones para que sus lectores, tanto del país como de otras latitudes del globo terráqueo tengan la oportunidad de conocer nuestras letras. Es preciso decir que este trabajo sobre el escritor dominicano José Ramón López Lora llega a ustedes por la iniciativa del poeta y profesor Santiago Peña Sosa, por cierto un hijo de Montecristi y Puerto Plata. También por la feria del libro de Montecristi a celebrarse el 22 de Mayo.    



                                                              José Ramón lópez Lora







                                                 Obra de investigación de la Fundación Corripio





                                            Obra de investigación de la Fundación Corripio



                                        Obra de investigación de la Fundación Corripio




                                            Obra de investigación del Archivo General de la Nación 


Las Aguas, Montecristi, Rep. Dom. Periodista, de madre nativa  de Puerto Plata, fue llevado  a temprana edad  a esta ciudad, donde creció  y forjó su personalidad. Vivió al lado de su progenitora desamparada, viéndose  desde muy joven  obligado  a enfrentarse  con las adversidades  de la vida, templando así su espíritu en la dura realidades del quehacer  cotidiano. 
Recibió la educación  primaria  de un educador  cubano, pero los estudios siguientes  fueron obras  de su propia  iniciativa, su inmensa  curiosidad  por los libros  y su incansable afán  por escribir. 
Criollo realista, perspicaz, con grandes dotes de observación  y talento inusitado, se levanto por si solo en el campo intelectual. Se inició  en el periodismo  desde abajo, fue sucesivamente  repartidor  de periódicos, barrendero y encabezado de limpieza  del taller, ayudante  de impresor, gacetillero, articulista  y finalmente, periodista  local. 
Cooperó desde su periódico  con la política  liberal  y de ideales  de los gobernantes de principios  de la década  del 80.  Se destaco  en la campaña  electoral  del 1884 y en 1886. Se opuso  con todas sus fuerzas  al reaccionarismo, lo que le valió persecución  y amenazas  de muerte.
Enviado al exilio  a costa  de trabajo y talento pudo abrirse paso en Venezuela, donde llego a ocupar  el puesto de editorialista en  un periódico en el que se había iniciado como gacetillero sin sueldo.

Vuelto al país  en 1896, se destaco como el primer  periodista, escribiendo  con gran versalidad  sobre toda clase  de temas. Logro convertir el periódico en un medio  de instrucción  social  y orientación  popular  de gran capacidad  de trabajo, e inundaba los diarios con sus artículos  matizados  por su vivencias  de las cosas sociales y su original  talento de  escritor.

Llegó a escribir  texto  de agricultura, lectura y geografía, como resultado  de la  necesidad  y no de la vocación. Pero fueron obras invaluables  en sus propósitos educativos. Otras veces  tuvo  que dedicarse  a oficios  agrícolas e industriales, para poder subsistir.
Después de haber combatido  a Heureaux   por mucho tiempo, fue atraído por este  a sus filas  no sin grandes  esfuerzos. Sin embargo, López, más adelante  llego a lamentarse  de su paso tardío  al servicio del tirano. Muerto Heureaux, López sirvió  al gobierno de Cáceres  como miembro de unas de las Cámaras Legislativas.
Al fallecer Cáceres, participó como periodista  en la labor  cívica  de la facción  de Velázquez. Dejó una valiosa  producción literaria  sobre los fenómenos  característicos  de la evolución  de la Rep. Dom. En su ensayo  `` la paz  el Rep.`` analiza el fenómeno  de las guerras civiles, llegando a la conclusión  de que las mismas  estaban  basadas  principalmente  en factores económicas.
En ``la alimentación  y  las razas``  (Ensayo sobre la Realidad Nacional)  relaciona el proceso  histórico  con la evolución  moral del campesino, atribuyendo  a la desnutrición  de este  muchas de las crisis políticas del país. 
AL REGRESO DEL EXILIO 


Al regresar al país escribió en el Listín Diario, siempre en actitud combativa y reformadora. Fue un crítico persistente de los males sociales y políticos que padecía la sociedad dominicana. En 1909 fundó el diario político El Dominicano y en 1911 fundó también El Nacional. Asimismo se destacó en la redacción de Pluma y Espada. Numerosas revistas locales, como La Cuna de América, se beneficiaron de su activa vocación periodística.



Tuvo plena conciencia de la realidad dominicana y lo expresó en ensayos como La alimentación y las razas (1896) y La paz en la República Dominicana. Contribución al estudio de la sociología nacional (1915), obras que han pasado a formar parte de una línea de pensamiento que se ha dado en llamar pesimismo dominicano, sobre todo la última, por el crudo realismo que transmite.




Siempre nos ha parecido demasiado simplista esta categorización, pues si le damos credenciales de dogma, pesimista sería Salomé Ureña, cuando escribe "Sombras" y "Mi ofrenda a la Patria"; pesimista sería Manuel Rodríguez Objío, cuando escribe en 1863 su largo poema "Historial"; pesimista sería también Gastón Fernando Deligne. José Ramón López y los demás personajes que hemos citado se expresaron en su momento, compelidos por situaciones ancestrales que ofrecían poco margen para la esperanza, triste secuela de las dificultades sociales y políticas que de manera inveterada amenazaban el porvenir del país.




Para Joaquín Balaguer, el autor de La paz en la República Dominicana "se distinguió, entre los escritores de su generación, por la sagacidad con que estudió como sociólogo los fenómenos característicos de la evolución dominicana".




José Ramón López fue un cuentista y ágil periodista. Se ha dicho de él que es uno de nuestros mejores cuentistas, sobre todo en sus naraciones vernáculas, lenas de "gracia y espontaneidad", como se percibe en sus aplaudidos Cuentos puertoplateños. Además de cuentista, ensayó también, con menos fortuna, el género novelístico.




Al concluir su presentación del primero de los tres tomos que la Fundación Corripio, Inc. le dedicó a este autor, con un magnífico prólogo de la socióloga Ramonina Brea, Manuel Rueda expresa:





"Después que el lector dominicano lo conozca a fondo, tras la lectura de los volúmenes que hoy se ponen en sus manos, más de uno se preguntará por qué no se le ha rendido el homenaje que merece, por qué Montecristi, su ciudad natal, Puerto Plata y Santo Domingo, aún no le dedican un reconocimiento que vaya acorde con su importancia".





José Ramón López legó a publicar, entre otras obras que perpetuaron su fama de sociólogo, analista político, cuentista y ensayista: La alimentación y las razas (1896); Cuentos puertoplateños, tomo único publicado en 1904; Geografía de la América Antillana, en particular de la República Dominicana (1915); La paz en la República Dominicana. Contribución al estudio de la sociología nacional (1915). Incursionó también en aspectos estadísticos y produjo un Manual de agricultura.

No hay comentarios:

Alfonso Caraballo, por el camino del silencio.

         Alfonso Caraballo, por el camino del silencio.  Por. Fausto Aybar "Liz" El blog Espejos y Sombras, en su búsqueda del...