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miércoles, 12 de septiembre de 2018

MAS QUE CUENTO ( LA CAJA MÁGICA)








 LA CAJA MÁGICA

Nunca pude entender porque cada vez que estaba en esa caja mágica me daba una vaina, ese tin-tin constantemente sonando en mi cabeza, como cuando tenía que aprenderme la tabla de multiplicar en mi infancia. El aire se escaseaba, yo respiraba pausadamente por si se ofrecía alguna eventualidad. Tantas preguntas sin respuestas, tal como, por qué el agua del río no deja de correr. El breve tiempo en esta caja mágica parece medirse en años luz, eras de parecer, que hasta mi sombra tenia ciertas inclinaciones claustrofóbicas.

Decía la señora de mantenimiento en una conversación de rutina,  que los muertos no salen, mucho menos un baká, ella siempre vivía sonriendo, pero cuando entraba a la caja mágica la inundaba una sensación de ahogo. Ese tin-tin, y yo buscando mil fórmulas para hacerme crecer el cabello, en siendo crema me la he untado todas, esta calvicie es mi esclavitud, pero sepan, no es mi complejo.

Ya en la caja mágica las palabras se ausentan.
* Por favor dele al 2
* Pero yo voy para el 3
* Y si esta vaina se daña
* Bueno, eso sería lo último
* Mejor ni hablar, porque…….

Esta noche me puse mi mejor perfume, las mujeres enloquecían, ¡waooo, es fantástico! verdaderamente que soy un playboy. Es de entender porque la felicidad del pobre dura poco, ya está aquí el señor de la corbata azul, y como es de esperar me envía a buscar algunos documentos al segundo nivel, entonces la caja mágica abre sus puertas, me invita a entrar, sospecho por momento que algo puede suceder, soy medio cabaloso, pero “deber es deber”. Le doy para ir al segundo nivel, para mi sorpresa, la caja se detiene, no abre sus puertas, todo está a oscura, el calor comienza a molestar, los olores maravillosos del perfume se convierten en gases tóxicos, comienzo a transpirar velozmente, me estoy asfixiando, desabrocho mi camisa, dejo mis dedos pegados al botón de emergencia, se oyen ruidos al otro lado, hay un corre, corre,  alguien intenta abrir la caja, me aterroriza la idea de que esta caja sea mi sarcófago, entonces, retorna el tin-tin, la caja mágica se abre, yo salgo bruscamente, el señor de la corbata azul asombrado pregunta: pero qué ha pasado, mientras yo, sin percatarme y sin nada que responder, estaba desnudo.

Alfonso Caraballo, por el camino del silencio.

         Alfonso Caraballo, por el camino del silencio.  Por. Fausto Aybar "Liz" El blog Espejos y Sombras, en su búsqueda del...