SILENTE ORACIÓN
Solo,
arrodillado, la madera no hiere mi llanto,
cuatro lunas de cristal, gotas de sangre que
traspasan la historia, ya no hay costillas que
pretendan estremecer el olvido.
Solo,
desnudo, las oraciones vuelven del sendero
inequívoco de estos labios nauseabundos, vuelvo
la mirada a mis sombras mas cercanas,
y puedo oler en la oquedad tu presencia.
Solo,
sin mas de dos silabas, ángeles
atrapados en el vitral, hostias diluidas
en las espesas lenguas de una noche sin final,
preámbulo de una lagrima, estación del amor.
Solo,
arrodillado, desnudo, cuantificando
plegarias, desenterrando dudas, crónicamente
el reloj duerme, los ademanes se confunden, y vuelvo
la mirada hacia el madero, y una luz me perfora el alma.
Fausto Antonio Aybar.
2 comentarios:
Cuando el recuerdo ilustra el momento, tiene precio también de dolor, nostagia y alegrías...a todo ello se le denomina: Vida, años y seguir.
Bello poema.
Un saludiño desde Galicia-España
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