José Ramón López Lora.
Hurgando en un escritor que habita en el olvido.
El Blog Espejos y Sombras en un aporte a la difusión cultural, literaria dominicana y universal, les trae a la comunidad literaria, al escritor José Ramón López Lora, hijo del atlántico, de dos grandes pueblos Puerto Plata y Montecristi. Es de gran importancia para los pueblos dar a conocer los personajes como el que les dejo hoy a mis amigos lectores.
José Ramón López, cuentista, ensayista, escritor en toda la palabra. Un dominicano en el arte de escribir, por conocer, por analizar, y por cierto, un legado que nuestros estudiantes deben conocer desde sus raíces.
Nota este trabajo esta sustentado por investigaciones realizadas por algunos periódicos, comunicadores, fundación Corripio, el archivo general de la nación. Espejos y sombras es sólo un espacio de divulgación, que recopila informaciones para que sus lectores, tanto del país como de otras latitudes del globo terráqueo tengan la oportunidad de conocer nuestras letras. Es preciso decir que este trabajo sobre el escritor dominicano José Ramón López Lora llega a ustedes por la iniciativa del poeta y profesor Santiago Peña Sosa, por cierto un hijo de Montecristi y Puerto Plata. También por la feria del libro de Montecristi a celebrarse el 22 de Mayo.
José Ramón lópez Lora
Obra de investigación de la Fundación Corripio
Obra de investigación de la Fundación Corripio
Obra de investigación de la Fundación Corripio
Obra de investigación del Archivo General de la Nación
Las Aguas, Montecristi, Rep. Dom. Periodista, de madre nativa de Puerto Plata, fue llevado a temprana edad a esta ciudad, donde creció y forjó su personalidad. Vivió al lado de su progenitora desamparada, viéndose desde muy joven obligado a enfrentarse con las adversidades de la vida, templando así su espíritu en la dura realidades del quehacer cotidiano.
Recibió la educación primaria de un educador cubano, pero los estudios siguientes fueron obras de su propia iniciativa, su inmensa curiosidad por los libros y su incansable afán por escribir.
Criollo realista, perspicaz, con grandes dotes de observación y talento inusitado, se levanto por si solo en el campo intelectual. Se inició en el periodismo desde abajo, fue sucesivamente repartidor de periódicos, barrendero y encabezado de limpieza del taller, ayudante de impresor, gacetillero, articulista y finalmente, periodista local.
Cooperó desde su periódico con la política liberal y de ideales de los gobernantes de principios de la década del 80. Se destaco en la campaña electoral del 1884 y en 1886. Se opuso con todas sus fuerzas al reaccionarismo, lo que le valió persecución y amenazas de muerte.
Enviado al exilio a costa de trabajo y talento pudo abrirse paso en Venezuela, donde llego a ocupar el puesto de editorialista en un periódico en el que se había iniciado como gacetillero sin sueldo.
Vuelto al país en 1896, se destaco como el primer periodista, escribiendo con gran versalidad sobre toda clase de temas. Logro convertir el periódico en un medio de instrucción social y orientación popular de gran capacidad de trabajo, e inundaba los diarios con sus artículos matizados por su vivencias de las cosas sociales y su original talento de escritor.
Llegó a escribir texto de agricultura, lectura y geografía, como resultado de la necesidad y no de la vocación. Pero fueron obras invaluables en sus propósitos educativos. Otras veces tuvo que dedicarse a oficios agrícolas e industriales, para poder subsistir.
Después de haber combatido a Heureaux por mucho tiempo, fue atraído por este a sus filas no sin grandes esfuerzos. Sin embargo, López, más adelante llego a lamentarse de su paso tardío al servicio del tirano. Muerto Heureaux, López sirvió al gobierno de Cáceres como miembro de unas de las Cámaras Legislativas.
Al fallecer Cáceres, participó como periodista en la labor cívica de la facción de Velázquez. Dejó una valiosa producción literaria sobre los fenómenos característicos de la evolución de la Rep. Dom. En su ensayo `` la paz el Rep.`` analiza el fenómeno de las guerras civiles, llegando a la conclusión de que las mismas estaban basadas principalmente en factores económicas.
En ``la alimentación y las razas`` (Ensayo sobre la Realidad Nacional) relaciona el proceso histórico con la evolución moral del campesino, atribuyendo a la desnutrición de este muchas de las crisis políticas del país.
AL REGRESO DEL EXILIO
Al regresar al país escribió en el Listín Diario, siempre en actitud combativa y reformadora. Fue un crítico persistente de los males sociales y políticos que padecía la sociedad dominicana. En 1909 fundó el diario político El Dominicano y en 1911 fundó también El Nacional. Asimismo se destacó en la redacción de Pluma y Espada. Numerosas revistas locales, como La Cuna de América, se beneficiaron de su activa vocación periodística.
Tuvo plena conciencia de la realidad dominicana y lo expresó en ensayos como La alimentación y las razas (1896) y La paz en la República Dominicana. Contribución al estudio de la sociología nacional (1915), obras que han pasado a formar parte de una línea de pensamiento que se ha dado en llamar pesimismo dominicano, sobre todo la última, por el crudo realismo que transmite.
Siempre nos ha parecido demasiado simplista esta categorización, pues si le damos credenciales de dogma, pesimista sería Salomé Ureña, cuando escribe "Sombras" y "Mi ofrenda a la Patria"; pesimista sería Manuel Rodríguez Objío, cuando escribe en 1863 su largo poema "Historial"; pesimista sería también Gastón Fernando Deligne. José Ramón López y los demás personajes que hemos citado se expresaron en su momento, compelidos por situaciones ancestrales que ofrecían poco margen para la esperanza, triste secuela de las dificultades sociales y políticas que de manera inveterada amenazaban el porvenir del país.
Para Joaquín Balaguer, el autor de La paz en la República Dominicana "se distinguió, entre los escritores de su generación, por la sagacidad con que estudió como sociólogo los fenómenos característicos de la evolución dominicana".
José Ramón López fue un cuentista y ágil periodista. Se ha dicho de él que es uno de nuestros mejores cuentistas, sobre todo en sus naraciones vernáculas, lenas de "gracia y espontaneidad", como se percibe en sus aplaudidos Cuentos puertoplateños. Además de cuentista, ensayó también, con menos fortuna, el género novelístico.
Al concluir su presentación del primero de los tres tomos que la Fundación Corripio, Inc. le dedicó a este autor, con un magnífico prólogo de la socióloga Ramonina Brea, Manuel Rueda expresa:
"Después que el lector dominicano lo conozca a fondo, tras la lectura de los volúmenes que hoy se ponen en sus manos, más de uno se preguntará por qué no se le ha rendido el homenaje que merece, por qué Montecristi, su ciudad natal, Puerto Plata y Santo Domingo, aún no le dedican un reconocimiento que vaya acorde con su importancia".
José Ramón López legó a publicar, entre otras obras que perpetuaron su fama de sociólogo, analista político, cuentista y ensayista: La alimentación y las razas (1896); Cuentos puertoplateños, tomo único publicado en 1904; Geografía de la América Antillana, en particular de la República Dominicana (1915); La paz en la República Dominicana. Contribución al estudio de la sociología nacional (1915). Incursionó también en aspectos estadísticos y produjo un Manual de agricultura.