ANGELITO
Se rompe el silencio, la muchedumbre corre infaustamente,
de pólvora hay sueños infectados, la balacera es intensa, los narcos,
como los policías obvian las treguas. En sus oficinas de
estatuas de yesos, los burócratas siguen intentando llenar
el crucigrama de la equidad. Vuelven a rechinar las balas; rechinan en los
tejados, en los adoquines, en las almas agraviadas. Hay gritos
carcomiendo vorazmente la ciudad, mas esta impunidad ahoga
paulatinamente nuestros sueños.
Y corren los perros, se trepan los gatos, las calles vacías, un charco
de sangre, un cuerpo que yace de cara al sol. Sí, es tiernamente inocente,
es lagrima brotando de la virgen herida, es sonrisa desvaneciéndose
en el llanto. ¡Oh¡ es Angelito, niño querido,
quien ya sabía, leer y escribir.
En memoria a Ángel Ascencio Berroa
Que a sus 6 años nos deja la triste reflexión,
Somos caverna o sociedad.
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sábado, 23 de octubre de 2010
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