MIL POEMAS A JOSE MARTI (ANTOLOGIA)
PRÓCER, VOZ DEL RELÁMPAGO
A JOSE MARTI (PRÓCER DE LA PATRIA CUBANA)
La tierra nunca fue herida
Isla del Pino nunca fue cárcel,
en el horizonte, relinchar de ecos de pólvoras ,
tu voz, transitar de hogueras benditas.
la patria florece tu
aliento.
La tierra nunca fue
herida,
el destierro no despide a los hombres ,
la sangre, lluvia, llanto de la sierra alambrada,
Cuba, luz insular de una América que brama,
bastión de cañas y machetes, resistencia de héroes
silentes
La tierra nunca fue herida,
Montecristi, brazo
fraterno de la Quisqueya hermana,
Milicia de tambores, insurgentes palabras,
casquillo de un viento que nos enlaza,
Siameses en el embrión del caribe.
La tierra nunca fue herida,
derramada la sangre, Dos Ríos emerge
como Mesopotamia en el tiempo ,
Jadear de caballos, los generales te llaman,
prócer de la patria Cubana.
Fausto Antonio Aybar Ureña.
2 comentarios:
PRÓCER, VOZ DEL RELÁMPAGO, más que un poema es una exaltación vigorosa que tiene la vitalidad de encender la furia del relámpago para graficar el espíritu indomable del héroe, ideó-logo, soldado y poeta, de esa pequeña isla, patria revolucionaria de América teñida de su rojo sanguíneo, de su personalidad inclaudicable que no cedió milímetros en la cotidianidad libertaria en contra del imperialismo colonizador y expansionista estadounidense que intentó e intenta esclavizar a Cuba (y a toda la América latina) bajo su dominio caprichoso. La fuerza del con-tenido poético mueve al héroe, revive al patriota José Martí y a todos aquellos hombres sencillos como él que luchan contra el opresor porque aman a la patria en la que nacieron y crecieron.
NI el exilio, ni las heridas, ni la diferencia en número y poder medran el patriotismo, y la sangre derramada en el suelo amado se convierte en el color de una bandera que jamás deja de ondear ni se acobarda. El sonido de los tambores sigue retumbando
Comentario: Lcdo. Martín Zambrano Astudillo
Huaquillas-El Oro-Ecuador
Estupenda loa, amigo. Me satisface mucho, el que te inspires en Martí, nuestro Apóstol; porque, sobre todo, soy profundamente martiano.
Fuerte abrazo
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