EN LA SENDA DEL FLAMBOYÁN
MICRO-RELATO
Caminar sobre esta alfombra de flores vencidas, ver esta horda de cotorras parlanchinas invadir el cielo, sentir la maravilla de que los sueños no son a fusilados por la carne, mas después de tanta lluvia, el sol en una demostración ineludible de la evolución o quizás de la creación, emerge solidificado de vitalidad, y una oleada de caminantes; siguen sus huellas por la senda del flamboyán. Van de risas los amantes, esos que son clandestinos, que se justifican debes en cuando, que por una razón, que no entiendo, esperan que el sol desmaye, mientras los cuerpos se unen; y en la distancia cercana, como un acto de magia, el orgasmo sonríe. Hay tantos motivos para hablar; y por qué, para no callar, contar uno a uno los escalones que nos llevan al paraíso, o tal vez al infierno, pero cuando los insectos se adhieren a mi sudadera verde claro, me siento un ser extraño; y el flamboyán respira libertad.
Fausto Antonio Aybar Ureña.
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