Arte de dreamstime.com
CINCO MINUTOS EN EL PARAÍSO.
Que tormentoso es vivir en el tercer piso
de un apartamento, más cuando nos llega uno de esos momentos en que el
cuerpo no puede controlarse, y tenemos por costumbre solo ir a ese espacio en
momento de apuro, que por cierto, se convierte en nuestro trono, nuestra silla sueños.
Eran casi las once de la mañana y de
repente les llegan unos cólicos a Lucio, como una gacela sube abruptamente el
tercer piso donde está ubicado su apartamento, las llaves se les confunden, los
cólicos suben de tonos, al parecer una acción desvergonzante se próxima, y como
arte de magia logra encontrar la llave de la puerta, sale huyendo hacia
el excusado, se sienta en él, una gota salada recorre
su vertebra, un frío extraño invade su cuerpo, y después
de pujar una sensación de libertad lo inunda.
Lucio tiene por costumbre cada vez que va
al excusado desnudarse, como diría su tía Alfonsina, se queda en cuerito en
pelota. Ya Lucio sentado en el excusado comienza a darle rienda suelta a la
imaginación, entre pujar y pujar, comienza a pensar que pasaría si sacara el
loto, solo 200 millones, bueno lo cierto es que, él haría lo mismo que
nosotros, comprar una casa, invirtieramos en
bienes raíces, una buena yipeta, hacer una acción social para agradecer a
Dios, pero lo primero que haría sería ir a Higuey a cumplir la promesa a la
virgencita y por último darle algunas dádivas a los limpia saco. Lucio ya no está en el excusado, está en un jet rumbo a París, viste traje Christian Dior,
reloj Rolex, calzado fino, está tomando champaña, viaja en primera
clase. ¡waooo, que maravilloso es el paraíso! exclama Lucio.
Los cólicos desaparecen, empuja la
manecilla del excusado, el cuento de Ada se va diluyendo, es abortado por el
mal olor, lo cierto es que a nadie les hiede sus heces fecales. Lucio deja una
estela pestilente en todo el apartamento, la cual es capaz de asfixiar los
mosquitos que andan en desbandada. Ya en la sala, sobre la mesa, comienza a
chequear algunos documentos, recibo de luz, recibo del agua, de la basura, todo
sin pagar, algunos con dos meses de retraso. Un sonido extraño en el celular
indica que llego una notificación del correo electrónico, donde les informa que
su estado de cuenta en el banco está en rojo, vuelve otro sonido al celular,
este le notifica que su proyecto arquitectónico fue reenviado para fines de
investigación, Lucio sale rápidamente del apartamento, bajando los escalones
exclama, ¡que mierda es la vida! mientras alguien les vocifera desde el segundo
piso del complejo: ¡vecino, vecino! se cumplió el alquiler, cuándo piensa usted
pagar, mientras todo el paraíso se esfumaba entre los fantasmas diurno del
asfalto.
Fausto Antonio Aybar Ureña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario