DESDE REPÚBLICA DOMINICANA
UN POEMA POR EL PLANETA.
CANTO A LA MONTAÑA
Ahí está ella, la montaña,
coronada de nubes, habitada
por relámpagos y deidades, imponente
horizonte de una ciudad que duerme.
Más allá, ellos; no creo que sean humanos,
tal vez sean mutantes, pretenden
herir la montaña, desangrarla hasta beber
su último mineral.
Ahí ella: la montaña,
máquinas roncando en sus laderas,
olor a guayabas y naranjos,
y ellos, los humanos -perdón, los
mutantes-
enfilando sus garras rumbo al último
bastión, donde las luciérnagas erigen
la textura de un sueño.
Allá, ellos,
no derraman lágrimas, son mutantes.
Aquí la montaña, volcán de vida, río
infinito de luz.
Y los humanos, ¿dónde están?,
quizás dormidos, enterrados,
tierra de llantos y olvido.
Fausto Antonio Aybar Ureña.
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