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viernes, 13 de marzo de 2020

EL DIA QUE LAS CAMPANAS LLORARON (RELATO)




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EL DIA QUE LAS CAMPANAS LLORARON 
A la memoria del limpiabotas del parque central de Puerto Plata (El Loro)

Cruzó las piernas, las gotas del rocío aun habitaban el banco del parque, el frío erizo su piel, faltaban 15 minutos para que las campanas con sus tonadas despertaran la mañana, y él aun no lo veía llegar, era extraño, 56 primaveras sin dejar de venir al parque, no lo detenía nada.  Siempre con su caja de limpiabotas a manos. Pero siguió esperándolo, debía lustrar sus zapatos. El sonar de las campanas despertaban la ciudad, las palomas salían a juguetear con algunos curiosos. Se levanto molesto, la espera fue más larga de lo acostumbrado, no entendía la tardanza.  A diez metros los parroquianos del parque murmuraban, “ha muerto, que pena, ha muerto”, él, lleno de dudas pregunto ¿quién ha muerto? Alguien desde su tristeza respondió “el limpiabotas, nuestro amigo el loro”. De súbito, Cayó de bruce sobre el banco, todos los parroquianos se les parecían a él, un silencio inundo la ciudad; una lágrima recorría suavemente toda su mejilla. Susurraba el viento a la distancia, mientras, una paloma se posó en su hombro.         

domingo, 8 de marzo de 2020

MICRORRELATO (ENCUENTRO CERCANO)



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ENCUENTRO CERCANO.

La noche estaba repleta de…. El silencio era tan asfixiante que a Sophia le molestaba su propia respiración,  de cierto es que la oscuridad la encerraba en recuerdos insospechados. La noche se percibía violenta, un nubarrón se asomaba por el oeste, y en un centellear del crepúsculo, lluvia, relámpagos y truenos se adueñaban de la casa. Sophia a ciega tanteaba en busca de cerillos, y entre los ruidos de la tormenta escuchaba algo inusual, no estaba distante el sonido, se ocultaba entre los truenos, ella con oído avizor lo sentía cada vez más cercano. Ese “ca,ca,ca” rebotaba en su cabeza, se preguntaba, qué será ese extraño sonido. Ella intentaba descubrir de dónde provenía, pero el “ca,ca,ca” se acercaba mas a ella, un temor irrumpió en su subconsciente, el cuerpo alertaba un final inesperado.  Y en el preciso momento que fue a tocar la pared, ahí  estaba el pequeño monstruo, huyendo también del violento encuentro, mientras Sophia veía absorta, como se iba alejando la Hemidactylus frenatus,  mientras que el canto retumbaba en toda la casa.  


domingo, 15 de diciembre de 2019

EL IMPOSTOR (MICROCUENTO)



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EL IMPOSTOR.


Lo cierto es que pasaron los minutos, yo estaba frente a él. Él me miraba fijamente, yo lo miraba, intente hacer algunos movimientos para evadirlo, él me imitó, cerré los ojos para no mirarlo, pero percibí que él aun me miraba. Era tan parecido a mí, que de súbito, un escalofrío invadió todo mi cuerpo, y  pude notar, que del otro lado de aquella superficie de mercurio, los vellos en su piel se erizaban. Intente gritar, pero un nudo amarraba mi garganta; mientras que él, expulso un eco tan fuerte que rompió el cristal, y yo, estupefacto, lo vi esfumarse entre los pedazos.

Fausto Antonio Aybar Ureña.

lunes, 11 de noviembre de 2019

POEMA (LABERINTOS I)






                                         Voz del escritor argentino Fernando Ramiro Silber.
                                     



LABERINTOS I



Y vuelvo a despertar entre ellos,
sumergido en la voraz imputación
de sus egos, albergando disociadas estrofas
de esta sinfónica mudez.

Porque son ellos,
los laberintos, esos que ahogan ecos,
que oxidan tarjas y murallas.

Laberintos, ya no de lagos de sangre,
Sino, de mares de huesos, moribundas
miradas resbalando en la porosidad del olvido.

Rayos de polvo surcando quebradas,
hiriendo momias, atizando odio,
masticando las heces del tiempo.

Y quisiera salir de este embrión
de gárgolas disecadas, emerger en la liquidez
de estos espejos que derrotaron fantasmas.

Y romper con esos laberintos que desterraron el sueño,
que hicieron de mi; el hombre imperfecto.

Fausto Antonio Aybar Ureña.


martes, 29 de octubre de 2019

Rosa Silverio: Mi poema «Más loca que una cabra»

Rosa Silverio: Mi poema «Más loca que una cabra»: Poema «Más loca que una cabra» de mi libro «Invención de la locura», el cual ganó el XII Premio Literario Letras de Ultramar en Poesía 2017....



Mi distinguida poeta, al hurgar en su madriguera digital me llena de satisfacción leer y oír su propuesta poética, que definitivamente es un canto único como cada canto de las aves. Aplaudo su forma única de hablar en poesía.



Atte. Un ser humano común, que de vez en vez,  es visitado por el fantasma de algún poeta.   

lunes, 14 de octubre de 2019

ATRAPADO (MICRO-RELATO)



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MICRO-RELATO.

ATRAPADO.

Y de repente, pude notar esa minúscula sombra detrás del cristal. En ella se conjugaban movimientos extraños, mis instintos percibían que se asfixiaba, que una explosión de agonía en ella habitaba. Y yo sin poder hacer nada, mientras ella en un grito mudo, clamaba libertad del otro lado del cristal, entonces el llanto de manera inusual emergió en mí, y en un parpadear del asombro, ella no estaba, partió vuelo hacia otras latitudes. Y fue cuando comprendí, que el cautivo, era yo.

Fausto Antonio Aybar Ureña.

lunes, 12 de agosto de 2019

ANTI-CUENTOS (DIÁLOGOS SUGERENTES)



                                                               ANTI-CUENTOS


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DIÁLOGOS SUGERENTES


Ahora sí, ya tengo a toda la humanidad andando de dedos, dentro de un siglo más, la tendré vistiendo hologramas.

Atte. El Celular.


Cada vez que me veo al espejo, entiendo con precisión porque me he convertido en un almacén de trofeos de papel, si pudieran desalojar todas las polillas que habitan en mí, entonces entendieran mi utilidad.
  
Atte. El Escaparate.



Nadie entiende a la gente nacen desnudo, y se obstinan en morir vestido, es recomendable que se visite al psicólogo mucho antes del deceso.


Atte. El Ataúd 


Era tan intenso el fuego que mi piel plateada pretendía derretirse, pero era tan alucinante su aroma,
que me iría hasta el mismo infierno para degustar de su espíritu.

Atte. La Cafetera.


Mi  velocidad llegaba hasta full, las sombras jugaban bajo la sábana, nadie pretendió molestarlas, mis aspas cansadas de tanto girar, rogaban por un blackout.

Atte. El Abanico.


Tantos residuos de huellas dactilares sobre mí,  el golpeo incesante en cada tecla, sería recomendable un diccionario electrónico  para cada analfabeto intelectual.

Atte. La Laptop   


Miran y miran, no sé que tanto miran,  porque al final, yo no dicto la hora de la partida.

Atte. El Reloj. 


Aunque me odien tendrán que usarme, sus memorias no son capaces de retener tantas palabras,
Puedo tener un siglo vestido de polvo, y siempre seré más que una solución alterna al ocio.

Atte. El Libro.


Los sueños nacen y mueren aquí, algunos pretenden abrazarme como si fuera su amante, es hora de despertar, la arrugada vida sigue su agitado  curso.

Atte. La Almohada.


Van y vienen, vienen y van, se aglomeran, respiran entrecortados, pretendo preguntar, nadie me presta atención, y como una loca, exclamo; alguien puede detenerse y saludar.

Atte. La Puerta.


En la lontananza percibo un espejismo, no hay lluvia, ni un intenso sol, es posible que toda la ciudad este atrapada por el síndrome de la vejez prematura, perdón,  es hora de la porción para el estrés.


Atte. La Calle.  

Presto a servir estaba, cuando una avalancha de anarquistas me abofeteaba a salivazos, ahora entiendo que la vida no es solo retorica, también es permutable el caos. 

Atte. El Micrófono.  

Fausto Antonio Aybar Ureña. 

viernes, 9 de agosto de 2019

CANTO A LA MONTAÑA (POEMA)





                                            DESDE REPÚBLICA DOMINICANA 
                                                UN POEMA POR EL PLANETA.





CANTO A LA MONTAÑA


Ahí está ella, la montaña,
coronada de nubes, habitada
por relámpagos y deidades, imponente
horizonte de una ciudad que duerme.
Más allá, ellos; no creo que sean humanos,
tal vez sean mutantes, pretenden
herir la montaña, desangrarla hasta beber
su último mineral.



Ahí ella: la montaña,
máquinas roncando en sus laderas,
olor a guayabas y naranjos,
y ellos, los humanos -perdón, los mutantes-
enfilando sus garras rumbo al último
bastión, donde las luciérnagas erigen
la textura de un sueño.

Allá, ellos,
no derraman lágrimas, son mutantes.
Aquí la montaña, volcán de vida, río infinito de luz.
Y los humanos, ¿dónde están?,
quizás dormidos, enterrados,
tierra de llantos y olvido.

Fausto Antonio Aybar Ureña.

martes, 16 de julio de 2019

CINCO MINUTOS EN EL PARAÍSO (MÁS QUE CUENTO)






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Arte de dreamstime.com


CINCO MINUTOS EN EL PARAÍSO.


Que tormentoso es vivir en el tercer piso de un apartamento, más cuando nos llega uno de esos momentos en que el cuerpo no puede controlarse, y tenemos por costumbre solo ir a ese espacio en momento de apuro, que por cierto, se convierte en nuestro trono, nuestra silla sueños.
Eran casi las once de la mañana y de repente les llegan unos cólicos a Lucio, como una gacela sube abruptamente el tercer piso donde está ubicado su apartamento, las llaves se les confunden, los cólicos suben de tonos, al parecer una acción desvergonzante se próxima, y como arte de magia logra encontrar la llave de la puerta, sale huyendo hacia el excusado, se sienta en él, una gota salada recorre su vertebra, un frío extraño invade su cuerpo, y después de pujar una sensación de libertad lo inunda.
Lucio tiene por costumbre cada vez que va al excusado desnudarse, como diría su tía Alfonsina, se queda en cuerito en pelota. Ya Lucio sentado en el excusado comienza a darle rienda suelta a la imaginación, entre pujar y pujar, comienza a pensar que pasaría si sacara el loto, solo 200 millones, bueno lo cierto es que, él haría lo mismo que nosotros, comprar una casa, invirtieramos en bienes raíces, una buena yipeta, hacer una acción social para agradecer a Dios, pero lo primero que haría sería ir a Higuey a cumplir la promesa a la virgencita y por último darle algunas dádivas a los limpia saco. Lucio ya no está en el excusado, está en un jet rumbo a París, viste traje Christian Dior, reloj Rolex, calzado fino, está tomando champaña, viaja en primera clase.  ¡waooo, que maravilloso es el paraíso! exclama Lucio.
Los cólicos desaparecen, empuja la manecilla del excusado, el cuento de Ada se va diluyendo, es abortado por el mal olor, lo cierto es que a nadie les hiede sus heces fecales. Lucio deja una estela pestilente en todo el apartamento, la cual es capaz de asfixiar los mosquitos que andan en desbandada. Ya en la sala, sobre la mesa, comienza a chequear algunos documentos, recibo de luz, recibo del agua, de la basura, todo sin pagar, algunos con dos meses de retraso. Un sonido extraño en el celular indica que llego una notificación del correo electrónico, donde les informa que su estado de cuenta en el banco está en rojo, vuelve otro sonido al celular, este le notifica que su proyecto arquitectónico fue reenviado para fines de investigación, Lucio sale rápidamente del apartamento, bajando los escalones exclama, ¡que mierda es la vida! mientras alguien les vocifera desde el segundo piso del complejo: ¡vecino, vecino! se cumplió el alquiler, cuándo piensa usted pagar, mientras todo el paraíso se esfumaba entre los fantasmas diurno del asfalto.  

Fausto Antonio Aybar Ureña.  

lunes, 8 de julio de 2019

MAS QUE CUENTO


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EL OLVIDO.

No sé qué pasa, pero algo se me ha olvidado, comienzo a repasar desde que me desperté, tengo la mala costumbre de tomarme el café antes de cepillarme, al parecer no fue eso que se me olvido, o tal vez fue el zumo para combatir los parásitos, pero no fue eso porque tengo el sabor a ajo en la boca todavía, tengo la certeza de que algo se me ha olvidado, es posible que haya sido la pastilla para controlar la presión arterial, o es posible que no. Bueno, comienzo a contar las pastillas del estuche, la contabilidad no me cuadra, pienso, que desde el día 15 al 22 son siete días, o cuidado sin son seis, pero si lo incluimos los dos puede ser que sean ocho, lo que es seguro que a mi parecer no la he tomado, pero mi subconsciente me arroja otra repuesta, estoy confundido, me detengo, hago un análisis minucioso. ¡Por fin encuentro el camino para salir de este laberinto! es el vaso de agua, porque cada pastilla debe ir acompañada de un vaso de agua, entonces si no me he tomado el vaso de agua no he tomado la pastilla, pero si se me olvido tomarme el vaso de agua al momento de tomarme la pastilla, pero por Dios, porque joder tanto con la pastilla y el bendito vaso de agua. Lo cierto es que, Esteban no acertaba con una repuesta lógica, y termino concluyendo con algo que había leído de alguien que no recordaba, que decía más o menos; que la gran virtud de la memoria es el olvido. Y volvió a preguntarse si se había tomado la pastilla que olvido tomarse, que por cierto según él se la había tomado, mientras se oían los ronquidos en toda la casa.

lunes, 27 de mayo de 2019

POESÍA AL VIENTO.


                                                          POESÍA AL AIRE
     
                                      Un diálogo entre lo objetivo y lo subjetivo,
                                                entre el hombre y la naturaleza.   


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domingo, 19 de mayo de 2019

CALLE EL CONDE, TOMOGRAFÍA DE UN CONTRACANTO











"Esta canción estaba tirada por el suelo,
como una hoja muerta, sin palabras;
la hallaron unos hombres que luego me la dieron
porque tuvieron miedo de aprender a cantarla"
Franklin Mieses Burgos.

CALLE EL CONDE.
TOMOGRAFÍA DE UN CONTRACANTO


Tras esta sinfonía de puertas corredizas que presagian la noche,
entre claustrofobicos transeúntes evaporándose
en la agónica clandestinidad de un selfis.

Desde la clonación del fantasma de un Machael Jackson
que aunque envejece no claudica,
tras las cuerdas melancólicas de una guitarra
que alfabetiza los niños de la marginalidad.

¡Si! , es ahí,
 donde nace y resucita la poesía.

Nace, en el mudo micrófono de la voz que clama,
entre los tatuajes que defecan sobre doncellas nocturnas,
en esta calle herida de historia,
entre  maniquíes que a aúllan por la inmolada lágrima,
en el respirar de unos cuerpos enlodados de llanto. 

Y vuelve, y resucita.
Entre los poetas ebrios de soledad,
delirante especie del verbo fallido,
En los mendigos de una galaxia en coalición,
entre versos itinerantes depositados en cuentas por cobrar.
en los idiomas que sucumben ante la carne prohibida.

Mas, y vuelve a eructar,
en la catedral, escondrijo donde los farsantes,
rapaces carnívoros,
comen el cuerpo de Dios.

¡Oh, sí, tú, calle el conde!
Madriguera en metamorfosis,
ebullición de payasos en  sonrisas fétidas
transitar de sonámbulos entre paredes magulladas de sangre,
pesado transpirar de los fantasmas

¿Sabes tú?
Que bajo el manto de esta luna agujereada de impuestos,
una deshuesada sombra, duerme, su última hambre.

¿Lo sabes?

Fausto Antonio Aybar. U

miércoles, 8 de mayo de 2019

EN EL FESTIVAL DEL LIBRO Y LA PALABRA. (POESÍA EN GRÁFICA)

                               DESDE LA FERIA ALTERNATIVA DEL LIBRO.
                                                    DIVERSIDAD POÉTICA 


En el marco de la feria internacional del libro de Santo Domingo, los poetas de la cafetera de la calle el Conde dijeron presente con su propuesta, la feria alternativa, donde los poetas de varias generaciones se enlazaron en un canto poético que hizo vibrar a los transeúntes. Este espacio es una propuesta itinerante donde hacen vida todas las tendencias poéticas, felicitamos a los organizadores de poetas en la cafetera de la manos de los poetas Alfonso Torres Ulloa, Glaem Parls, Domingo Acevedo y Jacinto Sencion Mateo por dejarnos saber que la poesía es humanidad.

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Alfonso Caraballo, por el camino del silencio.

         Alfonso Caraballo, por el camino del silencio.  Por. Fausto Aybar "Liz" El blog Espejos y Sombras, en su búsqueda del...